Capítulo 14: A Sanctuary Of Lost Souls

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Habían pasado ya dos días, y en el actual presente era el gran día, el día de la boda.

Todo el reino se estaba preparando con sus mejores ropas, en las escuelas suspendieron las clases y las familias preparaban sus regalos para la futura feliz pareja. Increíblemente yacía un día despejado y eso ya era considerado un milagro.

—¡Preparen las mesas con los manteles violetas! ¡Las rosas negras sobre los floreros para los centros de mesa! ¡¡Y ALEJEN A HORROR DE LA MESA DE BOCADILLOS!! —ordenaba El Rey a cada uno de sus asistentes quienes rápidamente acataban a sus órdenes.

—Vamos cariño, te apartare tu porción cuando sea el momento, mientras tanto ayúdame a hacer el banquete —pedía Farm, quien jalaba a Horror fuera de la zona de peligro el cual sólo se alejaba siendo arrastrado por su esposo con una expresión de tristeza.

—Bien, ¿cómo va lo demás? —preguntó Nightmare a su mayordomo, quien revisaba atentamente su portapapeles.

—Todo sigue en orden su majestad, no ha llegado ninguna notificación de que un extranjero haya entrado al reino —respondió el monstruo mayordomo de especie perro, un husky para ser más específico.

—Perfecto, iré a alistarme, te encargo el resto —se despidió.

—Por supuesto, señor —el mayordomo hizo una reverencia, viendo como Nightmare se alejaba del lugar.

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—... Pues no está nada mal —decía Killer viéndose en el espejo de cuerpo completo, admirandose desde todos los ángulos posibles.

—Insisto, te hubieras visto mejor si hubieses llevado un vestido de novia —opino Dust, sentado en la orilla de la cama viendo a su mejor amigo.

—Y dale con lo mismo, admitelo, me veo bien, lo sé y lo sabes —con una sonrisa se dio media vuelta haciendo una pose de diva, mostrándole la parte trasera del traje. —Y por acá se ve mejor pinche envidioso —le enseñó el dedo medio mientras posaba.

—¡JA! Lo que tú digas, a ver si así le vas a posar a Nightmare cuando sea su luna de miel —ante ese comentario Killer se quedó paralizado, disociandose en ese mismo momento imaginando las mil y un cosas que podrían pasar en la noche de bodas. —... Oh.. ¿En vez de posarle le vas a bailar? —Se encogió de hombros.

—¿¡QUÉ!? ¡¡POR TOBY FOX, NO!! —negó rotundamente pegando su palma de la mano contra su cara, sentándose en la silla que tenía cercana. —Ni siquiera sé qué pasará de ahora en adelante... Estoy tan.. ¿Confundido? ¿Emocionado? ¿Asustado? ¿Enojado? La mayoría de emociones son malas y es justo lo que él quiere, ¿qué... Pasará conmigo de ahora en adelante..? —Dust al ver que Killer comenzaba a abrumarse fue con él para sentarse a su lado y comenzar a acariciar su espalda suavemente. —Creo... Que si las cosas hubieran sido diferentes no me molestaría tanto el que me case con él.

—¿Quieres decir que realmente lo quieres? —preguntó curioso y algo impresionado.

—No lo quiero... Es algo más, yo sufro cuando estoy con él, es malo y lo reconozco, pero aún así no puedo llegar a odiarlo, aún no —admitió, y después de unos momentos entró una mucama coneja.

—Señor Dust, el joven Blue llegó junto con su hermano Papyrus —avisó ella esperando en el marco de la puerta.

—En seguida voy —Dust se levantó y después vio a su amigo. —... Creo, que llegara un punto en el futuro que seguramente hará que lo odies con toda tu alma, el odio y el amor son dos cosas completamente distintas, pero sin embargo él vive solo de una de esas dos, y lamentablemente el que tu lo ames no le servirá de nada, si es que no llegas a odiarlo... Me da miedo pensar en el futuro —le palmeo un par de veces la espalda y después se retiro junto con la mucama, dejándolo solo.

—... Dios... ¿Qué estoy haciendo?... —inevitablemente Killer comenzó a soltar lágrimas negras.

