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Jackson se liberó del abrazo con suavidad, no quería herirlo, sin embargo, ya lo estaba haciendo.

-No puedo quedarme contigo, Jaebeom, no debo.

-Empezaremos de nuevo.- rogó tomando la mano del menor entre las suyas. -Seré mejor, te compensaré por lo que te hice pasar todo este tiempo, yo...

-Jaebeom.- el menor tomó su rostro entre sus manos. -Todo ese tiempo que pasamos juntos fue el momento más placentero que tuve en este viaje de porquería. Yo debería de compensártelo.

-Entonces quédate.

-Si decido quedarme aquí, ¿qué pasará entonces? No puedo solo arriesgarme.

-No sería la primera vez que lo hayas hecho.

Jackson ya no sabía qué más decir, soltó un suspiro y le regaló una última sonrisa al coreano, para después acercarse a besar su mejilla.

-Adiós, Jaebeom.


Ella se miraba fijamente al espejo mientras arreglaban su cabello y terminaban de maquillarla, soltó un suspiro, intentando aliviar sus ganas de llorar, no dejaba de pensar en la conversación que tuvo con Tammy.

"Si siempre fue Jackson, ¿por qué me eligió a ?"

Intentaba levantar su ánimo, consolarse a sí misma, pero sabía que era falso.

Todo a su alrededor era falso.

Mark no la amaba, de alguna manera se preguntaba si habría dolido menos al no tratarse de Jackson, porque, aunque le costara reconocerlo, de algún modo suponía que era algo más que un simple amigo.

De pronto, se visualizó a sí misma jugando con sus muñecas, imaginando la boda perfecta, proyectando la suya en algún futuro, ¿cómo podría decirle a esa pequeña niña que no sería como lo imagina?

-Minatozaki Sana, mi vida, ¿estás lista?- preguntó su padre, sabía que fingía su sonrisa, pero en sus ojos realmente adoraba ver a su niña vestida de blanco el día de su boda. Sana sonrió conmovida, y esos pensamientos negativos se alejaron.

Asintió levemente, devolviendo la sonrisa hacia su padre.

"Aunque no me haya escogido, la que lleva el vestido ahora soy yo, la que estará en el altar junto a Mark seré yo, no él"- y esa fue toda la motivación que Sana necesitó para animarse a caminar por el pasillo tomada del brazo de su padre.


Mark se vio al espejo una vez más, su semblante había cambiado, se encontraba serio, como si la luz de su rostro se hubiera esfumado, arregló sus mancuernillas una vez más, intentando desviar sus pensamientos.

"Estás haciendo lo correcto"

Repetía en su mente, colocándose un poco más de colonia en su cuello, guardó el resto de sus cosas en su maleta, pues apenas terminara la boda, partiría a Grecia junto a su esposa para la luna de miel.

Estaba en eso cuando escuchó unos leves toques en su puerta, al creer que debía tratarse de algún familiar abrió de inmediato, Jackson entonces se quedó boquiabierto al ver a Mark.

"Precioso"- pensó el hongkonés.

-Jack, ¿pasa algo?- el menor parpadeó un par de veces, saliendo del trance en el que Mark lo había hechizado.

Sonrió antes de empezar a hablar.

–¿Puedo hablar contigo un momento?- Mark miró el reloj en su muñeca, aún había tiempo, se hizo a un lado y dejó a Jackson pasar, mientras tanto, un hombre veía toda la escena de lejos.

don't run away; markson/jackbeomWhere stories live. Discover now