Capítulo 22: My Son: Noir

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Tiempo después...

Tres días habían pasado desde que Killer se sometió a aquella operación en la que le sería privada su determinación.

Afortunadamente todo salió bien, tanto él como su pequeño bebé se mantuvieron estables y ninguno sufrió ningún daño o reacción imprevista.

Todo estaba saliendo de acuerdo a lo planeado.

Si bien, al principio a Killer le costaba acostumbrarse a aquel "vacío" que le había dejado el ya no tener su determinación pudo acostumbrarse nuevamente a su vida normal. Una en la que la influencia del alma humana ya no influenciaría en nada sus acciones.

Actualmente, Killer estaba en su casa, viendo especialmente el interior de una caja con el ceño fruncido y algo de sudor frío resbalando sobre su frente.

—... Esto es un mal chiste, ¿verdad? Dime que lo es y me reiré muchísimo —pidió casi suplicante, esperando una respuesta afirmativa por parte de Dream y de un acompañante especial que ahora estaba con él.

—Para mala fortuna tuya no lo es —dijo Dream con un semblante sereno. —Todos los cuidadores poseen un uniforme, y tú al ser uno de la guardería posees uno especial.

—Vamos chico, no es tan malo como piensas —habló el otro esqueleto acompañante de Dream. —Cuando te acostumbras llega a ser cómodo.

—Eso lo dices porque tu la llevas desde siempre... Alter —murmuró Killer, desviando un poco la mirada del uniforme dentro de la caja.

—Bueno ya, fuera los dramas —exigio Dream simulando estar enojado, pero lo único que consiguió fue hacer un puchero adorable. —Killer, hoy es tu primer día de trabajo, Science corroboró tu salud perfecta así que debes de ir a trabajar si o si, no se negocia.

A pesar de las miles de quejas de Killer, al final accedió a ponerse aquel dichoso uniforme el cual era idéntico a la túnica que llevaba Alter, con la diferencia de que en vez de ser una túnica azul la de Killer era una roja.

—... Me veo ridículo —insistió el asesino viéndose en su espejo de cuerpo completo.

—Te ves bien —animó Alter levantando su pulgar. Dream ya no estaba. —Bien, ahora que ya estamos listos deberíamos ir yendo, nos esperan.

Killer volvió a soltar un suspiro de fastidio, pero al final no tenía otra opción, así que ambos fueron a la guardería en donde un largo agotador día de trabajo les esperaba a ambos.

Al llegar, Killer notó a primera estancia que ahora había más personal dentro, la mayoría siendo Toriels de diferentes universos quienes se dedicaban a cuidar, alimentar, curar, enseñar, entre otras cosas a todos los niños de aquel lugar. Que ya no tan sólo eran esqueletos hijos de Ink y Error, sino que había más variedad entre monstruos y humanos.

—... ¿De qué me perdí en estos tres días? —preguntó Killer desconcertado.

—Era viernes después de clases la primera vez que llegaste aquí, obviamente hay más pequeños de la Omega que se han interesado en esta guardería y asisten por voluntad propia, las Toriels que ves aquí son voluntarias para cuidar a estos pequeños —explicó Alter con una sonrisa. —Ahora, ¿te parece si empezamos? Necesito enseñarte muchas cosas.

—Ah... Pero si no es molestia me gustaría preguntarte algo primero acerca de-

Y sin esperar a que Killer diese una respuesta concreta, Alter ya había comenzado una larga y compleja explicación acerca de los cuidados necesarios de los niños, ya sean humanos o monstruos.

Durante ese día Killer no tan solo aprendió la parte teórica, sino también la parte práctica, pues mientras Alter le iba explicando Killer realizaba las cosas, definitivamente era un método de aprendizaje infalible, pues en poco tiempo Killer ya había memorizado casi todo lo que le iban enseñando durante el transcurso de ese día.

Daré mi vida por ti [Nightkiller] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora