Parto

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—¿Falta mucho? —vuelvo a preguntar, nerviosa.

No sé cuantas veces he mirado la hora.

—No lo sé, aún no puedo controlar el tiempo. ¿Por qué no vas a comprarte algo de comer? —sonrío cuando saca un billete de diez dólares.

—¡Sí, muero de hambre!

El dolor en la parte baja de la barriga no va a impedir que cumpla mi antojo.

Feliz, voy a la pequeña tienda, cumpliendo a mi hijo el antojo de batido.

Cuando lo tengo, vuelvo con Sofia, y casi lloro al ver a Adriel contra los brazos de su madre.

—¡Adriel! —las zapatillas chirrían contra el suelo cuando intento caminar lo más rápido posible, sin derramar mi batido.

—¿Cómo está mi chica favorita? —pregunta, rodeándome con los brazos.

Oh, al menos, eso intenta.

La sonrisa se borra de mi rostro cuando siento un gran dolor en mi vientre bajo. Las lágrimas no tardan en salir por la presión.

No.

No.

No.

Y no.

—Cuando fui al baño antes, creo que rompí aguas, no eran ganas de ir al baño. Sentía algo de dolor, pero no dije nada porque no estaba segura y quería recibir a Adriel —murmuró cuando Adriel me sujeta para que no caiga y Sofi me da una mirada preocupada.

Esto está empezando a doler mucho.

Tomo una respiración profunda cuando el dolor se calma.

—¡Estas de parto, Lileth! Deberías haberlo dicho —chilla Sofia—. ¡Voy a matarte!

Adrián también está contento de que Adriel haya vuelto, al parecer.

—El médico dijo que unas tres semanas, es muy pronto para que nazca.

Debí callarme al decir que ya quería que naciera.

—Lileth, tienes que saber que esto puede durar horas.

—No importa, mamá. Estaremos ahí, ¿verdad?

—Claro que sí, hijo.

—Lo siento tanto, Adriel, prometo que no quería que esto pasara justo ahora.

—No importa. Voy a poder estar contigo y eso me tranquiliza.

—¡Vamos al hospital!, dejar de tontear —los dos se ponen a mis costados, ayudándome a caminar. Cuando llegamos al coche, quito mis zapatillas.

Que se jodan. Estoy apuntó de parir y los pies me arden como la mierda.

—Me duele, Adriel —me quejo, cuando el dolor vuelve—, siento como si me estuviesen abriendo en dos. No quiero tenerlo, si ahora duele, al momento de que Adrian tenga que salir, yo… no voy a poder.

—Está bien, nena, ya llegamos al hospital. Respira, estoy contigo.

—¿Sigues sintiendo algo por mí, Adriel?

—¿Te sigue doliendo, Lileth?

—Responde a mi pregunta.

—No siento algo por ti. Estoy enamorado de ti.

Adriel me mira con espanto cuando vuelvo a pegar otro chillido.

—Aprieta mi mano, Lileth.

Cállate.

Embarazada de mi mejor amigo(Finalizada)Where stories live. Discover now