Capítulo 15: Compensación

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Habían pasado seis horas desde que Mao Linqin se llevó a Lin de compras. Ahora, frente a la mansión de Mao Yongzheng, la mujer se negaba a dejar ir a su yerno.

— ¿Estás seguro de que no quieres volver conmigo? Mi hijo aún no ha regresado de trabajar, estarás solo aquí.

—Estaré bien. Quiero esperarlo y enseñarle las cosas que compramos —dijo Lin saliendo del auto. Un par de sirvientes bajaron a ayudarle con los bolsos ante la orden de Mao Linqin.

—Bien. Pero no te olvides de tu querida suegra y ven a visitarme pronto.

Lin asintió y vio el auto partir. Kang Yi y Xiao Bao fueron a su encuentro y lo ayudaron a llevar sus cosas al interior de la mansión. Observó la actitud de los dos hombres entre sí, pero no notó ningún cambio, tal vez su mirada era demasiado indiscreta, pero Kang Yi se giró con su rostro inexpresivo y una sonrisa mecánica apareció en sus labios. Lin no pudo evitar sentir un gélido viento recorrer su cuerpo.

"¿Quién ha abierto las ventanas?"

— ¿Sucede algo, Lin Furen? No ha parado de observarnos en todo el camino.

—Oh, no. En lo absoluto. Solo me preguntaba qué tal pasaron sus cortas vacaciones —dijo mirando al nervioso Xiao Bao—. ¿Qué tal fue?

Kang Yi siguió la mirada de Lin y sus ojos se mantuvieron fijos en Xiao Bao. Frunció el ceño al recordar cómo el hombre lo había dejado tirado esa noche.

—Me pregunto, tal vez Xiao Bao podría decirte —dijo notando la rigidez del cuerpo del aludido.

Sin esperar a que Lin fuese a preguntarle, Xiao Bao apresuró el paso y dejó a ambos hombres atrás en cuestión de segundos. Kang Yi chasqueó la lengua.

"Huyendo como siempre, ya me encargaré de ti más tarde."

Cuando llegaron frente a la habitación de Mao y Lin, Xiao Bao ya había dejado las bolsas frente a la puerta y ahora no se encontraba a la vista.

—Él...

—No te preocupes, puedes llevar todos los bolsos por tu cuenta. Luego castigalo por mí —dijo Lin guiñándole un ojo mientras entraba a su habitación. Kang Yi lo siguió y colocó cada bolsa en el suelo.

Lin se despidió del hombre y se dispuso a revisar sus compras. Esta vez no compró ningún juguete. Ya había aprendido la lección. En cambio, cuando Mao Linqin no miraba, decidió comprar lencería para usar cuando Mao Yongzheng volviese. Esta constituía en unas bragas de encaje negro ceñido que aumentaba el tamaño de su trasero y dos correas que sostenían un par de medias negras semitransparentes que llegaban hasta la mitad de sus muslos.

Lin se miró en el espejo luego de ponerse la ropa y le encantó su apariencia.

Acarició la tela sobre su cuerpo y rozó su pecho desnudo con una sonrisa radiante.

Esta noche haría que Mao se lo follara bien fuerte.

Escuchando varias voces fuera, se asomó a la puerta, encontrándose con Xiao Bao siendo arrastrado por Kang Yi. Ocultando su cuerpo detrás de la puerta, Lin llamó al hombre más serio.

—Cuando mi esposo vuelva, avísame. Solo da dos toques sobre la puerta, ¿Entendido?

Kang Yi solo asintió con sospecha y se marchó al lado de Xiao Bao.

Lin se volteó y comenzó a organizar las compras dentro del armario y tocador. Pronto fueron las 11 de la noche y Mao regresó a la mansión. Cuando pasó por la galería que llevaba a su habitación, Kang Yi tocó dos veces sobre la madera y saludó a su jefe. Mao saludó con su mano, estaba muy cansado como para preguntar qué hizo Lin en el día.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Where stories live. Discover now