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–¿Crees que las estrellas cuenten el futuro?

–¿Fumaste algo antes de venir aquí?- un manotazo por parte del muchacho provocó la risa del rubio.

–Es en serio, Jackson.- habló entre risas. –Además, el único humo que inhalo es el de tu cigarro, ¿cuando lo dejarás?

–El día que dejes de beber a lo bestia, entonces hablamos.- el mayor chasqueó la lengua irritado, Jackson volvió a reír. –Sabes que no deberías joder con mis demonios si no quieres que me meta con los tuyos, Tuan.- Mark rodó los ojos y negó con la cabeza.

Ambos se sumergieron en un silencio cómodo, se encontraban acostados en el viejo edificio, observando por el enorme agujero del techo las estrellas brillando en el oscuro cielo, Jackson soltó un suspiro antes de responder la pregunta principal de Mark.

–Hay varias supersticiones relacionadas con los astros, pero solo pueden darte posibilidades, la última palabra depende de uno mismo.- el ambiente comenzaba a ponerse denso entre ambos, a Jackson no le gustaban tanto las conversaciones profundas, por lo que quería aligerar la situación de nuevo, pero Mark volvió a hablar.

–¿Y si se escoge mal? Si la posibilidad anterior resulta ser la incorrecta...- Jackson se dio cuenta que Mark estaba pasando por algo, sin embargo, decidió responder su pregunta.

–Supongo que siempre habrán maneras para solucionar los errores cometidos anteriormente, pero si uno no actúa ahora, ¿cómo sabrá si se equivocó o no?- otro silencio se instaló en ambos, Mark meditaba las palabras de su amigo en silencio, mientras Jackson comenzaba a sentirse cada vez más incómodo y ansioso, odiaba cuando Mark pensaba demasiado. –Aunque Shrek decía que las estrellas contaban historias.- se alegró cuando volvió a escuchar la risa de Mark, al menos mantendría esa cabecita vacía por un poco más de tiempo.


Jackson abrió poco a poco los ojos, intentando acostumbrarse a la luz de la habitación, miró a su alrededor un momento hasta que notó un brazo reposando en su cintura, se dio la vuelta cuidadosamente topándose con los ojos de Jaebeom observándolo fijamente.

–Buenos días.- habló Jaebeom con su voz un poco ronca. Jackson sonrió levemente, comenzaba a sentirse incómodo y algo avergonzado, en realidad, creía que Jaebeom no estaría en la mañana.

–¿Qué hora es?- preguntó el chino de repente. Jaebeom retiró su brazo de encima del muchacho y alcanzó su teléfono que estaba en el bolsillo de su pantalón.

–Apenas son las ocho de la mañana, ¿por?- Jackson suspiró, no estaba seguro del por qué, pero quería que todo se detuviera en ese momento, aunque tenía que ocuparse de algunos asuntos relacionados a su empresa. –¿Te parece ir a desayunar?

–¿Ahora?

–Sí, a no ser que quieras quedarte, en lo personal, tengo hambre y conozco un lugar donde preparan los mejores waffles que he probado.- Jackson sonrió levemente considerando la oferta, Jaebeom lo miró expectante. –¿Me acompañas?


–Está bien, cariño, sabía que algo andaba rondando por esa cabecita tuya.- habló Sana estirando su mano y pinchando levemente una de las mejillas de su prometido, Mark sonrió levemente.

La cabeza de Sana reposaba sobre las piernas del muchacho, quien acariciaba los castaños cabellos de la chica entre sus dedos, acababa de explicarle lo sucedido el día anterior, ahora contaban con un par de días más para realizar su el ensayo de su boda. –Aunque...- la chica borró lentamente su sonrisa y se sentó a lado de Mark. –Mis padres no están muy contentos con lo que ocurrió.

–Nunca lo han estado.

–Markie, esto es diferente, mis padres son capaces de lo que sea por "mi bien".- habló haciendo comillas con los dedos. –Siempre han sido tan sobre protectores, no quiero que arruinen otra cosa más en mi vida solo porque no lo consideran bueno para mí.- Mark guardó silencio, tomó la mano de la chica entre las suyas y plantó un beso en sus nudillos.

don't run away; markson/jackbeomWhere stories live. Discover now