Capítulo 45

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 —A ver si te he entendido, entonces el hombre del que estás enamorada, por el que te has peleado con tu mejor amiga para que puedan estar juntos, te ha buscado nuevamente, te ha dicho que se ha dado cuenta de que te ama, visita regularmente tu casa, te ha llevado flores y tú...

—Y chocolates —lo interrumpió Maite, agregando lo que le había faltdo a la lista de Ethan, mientras seguía quitándole pétalos a una margarita que había arrancado de los jardines de la universidad. Estábamos aprovechando el sol y haciendo tiempo hasta que empezara nuestra clase. Los tres nos encontrábamos acostados en el pasto, con nuestras cabezas unidas, formando una letra T.

—Y chocolates —continuó Ethan, con sus manos enlazadas sobre su pecho—. ¿Y me estás diciendo que tu respuesta ha sido decirle que se las dé a otra y utilizar a tu compañero de trabajo, quien según tú es muy agradable, para darle celos coqueteando en frente de él toda la noche? ¿He entendido bien?

—Bueno, tal y como has dicho la última parte, me haces quedar como la villana del cuento, pero sí. Es eso lo que he hecho. —Respondí sintiéndome culpable una vez más.

La cosa estaba así: Bryan había seguido yendo a la casa de mi abuela. No tenía que verlo porque cuando él hacía sus visitas yo estaba trabajando. Pero hacía unos días a mi abuela se le había ocurrido la brillante idea de invitarlo a cenar. Tana había tenido la «amabilidad» de avisarme y a mí me había dado una ira que había hecho que Marcus, que estaba trabajando a mi lado, notara mi enojo y mi mal humor. Cuando se acercó a mí y me preguntó si estaba bien, levanté mi vista del móvil y al ver su cara supe que tenía que dejar de enojarme y ponerme a jugar el mismo juego que ellos. Así que lo único que se me ocurrió responderle a mi amigo fue: «¿Tienes hambre?».

Marcus llegó conmigo a casa esa noche y me aseguré de que Bryan no se lo pasara tan bien como había imaginado que haría. No me importaron las flores ni los chocolates que me había llevado. No me importó nada. Ni siquiera lo que Marcus pudiera llegar a pensar o a sentir. Y eso, luego de que lo pensara con la cabeza en frío, me dio mucha vergüenza. Tanto fue así que al día siguiente tuve que hablar con él. Me sentía tan tonta por lo que había hecho y sabía que de todas formas Marcus se había dado cuenta de que lo había utilizado dado el comportamiento extraño y fuera de lo normal que había tenido con él aquella noche.

—Pues, ¿qué te puedo decir, rubia? Estás loca —suspiró Ethan resignado.

—Sí, pero loca por él —acotó Maite—. Mía, ¿qué hay con Marcus? Déjame decirte que me parece horrible lo que has hecho. No quiero hacerte sentir una villana y sé que fue algo impulsivo, pero no lo hagas. Sé que nos has dicho que ese chico no te ha dicho que sienta algo por ti, pero aun así no deberías haberlo hecho. Lo más probable es que sí le gustes, dada la manera en la que se comporta contigo. Y si eso fuera así, no sabes lo feo que es que alguien que te gusta te utilice para darle celos a otra persona. Y si no está interesado en ti, también es horrible. Sientes que sobras y que eres parte de una estupidez.

Ethan y yo nos miramos. Sabíamos por quién había hecho ese comentario. Según Maite Dash la había estado utilizando para darle celos a Melissa. Al parecer esa pareja estaba cada vez más desintegrada, tanto que nadie entendía por qué seguían juntos. Pero Ethan y yo estábamos seguros de que aquello de los celos era una idea estúpida que se le había puesto en la cabeza a ella. Dash tenía un interés genuino en nuestra amiga y ninguno de los dos sabía cómo demonios hacérselo entender.

—Ya lo sé, sé que es horrible y tonto. Si te hace sentir mejor, ya he hablado con él. Era obvio lo que había hecho. Me comporté con él de una manera en la que nunca lo hago y terminó por darse cuenta. Quedé como una inmadura. Sé que, aunque no sienta nada especial por mí, lo que he hecho estuvo mal. Lo he puesto en una situación incómoda, como tú decías, en la que no pidió estar. Me dijo que la próxima vez que se me ocurra hacer eso, al menos se lo avise a la otra persona. Le he pedido perdón muchas veces y me dijo que no me haga problema. Que ya estaba hecho y olvidado.

Escandalosa tentaciónحيث تعيش القصص. اكتشف الآن