La llamada:

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En la mañana, mamá estaba descansando por su turno en la noche, mientras Landom estaba con una resaca que se le notaba hasta desde un avión. Era raro, nunca se emborrachaba. Me intenté acercar a él varias veces pero me evitaba. Supuse que quería su espacio y si iba a decirme, no lo haría ahora. No le insistí mucho.

En la tarde, fui con mamá a comprar comida para prepararla en la cena. Ella estaba muy entusiasmada, demasiado feliz y eso me hacia feliz a mi también. Ella merecía eso, ser amada como correspondía y sé que Carter la va a hacer feliz. La boda sería en verano y apenas estabamos en enero. Mamá siempre ha sido espóntanea.

En la casa, preparamos la comida y la mesa. Todavia faltaba mucho para que Carter viniera, pero como mencioné, mamá es espóntanea. Le gusta tener todo listo. Unos minutos después de terminar la comida y de poner la mesa, Carter llegó. Por otro lado, en la cena Landom estaba en el espacio como si no quisiera estar ahí. Mamá también lo notó.

—¿Landom, estas bien?—preguntó mamá y él solo asintió ido.

Le hice una señal a mamá de que no preguntará más. que si nos quería decir que saliera de él y no de nosotros. Ella asintió dudosa.

—Carter, ¿estas emocionado por la boda?—le pregunté a él.

Carter no estaba al tanto de lo que pasaba con Landom. Estaba muy concentrado en la comida.

—La verdad es sí—me regalo una sonrisa—¿Maritza, no tienes algo que contarles?

Mamá abrio sus ojos de par en par y carraspeo desprevenida:

—La boda será en una playa como ya saben, y quiero que ustedes dos sean nuestros ¿padrinos? Es decir, tú Dove serías mi dama de honor con una de mis amigas de trabajo y Landom uno de los asistentes de honor de Carter, ¿qué dicen? ¿Les parece?—preguntó mamá.

¿Ser la dama de honor de mamá? ¡Por supuesto! ¡Estaría encantada!

—¡Claro mamá, estaría encantadísima!—respondí con efectuosidad.

Landom por otro lado, solo asintió con una sonrisa. Carter le devolvió la sonrisa, antes de mirar a mamá con una sonrisa. ¡Dios, que hermosa pareja! ¡Que monos!

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La cena había terminado y Landom fue el primero en recoger e irse a su habitación. De acuerdo, era oficial, algo malo le pasaba y no nos lo quería contar. No lo precionaría para que me dijera, si quería decirmelo que lo hiciese. Y no me malentiendan, siempre hemos sido así, estamos los unos con los otros pero respetabamos nuestras privacidades.

Subí a mi habitación luego de despedirme de mamá y de Carter y recoger y lavar los platos. Me duche para ponerme una pijama y tome una canva y pinturas que tenía en la habitación. Empecé a hacer el boceto y a concentrarme cuando me vibró el teléfono en notificación de llamada. Lo contesté sin ver quién era.

—¿Hola?—pregunté y solté el canva.

—Hola chocolatito—su voz me hiso erizar la piel. ¿No se supone que este en el karaoke?

Rápidamente miré si era verdad que el odioso me estaba llamando y era cierto. ¿Pero cómo? Jamás hemos hablado en llamada y no estaba preparada.

Bueno Dove, vas a actuar con la cabeza, no por tus sentimientos ¿de acuerdo?

De acuerdo...

Tomé un suspiró antes de pegar el teléfono a mi oído.

—Hola—soné un poco fría.

—¿Qué haces?—me pregunta.

—Pues...—miré mi boceto—, intentando pintar, pero justo me llamaste. ¿Qué se te ofrece Dowland?

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