Capítulo 1: Furen

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Lin Shaoran despertó en una habitación desconocida. Una puerta corredera se encontraba abierta dejando entrar los cálidos rayos del sol que se extendieron sobre su cuerpo calentándolo en el proceso. Se sentó en la cama con sus ojos ámbar emitiendo la característica somnolencia de alguien que acaba de dormitar toda una noche.

La túnica sobre su cuerpo se deslizó mostrando la hermosa piel de jade de su torso y el desarreglado cabello castaño se desparramó sobre sus hombros concediéndole una atractiva imagen que el hombre sentado en el escritorio observó con fijación.

Dejó los papeles de sus manos a un lado y se acercó a Lin Shaoran quien al notar su presencia se giró con una expresión de curiosidad.

—Despertaste.

La voz del hombre, ronca y severa provocó un breve temblor en el cuerpo de Shaoran.

—Levántate y ve a lavarte. Firmaremos los papeles cuando salgas.

Lin Shaoran se quedó varios minutos observando al hombre frente a él. Era alto y musculoso, aproximó que mediría un metro ochenta, tal vez un poco más. Su cabello negro estaba estirado hacia atrás con un mechón rebelde besando sus largas pestañas. Su rostro era el ideal masculino, expresión dura, cejas pobladas, ojos negros y penetrantes. ¡Incluso su voz era sexy! Lin Shaoran no pudo evitar examinar y reexaminar al Adonis frente a él.

Al notar como Lin Shaoran no parecía tener intensión de levantarse, Mao Yongzheng caminó molesto hacia él y se inclinó, posando sus delgados labios sobre su oreja.

—No me hagas volver a repetirlo.

Una corriente eléctrica recorrió a Lin Shaoran y en cincos segundos había desaparecido de la habitación, dejando a Mao Yongzheng con una expresión complicada. Usualmente debía gritarle varias veces para que le hiciera caso, la personalidad del muchacho era arrogante y explosiva, no era compatible con la suya, controladora y brusca. Esa era la razón por la que había obtenido los papeles del divorcio. Al fin y al cabo, este matrimonio fue solo un negocio para unificar a sus familias.

Mao Yongzheng observó la puerta por donde desapareció Shaoran seguido de los documentos sobre el escritorio. Negó con la cabeza y volvió a sentarse a comprobar que todo estuviese en orden. Ambos accedieron al divorcio, era imposible que ahora se haya arrepentido.

Lin Shaoran corrió por todo el pasillo hasta que finalmente se detuvo. Su corazón latía con fuerza. ¡Ese hombre era completamente su tipo! Elegante, masculino y autoritario. ¡Un ser perfecto! Pero...eso ahora no era lo importante. Shaoran golpeó sus acaloradas mejillas y se centró en sus alrededores.

¿Dónde estaba? Esa era la pregunta importante. Buscó en sus recuerdos antes de despertar en la habitación del hombre guapo. Había roto con su novio de un año luego de que este se negara a participar en uno de sus juegos sadomasoquistas.

Volvió a casa molesto y decepcionado. ¿Por qué no había conocido a un hombre homosexual al que le gustara dominar y lo follase como si fuese un jodido juguete sexual? Lo último que recordaba fue tirarse a la cama luego de atiborrarse de una tina de helado y caer dormido.

Ahora se encontraba en lugar desconocido sin tener una idea sobre cómo llegó allí.

Lin Shaoran observó a dos doncellas caminando al otro lado del pabellón, ambas jóvenes charlaban emocionadas sobre algo, así que Shaoran decidió seguirlas para preguntarles dónde estaba, pero algo lo detuvo y se mantuvo a distancia para escuchar su tema de conversación.

—Anoche el señor era tan apasionado. Los gritos de Furen se podían escuchar por toda la mansión. Definitivamente merece ser llamado una bestia insaciable.

Una de ellas rió mientras la otra se sonrojaba de pies a cabeza.

— ¿Cómo crees que estará la situación con Furen? —suspiró—. Con semejante tamaño, ¿piensas que sobrevivió?

