El chico nuevo:

76 6 9
                                    

—Escuché que es muy guapo— Jenny me sonrió, mirándome.

—Yo escuché que tiene tres tatuajes— Sabrina sé burló.

—Bueno, yo escuché que esta soltero, es lo mejor— dijo Amanda moviendo sus manos como si fuera un abanico, fingiendo que tenía calor.

Yo las miré mientras me reía.

Había ingresado un nuevo chico al instituto, lo cual tenía locas a todas las chicas del instituto, excepto a mi claro, por la digna y bellísima atracción nótense el sarcasmo. Todos decían como era, lo guapo que era, lo lindo que eran sus hoyuelos al sonreír. En sus risos que colgaban de su cabeza, rubios, y sus ojos marrones. Para más, como dato acosador de todas las chicas o tal vez la mayoría, era baterista en una banda de un bar cerca del instituto.

Había escuchado que se llamaba James, y que era deportista también. Especialmente: Soccer.

—Oigan, Vamos a un bar cerca, ¿quién se apunta? — propuso Amanda y suspiré cansada.

Ayer no había llegado cansada de la fiesta y no tenía ánimos de salir hoy.

—Nosotras— dijeron todas, o la mayoría.

Todas me miraron.

—No, tengo que hacer el trabajo— dije y miré a Lorena—. Oye, tú no puedes ir, tenemos trabajo por hacer.

Ella pareció acordarse de algo y me miró con suavidad.

—Buuuuueno— dijo expresiva—, además de ese pequeño detalle, tengo una cita hoy, así que no podré ira ninguna, lo siento— nos dijo.

Nosotras asentimos y sonreí por dentro al saber en su mirada que esa cita era con Landom. Habíamos hablado, aunque estaba un poco demasiado molesta con ellos, no iba a interponerme. Lo que realmente me molestó fue que no contarán conmigo para nada, simplemente me sentí excluida. Aunque tenía sus razones, eso no les daba derecho a ocultarme la verdad por más de ocho meses.

—Aun así, necesito que vengas a casa, te daré unos papeles— le dije y ella asintió.

///

Estaba en mi casillero cuando paso.

Un aroma nuevo —exquisito, de hecho—, con una sudadera negra, unos vaqueros azul oscuro, su cabello despeinado, una sonrisa divertida con su cabeza ladeada hacía un lado. ¿Enserio?

Desvié tímidamente mi mirada hacia él. Era la última hora como tal del día, y para más, estaba sola. Mis amistades estaban en clase y hoy, mi querido profesor de historia había decidido faltar. Su mirada estaba en mí. Nunca he estado tan de acuerdo con las chicas de todo el instituto.

Me dio una cálida sonrisa antes de hablar:

—Soy James Johnson, un placer— dijo y dejé escapar una sonrisa de mis labios cuando estrecha su mano en forma de saludo.

—Dove Brigge, un gusto— le respondí el saludo.

No pude evitar desviar mis ojos hacia sus labios cuando embolsaron una sonrisa inocente.

¡Madre mía, que guapo!

Pero como obra de magia, la cara de Azael vino hacia mi mente y mi sonrisa desvaneció. Traté de disimularlo, con un carraspeo inocente ya que había silencio entre ambos, pero no era por mi culpa. Aquel chico me miraba como si fuera la última agua en un desierto, me admiraba y era raro que eso pasará. Por primera vez no quise golpear a un chico por mirarme de una forma que me hiciera sentir incomoda, si no, que me acostumbré a que me mirará, eso... fue raro.

Player {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora