Los amigos no se besan

534 20 1
                                    

—¡Andrea, ayúdame a levantarme! Tengo que hacer pis.

Tengo ocho meses de embarazo y una barriga que me impide levantarme sola, atarme los cordones o cualquier cosa que signifique mirar al suelo. En todo este tiempo, he ido al ginecólogo con regularidad e hice algunos trabajos más cuidando perros, niños y limpiando algunas casas sin usar productos que pudieran afectarme.

—Pareces un pingüino caminando —Andrea ríe—. Tu mami ya no puede contigo, deberías salir ya —pincha mi barriga, recibiendo como respuesta una patada.

—Debería, sí.

—Ya tenemos que irnos —poniéndose de rodillas, besa mi barriga—, si pasa algo, llámanos enseguida.

Los últimos dos meses desde que se enteraron de que podría ponerme de parto —gracias a mi médico que no supo mantenerse en silencio — ellos han estado vigilando con lupa.

Cuando se van, luego de ir al baño, me dirijo hacia el sofá para llamar a mi hermano.

—¡Lili!

—Hola, renacuajo, ¿qué tal va todo?

—Papi y mami discuten a veces y te echo mucho de menos.

—Siento haber tenido que irme, ¿sabes?, es muy probable que el bebé nazca cerca de tu cumpleaños.

—Eso es genial, ya quiero verlo para poder jugar y ver la televisión juntos.

—Yo también deseo verlo ya. Estoy deseando poder jugar los tres juntos.

—Sii, pero ahora tengo que irme, mami me llama. Te quiero mucho.

Cuando me despido, pongo alguna telenovela hasta que el timbre suena.

¿De verdad?

Con una queja, apoyo las manos, intentando empujar para levantarme. Suspiro cuando fallo.

—¿Andre, Matt?, ¿sois vosotros?

—Soy Sofia, he venido a visitarte y a traerte algo de ropa para el bebe.

—Ahora voy, un momento.

Esta vez solo me han llevado cuatro intentos antes de poder levantarme.

—Traigo buenas noticias, Lileth —me abraza antes de rodearme y sentarse en el sofá con su hijo menor—. Estoy agotada, me tiene todo el día corriendo detrás de él. Me hace acordar a tu hermano cuando era un bebé.

El sofá es el mejor aliado de las embarazadas, y ex embarazadas.

—¿Vas a llevarme al médico y obligar a qué me hagan una cesaría? Porque sí es así, la próxima vez que pueda agacharme, voy a agradecértelo de rodillas. No soporto más esta barriga, no puedo hacer nada, no me veo los pies hace cinco meses.

—No digas tonterías, Lileth —el bebe ríe cuando me ve intentando sentarme en el sofá—. Mañana vuelve, me pidió que no te contase nada porque le daba miedo que te pusieras de parto, pero la emoción me ha ganado. Sé que lo has echado mucho de menos.

Hago una mueca cuando mi hijo me patea. No es el único que está feliz.

—¿De verdad?

—Obvio que sí, cielo. Al fin se digna a volver a casa. Con su familia.

Sí, Adriel se quedó algunos meses más y como dijo, se apuntó a la universidad en línea. No sabía que eso podía hacerse, pero le ha estado yendo muy bien.

Quiero volver a la escuela.

A ese día en donde tropecé con Oliver. El día que le pedí a mi amigo perder la virginidad con él, a cuando mama nos reñía por aplastar sus plantas, quiero volver a cuando era una niña sin problemas.

Otra vez no. No pienso volver a llorar.

—Lo he echado tanto de menos

Desde que se fue, solo hablábamos por chat, y aunque intente llamarlo varias veces para verlo, enviaba un mensaje poniendo alguna excusa del porqué solo podía hablar por mensaje.

—Y ahora que estamos hablando de la familia… Deberías intentar hablar con ellos, Lileth, quizás esta vez no se comporten como cavernícolas. Sabes que tu madre y yo somos amigas desde antes de venir aquí, por eso sé que ellos no son malos, ni tú eres una decepción para ellos. Yo estoy muy orgullosa de ti, y ellos también. Has conseguido sacarte un curso en idiomas estando embarazada y en menos de un año, y trabajando. No creo que puedan estar decepcionados de eso.

—Me quedan unas pocas semanas para dar a luz y prefiero no estresarme por estas cosas. Puedo intentar hablar con ellos luego de que me recupere del parto, pero no antes.

—¿Y tu hermano?, estas semanas tuvimos mucho trabajo en la tienda, así que no hemos estado tanto tiempo con ellos. Agradezco tener una piscina tapada, o esto sería un caos.

El calor no tardará en llegar, por eso ahora tienen más trabajo.

—Me echa mucho de menos, mis padres discuten un poco más a veces, pero todo está relativamente bien y normal en casa —carraspeo—. Él está muy contento por ser tío.

—Dame un abrazo, cielo.

—Lo necesito.

—Lo sé.

—Mucho.

—Está bien, Lileth —pasa sus manos por mi cabello—, me alegra que mi hijo esté enamorado de ti.

—¿Disculpa? Él no está enamorado de mí, le gusto. Nada más.

—Soy su madre, no me lo ha dicho tan directamente, pero lo he escuchado quejarse cada vez que un hombre se acercaba a ti. Como se le encendían las mejillas y orejas cada vez que le dabas un beso en el cachete o lo abrazabas. Como te protegía y ayudaba en todo. Como buscaba tu cariño sin importar el humor que tuviese. Como te esperaba por las noches para dormir juntos. Como le brillaban los ojos al mirarte. Su forma de hablar sobre ti, era tan preciosa, escuchar sus halagos hacia ti. Siempre le decía a todo el mundo lo perfecta que él te ve. Como se reía contigo, todo eso es amor, Lileth. No es amistad y… No vivimos en la misma casa, pero cuando os veía juntos, te pasaba lo mismo que a mi hijo. Lo miras con un amor, el mismo amor con el que te ve él.

—Solo somos amigos —levanto la cabeza—, solo eso.

Mentira.

—Los amigos no se ven de la forma en que vosotros lo hacéis. Los amigos no tienen relaciones ni se besan. Tenéis una conexión tan bonita y me alegra.

—No nos miramos de ninguna forma —insisto.

—Repito que veo el brillo en tu mirada y en la de él. Lo reconozco.

—Adriel es… Es como un personaje ficticio, no tiene ningún defecto, pero no lo veo como algo más que mi mejor amigo de la infancia.

—De pequeños siempre ibais diciendo a todo el mundo que ibais a casaros y tendríais una boda con mucha gente.

—Éramos niños, Sofia.

—Vais a casaros, lo sé.

—No.

—Aja.

—Lo digo en serio, Sofia.

—Está bien.

—¡Sofia!, voy en serio.

—Está bien, voy a fingir ser una madre normal y fingir que te creo cuando en mi mente, ya os veo con los trajes de novios.

—Solo falta que ya vayas comprando los trajes para tu boda imaginaria, Sofia.

Embarazada de mi mejor amigo(Finalizada)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon