Capítulo 17: Un par de idiotas

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Esa mañana, Mao Yongzheng no dejó salir a Lin Shaoran del dormitorio. Probando todo tipo de posturas incómodas y sin embargo, muy estimulantes, ya sea en la cama, contra la pared o de pie en medio de la habitación. No fue hasta que Mao Zhen pidió verle, que finalmente dejó al exhausto y satisfecho Lin y se marchó desanimado a atender los negocios familiares.

Lin observó la hora en su celular y suspiró frotándose las caderas adoloridas. Debía visitar a su tío Lin Yao y tratar de hacer las paces con él. Deslizó la pantalla buscando entre los pocos contactos el nombre de Lin Yao y al encontrarlo, le escribió un mensaje informándole que iría a visitarlo dentro de un par de horas.

"¿Debería llevar un regalo?"

Antes, Francesca y Gian le habían intentado regalar un auto como disculpa.

¿Debería hacer lo mismo? Negó luego de pensarlo mejor. De cualquier manera, lo había rechazado. Ellos podrían hacer lo mismo con él. Si iba a disculparse, con su sola presencia y sinceridad bastaría. O al menos, eso deseaba pensar.

Habiéndose arreglado y colocado un atuendo cómodo, salió de la habitación y saludó a los dos hombres en el pasillo.

—Kang Yi, Xiao Bao —dijo—. Hoy voy a visitar a mi tío. ¿Conocen la dirección?

Kang Yi asintió en silencio y comenzó a caminar detrás de Lin mientras Xiao Bao los seguía a distancia. Cuando salieron de la mansión, Kang Yi se marchó a buscar el auto, dejando a los dos hombres solos. Lin aprovechó esto y se acercó a Bao.

— ¿Por qué actúas de esta forma tan idiota? —Dijo pateando la pierna de Xiao Bao—. Los dejé solos en el bar en un ambiente perfecto para que te confesaras. ¿Qué pasó? Desechando mi buena acción de esa forma...

Xiao Bao no se inmutó ante el golpe de Lin, fue demasiado débil como para sentir tal insignificancia. Mirando hacia un lado, comenzó a jugar torpemente con sus dedos.

—Furen no lo entiende.

— ¡Tienes razón! No lo hago —cruzó los brazos observando hacia Kang Yi que se acercaba con un auto deportivo. Necesitaba más tiempo—. ¡Ese no! Mejor conduzcamos otro auto hoy.

Gritó lo más fuerte que pudo. Kang Yi escuchó esa orden y tornó los ojos. "Si solo quieres cotillear, dímelo. No necesito más trabajo."

Observando como Kang Yi retrocedía, Lin regresó su atención a Xiao Bao.

—No comprendo, así que explícate. Está claro que le gustas también. - Bao negó con fuerza.

— ¿Cómo podría? Él es un hombre recto, muy popular entre las mujeres. Es imposible que note atractivo a un hombre tan masculino como yo, si solo fuese como Lin Furen...

Las manos de Lin picaban. Quería golpear al gran cabezota junto a él.

— ¿Ser como yo? Admito que este rostro es un tanto femenino, pero eso no tiene nada que ver. Kang Yi prácticamente te devora con la vista cada vez que te giras, ¿Cómo haría eso un hombre recto? ¡Lo has doblado! La próxima vez deberías fijarte como sus pantalones se estiran cuando...

— ¡Furen!

—Lo que sea. Deja de ser tan indeciso. Te estás perdiendo un buen partido debido a ello —dijo señalando a Kang Yi. El hombre había cambiado de auto y ahora miraba aburrido la interacción de ambos, esperando que terminasen de hablar.

Determinado a darle un empujón a su relación, Lin Shaoran se acercó varios centímetros a Xiao Bao y con un brazo rodeó su cintura.

"Esto debería agitar a Kang Yi y hacerlo dar el primer paso."

Debido a la diferencia de complexiones, Lin parecía un niño pequeño abrazando a su padre, pero aun así esto provocó a Kang Yi, quien aceleró hacia ellos.

— ¿Ves? Puedo ver el humo salir de sus orejas —comenzó a reír mientras que Xiao Bao ocultó su rostro avergonzado.

"¡Furen! Si su esposo se entera de esto, moriremos ambos."

Lin pareció escuchar su pensamiento, así que se alejó de Xiao Bao y sonrió llevando un dedo sobre sus labios.

—No tienes permitido contarle esto a mi marido, ¿entendido?

Bao solo pudo asentir, no quería ser asesinado por el jefe. Tragó fuerte cuando vio la expresión molesta de Kang Yi y se estremeció. Al parecer, tendría problemas con el hombre frente a ellos una vez Lin se marchase.

Con un fuerte toque a la bocina del auto, Kang Yi interrumpió los pensamientos de ambos hombres y les pidió que entraran. Lin, observando al indeciso de Bao, lo arrastró al coche oscuro bajo la fría mirada de Kang Yi. Tal vez debería dejar de hacer tales acciones, si su esposo se enteraba... ¿recibiría un nuevo castigo? Con un breve dolor recorriendo su cuerpo, sus caderas se quejaron y Lin tuvo que dejar a un lado sus nuevas ideas para provocar a Mao. Ya tendría tiempo cuando cobrase su recompensa.

Una vez sentado en el asiento de pasajero, Lin le guiñó un ojo a Kang Yi y apuntó al nervioso Xiao Bao. Yi gruñó en respuesta y puso en marcha el auto.

"No tenías que tocarlo para hacer que me encargue de él pronto." Pensó malhumorado. Su irritación disminuyó al pensar en el mensaje enviado a su jefe, él ya se haría cargo de su querida esposa cuando regresara de ver a la familia Lin.

Satisfecho consigo mismo, se concentró en la carretera frente a él, robando miradas constantemente a Xiao Bao a su lado sin darse cuenta de que este hacía lo mismo.

"Par de idiotas." Pensó Lin.

Observando fuera de la ventanilla polarizada, Lin grabó en su mente el recorrido que debía dar para llegar a la casa de su familia. Luego de media hora de viaje, el auto entró a una zona privada y recorrió varios kilómetros donde solo existían dos mansiones, cada una alejada de la otra por grandes parcelas de tierras llenas de árboles.

Cuando finalmente llegaron a su destino, el portón de la entrada se abrió

Automáticamente cuando el auto se acercó y Kang Yi se detuvo frente a un hermoso edificio de tres pisos. Admirando la moderna y colosal estructura, Lin se quedó embobado hasta que finalmente se recompuso y bajó del coche seguido de Kang Yi y Xiao Bao.

Cuando llegó frente a la entrada, un hombre mayor vestido de mayordomo abrió una gran puerta de cristal opaco sonriendo hacia Lin y le dio la bienvenida.

—Segundo joven maestro, un gusto verlo otra vez —dijo haciendo una ligera reverencia—. El señor me ordenó que lo llevase directamente a su estudio. Por favor, sígame.

Lin asintió en reconocimiento y dio dos pasos antes de detenerse y girarse a ver a los hombres que lo seguían.

—Ustedes pueden tomar un descanso. Los llamaré cuando termine...de cuatro a cinco horas —sonrió haciendo un gesto obsceno con su mano. La señal perfecta para que Kang Yi agarrara a Xiao Bao de la muñeca para que no se escapase y con rapidez, se despidió de Lin mientras arrastraba al hombre torpe de vuelta al auto. Bao observó con ojos de cachorro al joven que lo miraba con una sonrisa maliciosa en el rostro.

—No tienes que agradecerme. Diviértanse mientras tanto —agitó su mano y fue al lado del hombre mayor que lo esperaba pacientemente a un lado de la escalera.

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Nota: Furen haciendo de casamentero.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon