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Cuando Jackson miró el edificio donde solía reunirse con Mark durante sus tiempos libres no pudo evitar abrir su boca ligeramente, estaba sorprendido con lo que habían hecho con ese edificio, hace tiempo parecía que en cualquier momento se derrumbaría, simplemente estaba impresionado. Su exterior fue pintado por un color terracota, y el verde de las plantas de la jardinera contrastaba bastante bien; lucía llamativo y probablemente los departamentos eran rentados por personas de clase alta.

Pidió al conductor del taxi que se detuviera en la entrada, pagó por el viaje y caminó hacia el interior deteniéndose en recepción.

–¿Puedo ayudarle?- preguntó una muchacha amablemente detrás del mostrador, se veía bastante joven, su cabello era corto pero aún así lograba mantenerlo amarrado en una pequeña coleta de caballo, el gafete que colgaba en su chaleco señalaba su nombre con letras mayúsculas, pero Jackson no le prestó atención.

–Sí, estoy buscando a Mark Tuan, me dijo que se hospedaría aquí.- habló con un tono amable, la mujer asintió y comenzó a teclear en su computadora; esta bien, quizá había mentido un poco para sacar información sobre Mark, pero a final de cuentas había conseguido lo que quería. La señorita le dijo el número de habitación, pero algo llamó su atención, Mark estaba en el séptimo nivel, exactamente el mismo piso donde solían reunirse cuando ese edificio estaba en ruinas.

Jackson hizo una pequeña reverencia en agradecimiento y se dirigió al elevador inhaló una bocanada de aire para después volverla a soltar lentamente, era una manera para calmar sus nervios, además, no estaba seguro si permitían fumar dentro de ese elevador.

Al encontrar la puerta de la habitación tocó un par de veces con fuerza, antes de que ésta fuera abierta ligeramente, o al menos el espacio suficiente para que la cabeza de Mark se asomara entre este.

–¿Cuál es la contraseña?- murmuró burlón.

–Mark, no tenemos tiempo para esto, déjame pasar.- Jackson intentó empujar la puerta pero sorprendentemente el mayor tenía más fuerza que él.

–Esa no es.

–Mark...

–Tampoco es esa, lo siento.

–¡Quítate de enfrente y déjame entrar, Yi-En!- dijo Jackson comenzando a fastidiarse de la actitud infantil de Mark, tenía que ser honesto, antes le habría parecido tierno, pero ahora las cosas habían cambiado por mucho que le duela admitirlo. Mark soltó una sonora carcajada.

–¡Muy bien, acertaste!- sonrió abriendo completamente la puerta y dejando pasar a Jackson, el cual, se quedó estático en el umbral de la puerta al percatarse de la habitación, todo estaba completamente cambiado, no había humedad filtrándose y lucía bastante acogedor, pero unas botellas tiradas en el piso de la sala llamaron su atención. –Oye, si no vas a pasar cambiaré la contraseña y no te dejaré entrar de nuevo.- habló Mark al notar que Jackson no se movía. El chino volvió a la realidad, pasando su vista hacia Mark y deteniéndola en una de sus manos sosteniendo una botella de licor barato; exhaló fuertemente antes de hablar.

–Entonces pediré la información en recepción. Como sea, ¿a qué cosa venía? Ah, sí.- antes de que el estadounidense pudiera reaccionar, el puño del muchacho ya había impactado contra su mejilla fuertemente obligándolo a retroceder unos cuantos pasos por la fuerza de éste. Jackson tenía emociones encontradas, una de ellas era el alivio al golpear a Mark, era como si una parte de su dolor hubiera sido soltada, pero desafortunadamente no estaba ahí por sus propias razones. –¿Estás idiota? El ensayo de tu boda es en unos minutos y tú estás jugando a las malditas escondidas. ¿De verdad planeas comprometerte con este tipo de actitud? Sana está preocupada por ti, ¿al menos piensas en ella? Tuan Yi-En, esta mierda es en serio, ¿por qué demo–

don't run away; markson/jackbeomحيث تعيش القصص. اكتشف الآن