Discusion

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Cuando Mattias se acerca, ella se aparta. 

—No te me acerques. Tenéis veinte minutos para hablar los tres y arreglar esta jodida mierda.

—¿Podemos hablar?. 

—¿Vas a volver a mentirme, Lileth?. 

—Quiero contarte todo. 

—Mattias tenía razón, debí quedarme con ella y no contigo, al menos ella no me mintió en esos meses. 

—No digas eso, estás dolido y lo entiendo, pero hablemos. 

—Me voy. 

—Adriel, no te vayas, vamos a la habitación y déjame explicarte todo y luego ya podrás irte a casa si así lo quieres.

—No quiero que me toques, tú no eres mi novia ni mi amiga. Ella jamás me hubiese hecho daño de esta forma. Eres una desconocida y el único lazo que me une a ti es... Adrián.  

—Tenemos que hablar, Adriel—insisto acercándome despacio—solo...no pretendo manipularte con la pregunta, pero tengo que saberlo—¿vas a hacerte responsable?, ¿seguirás en la vida de Adrián?. Voy a entenderlo y respetarlo si dices que no—aclaro, porque no puedo obligarlo a hacer el rol de padre. 

—No sé qué voy a hacer, acabas de joderme, mi madre va a matarme. Tengo un bebé de casi cinco meses y acabo de enterarme.

No agaches la cabeza. 

—¿Ella lo sabía?. No, ella no me haría algo así. 

¡Mierda!.

—Obvio que no, eres su hijo. 

—Mírame a los ojos. 

—No quiero—me cruzó de brazos—acabo de decirte que ella no sabía nada de quien era el padre de Adrián.

¿Por qué cuando necesito que mi hijo llore no lo hace?.

—¿Ahora resulta que todo el mundo lo sabía menos yo?—sus puños se aprietan con fuerza.—Voy a volverme a Barcelona, a la mierda todo.

Lo sigo cuando se mete a mi habitación. 

—Cuando salga por esa puerta no quiero que me escribas. Vamos a ser dos putos desconocidos. Si alguien te pregunta, solo éramos vecinos sin ningún tipo de relación. No eres nadie para mí. Acabo de perder todo mi puto cariño por ti.

Miente.

—Estás enfadado y no eres consciente de lo que haces—intento mantener la postura—Adrián está dormido, no quiero hacer ruido, vamos fuera y hablemos.

Mira hacia un lado, donde ve a nuestro hijo y parece reaccionar.—Se acerca y aún dormido, lo mira, agarrándolo.

—Perdóname, prometo volver lo antes posible, Adrián—susurra, pero lo logro escuchar—siento todo esto.

Lo vuelve a dejar en la cama y me aparta para salir de la habitación. 

—No te vayas, te lo suplico, ¿necesitas que me ponga de rodillas?, lo voy a hacer. 

A la mierda. 

—Necesito irme y pensar. 

—Te amo Adriel, promete que volverás pronto. 

—Soy padre—parpadea.—Ahora tiene sentido cuando dijiste que él era mi hijo en el hospital. El porqué Adrián tenía algún parecido a mí de alguna forma, todo cobra sentido. 

—Iba a hablar pronto contigo, lo prometo, pero tenía miedo a que me rechazases. 

—Te rechazo ahora, Lileth, quizás si solo hubieses hablado conmigo... sí, estaría enfadado, pero no me sentiría tan traicionado porque me hubiese enterado por ti.

—Lo sé, pero si hablamos las cosas, podemos llegar a un acuerdo juntos. 

—Nada va a hacer que cambie de opinión—los ojos se le llenan de lágrimas—Adiós Lileth. 

No digo nada mientras veo como el chico con el que quería pasar el resto de mi vida, desaparece por la puerta.

Nerviosa agarró el teléfono llamando a mi madre. Ver a mi hermano me hará sentir mejor. Siempre lo hace.

Mamá, soy Lileth.

Hija, que alegría que llames.

¿Puedo ir a visitaros?.

—¡Sí, claro que puedes!, puedes venir siempre que quieras. La última vez nos alegró de qué.... vinieras.

Gracias por dejarme ir.

—Gracias a ti por venir. Prepararé un pastel de chocolate, es tu favorito.

Ya no como chocolate, pero de todas formas gracias.

Ni siquiera pude volver a comer chocolate luego de quedar embarazada, le agarre mucho asco porque era una de las pocas cosas que podía comer y no vomitar en el intento.

—Adiós.

—Adiós hija, cuídate.

Cuelgo a mi madre y agarró a mi hijo. Respiro intentando que las lágrimas no salgan. 

Fue mi culpa. 

—¿Te vas?—Matt se levanta rápidamente del sofá—no me dejes solo.

—Volveré por la noche. 

—No me dejes solo—repite—por favor. 

—Voy a casa de mis padres—la sorpresa en su rostro no pasa desapercibida—volveré por la noche. 

—Promete que volverás. 

—Volveré. 

Con una última mirada salgo de mi casa. 

Adoro a la persona que invento los carritos para bebés.

.......

Cuando llego toco a la puerta. 

—Lileth, qué alegría verte—ella duda unos segundo, pero se acerca y me abraza.—Me alegro de que hayas decidido venir. 

—Vine porque no tenía a dónde ir en este momento, mama.

—Has venido y eso es lo importante. Pasa, Adrián lleva corriendo y saltando desde que avise que venías.

—¡Lili!—mi hermano asoma la cabeza por las piernas de mi madre. 

—Hola monstruo, qué mayor estas—le revuelve el pelo. 

Solo hace dos días que nos vimos, pero en serio ha vuelto a crecer.

—Vosotros también estáis muyyyyy mayores.

Suelta una risa infantil acercándose para abrazarme.

—Hoy no he podido traerte nada, pero la próxima te traeré algo.

—Aún me debes esa bolsa de dulces.

Ups.

—Debería acordarme, pero ya sabes que tu hermana tiene una memoria muy mala.

—No importa. Te perdono si me dejas jugar con Adrián.

—Es todo tuyo, pero recuerda que debes tratarlo con cariño y tener mucho cuidado con él.

—Mama y papá me compraron un carro nuevo y tengo que enseñárselo.

—Agárralo fuerte—Adrián ríe cuando mi hijo comienza a hacer esos ruiditos dando a tender que está contento y no va a llorar.

—Yo también te quiero muchíto, Adrián.

—Tener cuidado los dos.

—Sii, Lili. Ya soy muy mayor

—Lo sé, pero de todas formas debes de tener cuidado y no dejes que agarre el coche. Se lo mete todo a la boca como tú cuando eras un bebé.

—Siempre tenía que ir tras él—papa sonríe—tenía mucha energía y era agotador quitarle cada cosa que agarraba. Cuando cerraba sus puños era muy difícil volver a abrirlos. Los bebés tienen mucha fuerza.

—Yo lo cuido Lili.

Cuando desaparece papa y mamá me miran como si fuesen dos psicópatas a punto de descuartizarme.


Embarazada de mi mejor amigo(Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora