Capítulo 33

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BRYAN

-Veamos cómo va esto... -Juliet se acercó con el plano y no se me pasó por alto que lo primero que hizo fuera ver la pantalla de mi ordenador. Sabía que el haberme visto en esa situación tan... familiar con Mía, le podría llamar la atención. El archivo que había dejado a la vista era la lista de proveedores. Si hubiera visto el anterior no hubiera entendido por qué le estaba hablando a Mía de contratos de fiduciantes cuando su trabajo no tenía nada que ver con ese tema.

Me puse a revisar el plano, anoche en la cena le había pedido que los terminara cuanto antes. Necesitábamos ver cómo irían quedando distribuidos los espacios de cada planta. El hotel era inmenso, de seguro nos llevaría bastante tiempo acabar los detalles.

Siempre me sorprendía la prolijidad de Juliet para trabajar. Sus planos casi siempre estaban perfectos o tenían detalles que se solucionaban retocando tan solo un poco el trabajo. Me alegraba tenerla en nuestro equipo.

-El plano del primer piso está muy bien. Eres brillante -le sonreí.

-Bueno, la verdad es que lo he modificado en base a lo que me has dicho anoche. Tomé nota mental de cada una de tus percepciones y puse un poco de las mías. Hacemos un gran equipo.

-Claro que lo hacemos.

-Mañana tenemos que ir a la obra, podríamos ver cómo avanzar con el resto de los planos, mirar el panorama viene muy bien.

-Me parece perfecto. Seguro Maurice venga con nosotros, tendrá que estar allí para recibir a los proveedores.

Nos pasamos un rato trabajando y hablando de los proyectos que estaban pendientes, pero notaba algo rara a Juliet. Observaba todo y estaba un tanto distraída. Quizás fuera el cansancio, admitía que estaba igual. Últimamente, había dormido pésimo entre el trabajo y las preocupaciones que ocupaban mi vida.

Mandé a pedir un café para cada uno y seguimos trabajando.

-¿Y cómo va Coni? -Me preguntó, ayer le había contado lo de su primera desilusión amorosa.

-Está un poco mejor, como te dije ayer, mi madre se ha quedado unos días para estar con ella y Mía también. Espero que eso la ayude un poco, sabes que no soy muy bueno consolando.

-Ay, tu madre... ¿Hace cuánto no la veo? Tienes que invitarme a tu casa, tengo que saludarla, ¡por favor! -me rogó.

Juliet y mi madre se habían conocido en la época en la que me había convertido en padre soltero. Mi madre ya la tenía de vista porque Juliet había sido compañera de la universidad, pero la conoció realmente en el tiempo en el que ambas me ayudaron a hacer posible cuidar de Constanza, trabajar y estudiar a la vez.

-Sí, creo que te debo eso. Pásate cuando quieras, ya sabes que eres bienvenida.

-Me alegra mucho escuchar eso. Y en cuanto a Coni, ya verás que pronto se pondrá bien. Estos desamores de la adolescencia pegan fuerte, pero también duran poco.

-Eso espero, no sabes la impotencia que me da verla tan triste a causa de ese idiota -Suspiré, pensar en eso me ponía enfermo.

Juliet se levantó de su asiento y se acercó hasta el mío, movió mi silla para que quedara frente a ella y posó sus manos en mis hombros.

-Todo va a estar bien. No te estreses de más Bryan. Tienes una cara de no dormir bien hace semanas que hasta a mí me preocupa, trata de relajarte. -comenzó a ejercer presión sobre mis hombros, en un leve masaje.

-El estrés no es solo por Coti, ya sabes que me hago problema por todo. Todavía me queda ver el tema de ese maldito concurso. El abogado aún no ha recibido noticias ¿lo puedes creer? Parece mentira. -me llevé las manos al rostro y al pelo en un gesto de tratar de liberar la frustración, lo que provocó que ella quitara las manos de mis hombros y volviera a su silla.

Escandalosa tentaciónOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz