Capítulo 29

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—Dios mío, eres tan guapo —Susurré resignada mientras lo veía completamente dormido.

No dejada de sorprenderme lo largas que tenía las pestañas, lo gordito que era su labio inferior ni la paz que irradiaba en ese instante su cara mientras dormía. Bryan tenía un magnetismo que me atraía con una fuerza extraordinaria.

Aproveché que estaba completamente dormido para poder contemplarlo a mi gusto. La sábana que nos cubría el cuerpo dejaban al descubierto más de la mitad de su torso. Me moría por acariciarlo, pero tenía miedo de que se despertara, así que desistí de esa idea y continué observándolo desde mi lugar. Hasta que nuevamente aquel bendito tatuaje, el que había descubierto que tenía entre las costillas, llamó mi atención.

Cuando le había preguntado por él no me había querido decir qué era lo que significaba.

Lamenté en ese momento ser tan mala con los idiomas, aunque no se me podía culpar, el tatuaje no estaba en una lengua normal de las que se suelen aprender en la preparatoria, como el francés, sino más bien en lo que parecía ser ¿árabe? No tenía ni idea, pero se me acababa de encender la lamparita.

Me levanté despacio de la cama y busqué mi bolso. Cogí mi celular e instantáneamente abrí la aplicación del traductor de Google que había descargado para hacer tareas del instituto. Me acerqué con la cámara del móvil y le tomé una fotografía al tatuaje. Una vez que la tuve, pasé mi dedo por encima de la frase y el diccionario detectó el idioma, confirmándome que, efectivamente, aquello era árabe. Y según la traducción al inglés, decía: I'm much too young to let love break my heart (Demasiado joven como para dejar que el amor me rompa el corazón).

Fruncí el ceño, la frase me parecía demasiado cursie viniendo de Bryan, y recordé que me había dicho que se había hecho eso estando borracho. Supuse que eso era una frase hecha, así que copié la traducción del inglés y la pegué en el buscador, que me reveló que la frase era de una canción de los Guns N' Roses, «Estranged». Pinché para leer la letra y en verdad era bastante deprimente. Parecían estar cantándole a alguien que abandona a otra persona. Y entonces lo entendí, se había tatuado parte de esa canción por ella, por la madre de Coni. Caí en cuenta de que ni siquiera sabía cómo se llamaba. Creo que mi amiga nunca me lo había dicho y si lo había hecho, no lo recordaba. Nunca hablábamos de eso.

Seguí leyendo la letra completa, pero fue una frase la que se quedó grabada en mi memoria:

«Nunca encontraré a nadie que te reemplace».

Sentí un pinchazo en el corazón. ¿Seguiría enamorado de su exesposa? Había algo que no me cuadraba del todo, había hablado del tatuaje como algo sin importancia y hasta parecía arrepentido de habérselo hecho ¿cómo podía estarlo si aún estaba enamorado de ella? Decidí dejar a un lado el móvil y seguir observándolo a él. No quería comerme el coco a esta hora de la mañana.

El movimiento que hice fue suficiente para que Bryan comenzara a moverse. Me quedé lo más quieta posible intentando que no se despertara. Cuando se quedó quieto me acerqué un poquito más a su rostro para confirmar que seguía dormido, pero pegué un gritito cuando de repente, una fuerza extraordinaria me tomó por los brazos y en un nanosegundo me encontré debajo de él, con sus brazotes a los costados de mi cabeza.

—¿Se puede saber qué haces espiándome mientras duermo? —exclamó con una voz ronca tan sexy que hizo que no pudiera coordinar una respuesta rápida. Lo miré fijamente a los ojos azules y sentí como me latía el corazón. Era increíble como reaccionaba mi cuerpo a él. Lograba descontrolarme y reducirme a la nada con tan solo mirarme o decirme una palabra. Aunque el hecho de que estuviese desnudo y encima mío también ayudaba un poco, claro.

Escandalosa tentaciónWhere stories live. Discover now