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–De verdad, ni siquiera puedo dejar de preguntarme qué diablos sigo haciendo aquí.- murmuró sacando el humo por su boca y apagando el cigarrillo en una pequeña maceta del balcón.

–Si, yo también me lo pregunto, pero creo que si saco mis propias conclusiones jamás lo descubriré.- el contrario soltó un suspiro pesado. –Ya dime, ¿para qué regresaste exactamente? Y no me voy a tragar cualquier excusa como: "soy el apoyo de Mark" o "se lo prometí a Mark", corta la mierda de una buena vez y habla.

–No lo sé, Namjoon.- hubo un momento de silencio expectante entre la llamada. –Yo... supongo que estoy un poco celoso.

–¿De que Mark encontró a una gran chica y comenzará a estabilizar su vida; algo que obviamente tú nunca podrás lograr?

–¡No, no es eso!- negó fuertemente. –¿Por qué todos creen que esa es forzosamente la fórmula para vivir feliz? Maldita sea.- sentía como su mandíbula se apretaba fuertemente al igual que sus dedos al rededor del teléfono, estaba harto de que todos creyeran que necesitaba casarse para cambiar y mágicamente ser feliz cuando nadie termina de serlo, de ser así, jamás se hubieran inventado los divorcios.

–¿Entonces qué es Jackson? No te estoy entendiendo, explícame.

–¡Estoy celoso de ella! ¿De acuerdo? ¿Estás feliz ahora? ¡Estoy enamorado de Mark Tuan desde que lo vi por primera vez! Bien, lo dije, estoy celoso porque sé que jamás estaré en ese puto altar junto a él, estoy celoso de la manera en que la mira porque Mark nunca me vería así... no sabes cómo duele Namjoon.- no supo que estaba llorando hasta que se miró en el reflejo del espejo que estaba en la habitación. Suspiró tratando de calmarse y se sentó en el borde de la cama, Namjoon no decía nada, por lo que decidió proseguir. –Cuando Mark me llamó...- sorbió su nariz y secó las lágrimas con el dorso de su mano. –De verdad creí que era mi oportunidad de decirle, aún no olvido el espectáculo que monté...

Jackson se encontraba en la azotea de un gran edificio, observaba el cielo nocturno de Shanghai tranquilamente mientras sostenía una copa de vino entre sus dedos, soltó un suspiro pensando en todo lo que había logrado, un día tan solo se encontraba jugando basquetbol en la escuela, y al siguiente, estaba guiando su propia empresa de entretenimiento. Definitivamente creció, el tiempo pasó muy rápido desde que sus padres lo enviaron a Los Ángeles para estudiar y mejorar su comportamiento, un pequeño error al parecer, pero para él fueron los mejores días de su vida; todos esos pensamientos daban vueltas en su cabeza, hasta que la vibración del celular en su bolsillo derecho lo sacó de esa burbuja de paz. Era un número desconocido.

–¿Si? Habla Wang Jia Er, ¿en qué puedo servirle?- contestó educadamente, pues podría tratarse de algún accionista importante. Pero se dio cuenta de su equivocación cuando escuchó esa adorable risa del otro lado de la línea.

–¡Vaya, Gaga! Jamás creí oírte contestar de esa manera algún día.

–Mark...

–Exactamente, estaba preocupado de que no me recordaras, por cierto, Gaga, ¿estás libre este fin de semana? Quisiera verte, necesito decirte algo; aunque entiendo si estás algo ocupado.

–No, no, no. Estoy libre. ¿Dónde nos veríamos, en el lugar de siempre?- preguntó refiriéndose al viejo edificio donde bebían y fumaban tratando de despejar su mente de alguna manera. Esos recuerdos parecían del día de ayer, aunque en realidad hayan pasado cerca de 8 años desde la última vez.

–Estaba pensando en alguna cafetería, verás Jackson, el lugar de siempre ya fue reconstruido y ahora está habitado.

–Oh...- relamió sus labios tratando de ignorar la ligera vergüenza que comenzaba a sentir. –Bien, envíame la dirección de la cafetería por mensaje y te veré allá pronto, yo también tengo algo que decirte.

don't run away; markson/jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora