Capítulo 2: The Feelings Come Back

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El esqueleto de lágrimas carbón se dirigió a su cuarto en aquel inmenso castillo con un color negro predominante y algunos detalles rojos y dorados. Las habitaciones del gran castillo estaban en el segundo piso, ya que en el primero tenían las cosas generales que eran: la sala de estar, cocina, gran comedor y baño de visitas.
En el segundo piso eran principalmente las habitaciones, las cuales eran bastante amplias y con baño propio -algo muy conveniente -, finalmente cada habitación tenía el nombre de su respectivo huésped en la puerta, una placa de oro con sus nombres tallados y algunos adornos los cuales adornaban las puertas caracterizando a los dueños de dichas habitaciones.

En el caso de Horror tenía su respectiva placa con su nombre y su puerta tenía varias manchas de sangre seca, aunque algo de esa sangre era reciente, pero algo que sin duda caracterizaba aquella puerta era que arriba de la placa estaba un pequeño girasol pegado a ella, esto fue un detalle por parte de Farm, y sería un lindo detalle, si no fuera porque aquel girasol ya se había marchitado desde hace mucho tiempo.

Por su parte Dust no tenía mucha diferencia en comparación de Horror, ya que en vez de sangre él tenía polvo decorando la manija y gran parte de la puerta, y ni siquiera se preocupaba en mantener la placa de su nombre de la puerta limpia.

El cuarto de Error era algo extraño, ya que si bien su puerta era "normal", desde adentro se veía como emitía una extraña luz blanca, y esto se debe a que Error de alguna forma había transformado la puerta de su habitación en un portal directo hacia el Anti-void.

Raspberry... Bueno, el pequeño tenía un letrero de "NO ENTRAR!!" colgando desde la perilla de su cuarto, y alrededor de la placa con su nombre estaban dibujadas varias flechas de tinta fosforescente señalando el nombre, era un Sans muy excéntrico en comparación al resto del grupo.

Al final del pasillo estaban 3 habitaciones, la primera era la de Cross la cual tenía varios cuchillos atravesando su puerta pero dejando intacta la placa... Bueno, más o menos, esta tenía varios rasguños por parte del Sans incoloro.

La segunda habitación hasta el final era de Killer, y está no tenía absolutamente nada, de hecho, si no fuera porque tenía su nombre en la placa cualquiera pensaría que esa habitación no le pertenecía nadie.

Cuando Killer se acercó a su habitación justo antes de entrar en ella vio de reojo la última habitación hasta el final del pasillo, como era de esperarse esta misma le pertenecía al rey de las pesadillas y a ninguno de los presentes se le permitía entrar en ella -regla que a ninguno le importaba ya que nadie tenía la necesidad de entrar allí -, y después de verla por unos segundos entró a su habitación sin más rodeos.

Esta no tenía nada especial, un armario bastante grande, una cama tamaño matrimonial, cortinas obviamente cerradas, muebles y otras cosas que a nuestro Killer no le interesan, así que con toda la pereza del mundo se acercó a su cama y se dejó caer sobre ella, acomodándose y puso sus brazos detrás de su cráneo viendo hacia el techo, pero cuando estuvo a punto de quedarse dormido sintió una presencia, presencia la cual le hizo sentarse en la cama ya sabiendo quién era.

—¿No es muy tarde para venir a estas horas a mi habitación, jefe? —aquellas palabras las dijo al tiempo que volteaba a ver a ese ser de oscuridad, el cual sólo había aparecido espontáneamente en esa habitación.

—Quiero hablar contigo —contestó cortante sin responder a la pregunta de su subordinado y se acercó a la cama del contrario, sentándose en la orilla de esta y Killer por su parte volvió a su importante labor de ver el techo. -Te fuiste más temprano de lo usual, ¿por qué?

—Simplemente tenía ganas de estar solo, a mi me da igual si es que Farm y Horror tienen un hijo, en realidad no me interesa —antes de que Nightmare contestara ante aquello lo vio y se quedó callado, Killer alzó una ceja y al cabo de un rato Nightmare dijo:

Daré mi vida por ti [Nightkiller] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora