Confesion

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Cuando llegó a casa me ducho, como algo, y busco a mamá que se está riendo con alguna de sus novelas turcas. Cuando mama no se gira a verme carraspeo haciéndome notar.

Está de buen humor, eso es una ventaja y seguro mi hermano se está echando una siesta, cosa que agradezco.

—Mami, necesito charlar contigo unos momentos—mi voz sale ahogada consiguiendo ganarme su atención. No puedo evitar que mi voz no tiemble.

Oh fue porque la llame mami y suelo llamarla así cuando eh echo algo que no va a gustarle.

Aprieto las piernas nerviosa cuando otra vez vuelven a entrarme las malditas ganas de hacer pis.

¡Maldita sea!.

—Ven, dame un abrazo, Lileth—mi madre me estruja—seguro vais a hablar todos los días y antes de que te des cuenta ya estará aquí. Tenéis mucha suerte que ahora todos tenéis los celulares para poder comunicaros, en mi época eso era para gente con muchísimo dinero.

—No es eso, mama. Necesito que prometas que vas a mantenerte calmada, por favor. Lo que voy a contarte puede que te sorprenda.

—Ya entiendo, vas a volver a salir con una de tus tonterías—mama rueda los ojos—a veces me asustas, niña.

—No mamá. Quiero saber si tú siempre vas a apoyarme en todo.

—No te voy a mentir, hay cosas en las que no lo haría, pero supongo que de todas formas podría soportar.

—¿Y si ahora te confesase que estoy embarazada?, ¿me apoyarías igual?—juego con mis manos nerviosa, manteniendo mi mirada en la suya—¿te lo tomarías bien?.

—No digas tonterías Lileth, aún estás muy pequeña para eso.

—El día que vosotros dejasteis a Adrián con las gemelas, que hablamos sobre que yo estaba enferma, ese día vino un amigo a casa y lo hicimos, teníamos un condón, pero lo quitamos y al final acabamos haciéndolo sin condón. Y ahora tengo dos meses de embarazo. Vas a ser abuela, mamá.

—Lileth, basta, esto no es chistoso—su tono de voz es tenso.

—¡Mamá, por favor, esto no es una maldita broma!. Tu hija de diecisiete años está embarazada y estoy muy asustada, aún no sé qué voy a hacer.

De repente es como si todo fuese en cámara lenta. Ella se levanta apoyándose en el sofá, cuando estamos de frente a frente sin un sillón de por medio cierro los ojos esperando que diga algo hiriente.

Jamás me pondría una mano encima.

—Levántate la camiseta ahora mismo—aprieta la mandíbula tanto que creo que va a romperse. Cuando aparta la mano del sillón se ve claramente las marcas de sus dedos, haciéndome saber que lo estaba apretando.

La levanto dejando ver mi barriga mucho más grande.

—Estás embarazada—vuelve a agarrarse al sofá cuando se tambalea—tienes un niño ahí adentro.

No, es un dinosaurio.

No es el momento Lileth.

Durante unas cuantas veces me mira de arriba hacia abajo y cuando espero los gritos se da media vuelta marchándose sin decir nada.

Hubiese preferido los gritos.

Rápidamente saco el móvil. Voy a darle unos minutos a mamá porque entiendo que no le haya sentado nada bien la noticia.

—Hablé con mamá y papá, se lo conté todo—Lileth.

—¿Qué tal fue?—Adriel.

—Se lo tomaron genial. Ellos van a apoyarme en todo.

Él volvería si le digo la verdad. Por eso no voy a decirle que en verdad aún no hablé con papá, y mamá....no sé si va a apoyarme.

—Eso me alegra, pelirroja—Adriel.

—Luego hablamos, te quiero—Adriel.

Cuando se desconecta me meto en el chat de Andrea. Matt nos acabó pillando, así que tuve que contarle la parte en donde en realidad este bebe es de Adriel.

—Ya le conté a mama y no dijo nada, solo se marchó—Lileth.

—Acabó de platicar con Adriel y le dije que todo fue bien—Lileth.

—Hija, ¿a dónde se fue mamá?. Escuche la puerta hace unos minutos—papa me mira confundido—prometió que hoy iba a quedarse conmigo.

—No sé a donde se fue. Yo.... dije algo que a ella no le gusto y por eso salió, pero volverá.

—¿Qué fue lo que dijiste?.

Voy a tirar todos los bolos de una sola vez. 

—Mamá jamás se saltaría un capítulo de su serie—papá se acerca—¿le hablaste mal?, odia qué le respondan mal.

Cuando niego, suspira aliviado.

No va a durarle mucho ese alivio.

—Dime el porqué—papa se encoge de hombros—intentaría enojarme contigo, pero la verdad no voy a poder.

Veremos si luego de confesar todo sigue tan calmado y como acaba de decir, no va a enojarse.

—Tienes que prometerme que no vas a marcharte y vas a escucharme antes de alterarte.

—Hija, no me asustes. Ve directa al grano—papa chasquea la lengua.—¿Te han expulsado de la escuela?, espero que no o....no, aún no sé me ocurre nada.

—Papá, ya acabé la escuela hace dos meses. Adrian también terminó su escuela.

—Tienes razón, se me olvidó que ya habían terminado las clases. Lo siento, hija.

—No es nada papa.

—¿Entonces.... vas a decirme por qué mama se fue a dar una vuelta?.

Oh sí. Mi embarazo.

—Estoy embarazada, dentro de unos siete meses vais a ser abuelos.

Boom.

—No bromees con eso, hija.

—No estoy bromeando, papa—me levanto la camiseta al ver su media sonrisa que se le borra enseguida que me ve la tripa.—Voy a tener un hijo.

—¿De quién es ese crío?—

—Yo no quería tener un bebe a esta edad, no planeaba decepcionaros, pero prometo que yo voy a hacerme cargo de él. Estudiaré e intentaré buscar algún trabajo por las tardes para guardar algo de dinero.

—Te pregunté de quién es ese hijo. Responde, es algo fácil de hacer—gruñe.

—Papi yo.... 

—Quiero que me digas ahora mismo de quien es ese niño—se pasa las manos por la cara frustrado—jamás pensé que mi única hija, mi niña, saliese embarazada, solo tenías que hacer una cosa bien y era acabar tus estudios. 

—Papa....

—Cállate, Lileth.

Genial, nada salió como quería.

Embarazada de mi mejor amigo(Finalizada)Where stories live. Discover now