— ¡¿Semejante tamaño?! Le has visto...

— ¡No! —Interrumpió negando con la cabeza—. Solo me lo imagino. ¿Acaso no ves su altura? Y el tamaño de sus pies...ya sabes lo que dicen de un hombre con los pies grandes.

Ambas callaron por un segundo antes de comenzar a reír a carcajadas, asustando a Lin Shaoran. ¿Qué clase de mujer degenerada pensaría tales cosas?

—Es una lástima que no podamos observar.

Lin lo entendió en un momento. Eran mujeres podridas. Suspiró y decidió detenerlas antes de que le provocaran dolor de cabeza con su pervertida imaginación.

—Ejem.

Con pánico, las muchachas detuvieron su charla y voltearon al mismo tiempo, una vez vieron a Lin Shaoran, sus cuerpos temblaron sin control. ¡Es el fin! Sus voces quebradas lo saludaron al unísono seguido de una inclinación de 90º.

—F-Furen.

Lin Shaoran asintió imperceptiblemente.

—Quería preguntarles. ¿Dónde estamos?

Las doncellas no se atrevieron a levantar su rostro y respondieron como una.

—Estamos en la mansión Shao Fu, ciudad Y. Propiedad del maestro Mao Yongzheng y Furen Lin Shaoran.

Al parecer su nombre era el mismo. ¿Lo sería también su cuerpo? ¿Acaso esto era un sueño? Pero entonces ¿por qué no escuchó nunca hablar de Mao Yongzheng o una ciudad Y? ¿Podría ser...que fue secuestrado?

Miles de pensamientos cruzaron por su cabeza antes de detenerse en una palabra.

¿Furen? ¡¿Él era la Furen?! ¡¿Cómo es eso posible?!

—Este sirviente lamenta mucho su desliz. Promete que no volverá a hacerlo —dijo

Una de las doncellas mientras la otra confirmaba asintiendo con fuerza. Lin Shaoran quería decirles que no era importante cuando la voz de Mao Yongzheng los interrumpió.

— ¿Qué no volverá a hacer?

Mao Yongzheng caminó con lentitud hasta quedar junto a Lin Shaoran, a quien le llevaba casi dos cabezas de alto. Las muchachas palidecieron al verlo.

—Y-y-yo...

Los ojos de las doncellas se humedecieron, primero Furen y ahora su maestro.

Maldijeron su mala suerte.

—Olvidó llevar mi ropa al baño —respondió Lin Shaoran lo mejor que pudo. Tal vez hablaron más de la cuenta, pero gracias a ello ahora sabía varias cosas, sobre todo del hombre a su lado. Miró con descaro sus zapatos comprobando las palabras de la muchacha. Sus pies eran grandes.

Tragó con fuerza y levantó la cabeza para ver a Mao Yongzheng. Con una cálida sonrisa, abrazó íntimamente el fuerte brazo del hombre, rozándose contra los firmes músculos bajo la fina tela de su camisa.

—Cariño, bañémonos juntos —dijo en un tono coqueto. ¿No soy la Furen?

¡Entonces actuaré como tal! No iba a desperdiciar el tiempo pensando si esto es o no una ilusión. El cuerpo del hombre se sentía real, eso era todo lo que importaba.

Al ver el extraño comportamiento de Lin, Mao Yongzheng frunció el ceño. ¿Qué era lo que tramaba? Jamás en sus seis meses de matrimonio se había comportado de esta forma tan íntima con él. ¿Lo provocaba ahora porque iban a divorciarse?

— ¿Cariño? —Alzó una ceja y se soltó del brazo de Lin Shaoran—. Ya puedes dejar de pretender. Termina con tu baño y vuelve a la habitación. Tienes 30 minutos, ni uno menos.

Y con esto volvió a sus aposentos.

"Lin Shaoran, eres un genuino dolor de cabeza."


Nota:

 Furen: la señora ( ゚д゚)

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora