Capítulo 10: Te prefiero a ti

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Nota mia:

*Musiquita pal kokoro*

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"Malditas sean mi perfectas ideas"

Lin Shaoran quería retroceder el tiempo hasta hace unos minutos.

"¿Por qué no pudiste solo pedir que te la chupara a ti también, estúpido idiota?"

Observó a Mao Yongzheng por el espejo retrovisor, el mayor miraba fijamente a la carretera, su rostro seguía serio y distante con una mueca de desagrado en su boca.

—Exagerado... —susurró fuera de la ventanilla.

— ¿Dijiste algo?

Mao Yongzheng levantó una ceja. "¡Repítelo otra vez, mocoso!"

—Pregunté que donde está Xiao Bao...y Kang Yi.

—Cierto, me olvidé de ellos. Envíales un mensaje, que vuelvan a casa. De su bolsillo, Mao sacó su celular y lo lanzó a los muslos de Lin.

—No te olvides de agradecerles y disculparte por tu comportamiento.

— ¿Qué comportamiento? Les di un descanso, ¿no?

— ¿Le llamas descanso tener que cuidarte de pervertidos y peleas en un bar? Antes de que Lin respondiese, prosiguió.

—Olvídalo. Haz lo que te dije. También diles que tienen un día libre.

Lin buscó entre los contactos de Mao Yongzheng y envió ambos mensajes, agregando una buena suerte al de Xiao Bao con varios pasos que debería seguir para que su noche (y posible día siguiente) fuese placentera.

—Realmente eres un buen jefe.

—Es el trabajo de un buen marido el resolver las dificultades de la esposa —dijo Mao Yongzheng sin pensar. El rostro de Lin se volvió rojo cuando logró procesar esas palabras y miró a Mao Yongzheng que trataba de calmar su leve sonrojo.

—Así que...te ves como un buen esposo, ¿ah? Lamento decirte que los buenos maridos no dejan a sus queridas esposas con las ganas.

Lin cruzó los brazos volviendo a mirar hacia afuera, ocultando una sonrisa satisfactoria.

—Las esposas no besan a sus maridos luego de que ellos...

No terminó la frase, volvió a centrarse en conducir e ignoró las provocaciones de Lin Shaoran hasta que llegaron a la mansión.

Antes de que Lin se bajase, Mao lo agarró de la muñeca y tiró de él. Su rostro maquillado quedó a escasos centímetros del suyo. Con la punta de sus dedos rozó los lugares que Lin Shaoran había retocado.

— ¿Cuándo aprendiste a maquillarte? —preguntó mientras recorría las pestañas y mejillas. El joven suspiró ante este roce tan delicado, su corazón latiendo con fuerza.

—Te lo dije antes. No soy el hombre que conocías antes. —sostuvo la mano de Mao Yongzheng y mantuvo el contacto mientras miraba al mayor —. Dime, ¿te gusta este nuevo Lin Shaoran?

Sus latidos aumentaron y su respiración se volvió irregular. Mao se mantuvo en silencio observando los cambios fisiológicos del hombre y su corazón se ablandó un poco.

—Lo prefiero al anterior —dijo echando un vistazo a los labios entreabiertos de Lin—. Mucho más.

Acarició con un dedo esos labios rosados que aún mantenían el color del labial, cuando Lin lamió la punta del dígito, Mao Yongzheng no pudo evitar inclinarse y besarlo. Agarró su nuca con fuerza y atrajo el cuerpo del hombre hacia él. Introdujo la larga lengua en su boca y comenzó a juguetear con la de Lin, provocando varios gemidos y sonidos húmedos.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Where stories live. Discover now