Capítulo 52

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BRYAN

Un día de mierda. Así se podía calificar a este. Y eso que aún no había terminado.

Acababa de salir de una reunión con el representante de Joshua Cohen, el nuevo accionista de Eco. El muy cretino no había tenido la decencia de dar la cara y había mandado a un pobre diablo a hablar en su lugar.

La dichosa reunión había sido en vano ya que no se había llegado a nada. Las únicas cosas que había logrado esa gente hoy habían sido confirmar que eran unas lacras y reavivar mis ganas de hundirlos. No me importaba si los accionistas eran otros, la empresa esa nos había metido una denuncia falsa y por su culpa habíamos tenido que parar obras y movernos en busca de un abogado que nos pudiera ayudar, así que ahora, tendrían que pagar. Esta vez la demanda sería para ellos y no estaba seguro de que fuesen a correr con la misma suerte que nosotros.

Pese a los problemas que había tenido con Hart, tenía que aceptar que me había sido de gran ayuda, incluso cuando, gracias a su hija, había logrado meterme en un problema grande.

La intervención de Melissa me había costado mi relación con mi hija y con Mia. Había pensado en dejar todo como estaba y olvidarme de aquello, pero cuando había ido a visitar a Mia y me había contado lo que esa chica le había hecho, se me había acabado la paciencia.

Cabreadísimo, llamé a Hart y le conté absolutamente todo lo que había hecho Melissa. Lo antiprofesional que había sido y cómo parecía no tener límites a la hora de salirse con la suya. A Hart no le quedó más que tomar una decisión drástica, pero que consideré acertada: Melissa dejaría de trabajar para él y, para obtener el título, tendría que hacer las pasantías en otro buffet, en dónde aprendiera a ser profesional sin tener la protección que le aseguraba ser la hija del dueño de la empresa para la que trabajaba.

Al quedar fuera de la empresa, no había parado de mandarme mensajes, llamarme y, hasta incluso, se había atrevido a venir, pero gracias a seguridad no había podido pasar ni la primera puerta. Ya había tenido suficiente con esa chica.

Me senté y comencé a revisar mi agenda. Sin embargo,  mi cabeza estaba en otra parte. Hacía tan solo unas horas había visto a Mia y no solo eso, había terminado rechazandola y le había ordenado que se fuera. Tenía tatuada en la mente la cara que me había puesto cuando le había dicho que lo nuestro se había terminado y todas y cada una de las palabras que me había dicho. Joder, era mejor no pensar, porque si lo hacía me volvería loco.

Lo mío con ella ya era historia y no tenía que dudarlo ni por un segundo. Había hecho bien. Eran demasiadas las cosas que nos separaban y si algo me había enseñado la vida era que a veces el amor, lamentablemente, no alcanzaba.

Me concentré en mis pendientes y di un largo suspiro cuando vi una de las tantas cosas que tenía para hoy: llamar a Alexia por lo de la prueba de paternidad.

Joder. Estaba acojonado. Pero también necesitaba saber si ese chico era hijo mío o no, necesitaba terminar con esto de una vez.

Enojado como estaba, le marqué y me quedé esperando a que responda, pero no lo hizo, así que decidí dejarle un mensaje de voz.

—Hola, Alexia. Quería saber si ya has hablado con tu hijo. Necesito hacerme la prueba de paternidad. Ya te he dado demasiado tiempo. Más del que mereces. Lo siento por él, pero me urge saber dónde estoy parado en este asunto. Si no me llamas entre hoy y mañana para definir esto, hablaré con mi abogado y será él quién se encargue del tema él.

Corté sin decirle adiós. Últimamente, se me habían olvidado los modales y más cuando se trataba de esa mujer.

Un golpe en la puerta cortó con el silencio que había en mi oficina.

Escandalosa tentaciónWhere stories live. Discover now