Era demasiado obvio lo que Dust le había dicho, pero ¿cómo escaparía de su futuro infierno? Sabía que sufriría, pero no podía hacer nada, escapar no era una opción ya que él lo buscaría por cielo, mar y tierra hasta que finalmente diera con él, era capaz de destruir el mundo entero para encontrarlo, y si bien eso sonaba """romántico""" en realidad... No lo era. No sabiendo que sus amigos y compañeros podrían estar involucrados en eso.

—... Estoy solo... —murmuró con voz quebrada.

— Yo no estaría tan seguro de eso —Killer reaccionó, levantó la mirada, pero no vio a nadie delante de él, en cambio sintió como algo se recargo en su espalda. —Nunca has estado solo.

—... Eres la misma voz que me habla cuando estoy solo, tu eres la razón por la que me siento vigilado a cada rato, te reconozco, pero no sé quien eres —habló en voz alta.

—Yo soy quien puede ayudarte a salir de este lugar, puedo llevarte a otro sitio en el que estés a salvo y nadie sufriría por ello, un santuario de almas perdidas, donde todos pueden pertenecer y solo con desearlo apareceré, cuando estés listo, te estaré esperando, Killer —el peso que el Sans sentía sobre su espalda desapareció, y solo en ese momento se atrevió a mirar atrás, encontrándose con la nada misma.

—... —respiro profundo y volvió a voltear a verse al espejo, notando que las marcas de las lágrimas negras en sus mejillas ya se habían secado, ya no tenía tiempo para limpiarse, era hora de cumplir con su deber.

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La música resonaba por todo el lugar, todos los presentes se levantaron de sus asientos y voltearon a ver a la entrada en el altar —incluyendo a Horror que estaba revolcándose en la mesa de aperitivos — , en donde se desplegó una larga alfombra roja, y posteriormente allí apareció, Killer, quien sostenía entre sus manos su cuchillo, el cual lo terminó empuñando en su mano derecha esbozando una gran sonrisa. Y a un lado de él se acercó Dust, apoyando su mano sobre su hombro.

—Ve por él... Tigre —murmuró y sonriendo se alejó de él, liberando a la bestia y Killer decidido camino por la alfombra con paso firme, sin apartar la vista del Rey, quien sería su futuro esposo dentro de unos segundos.

Tras llegar al altar, el asesino se puso firme delante de la pesadilla, y con un movimiento rápido su cuchillo estaba amenazando contra el cuello de su pareja, el cual sin quedarse atrás desprendió varios tentáculos afilados de su espalda apuntando hacia Killer dejando una escena impactante para cualquier extranjero, pero para los presentes, era una forma única de sellar sus votos.

—El día de hoy, todos los presentes estamos aquí para presenciar el compromiso matrimonial del Rey Nightmare junto con Killer, quienes están aquí dispuestos a sellar su amor frente a todos nosotros y así dar paso a la nueva era del reino de La Noche Eterna. —hablaba el padre con voz imponente, quien ni se inmutó ante las acciones de amenaza que se proporcionaba la pareja. —Rey Nightmare, ¿acepta usted a Killer como su legítimo esposo? Para cuidarlo y protegerlo, en salud y enfermedad, en las buenas y en las malas ¿hasta el día en el que el mundo llegue a su final?

—Sí. Acepto —respondió con voz firme, esbozando una gran sonrisa.

—Y usted, Señor Killer, ¿acepta usted a su majestad, El Rey Nightmare como su legítimo esposo? Para cuidarlo y protegerlo, en salud y en enfermedad, en las buenas y en las malas ¿hasta el día en el que el mundo llegue a su final? —viró hacia el otro esqueleto, quien sin apartar su mirada asintió.

—Sí. Acepto —declaró respirando profundo.

—Entonces yo los declaro esposos — el padre cerró el libro que tenía en sus manos. —¡Atención gente de la noche eterna! ¡Saluden al Rey Nightmare y al nuevo Rey Consorte Killer!

La gente se levantó de sus asientos, empezando a aplaudir y a gritar emocionados por el recién matrimonio proclamado de ambos reyes y estos sin demorar más se unieron en un beso, uno sencillo, ambos estaban de acuerdo en que si querían devorarse mutuamente sería en privado.

Solamente para ellos dos.

Daré mi vida por ti [Nightkiller] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora