Capítulo 13: No causes problemas

11.1K 1.1K 3
                                    


La familia Mao se encontraba sentada en la amplia mesa del comedor. El abuelo Mao y la madre de Mao Yongzheng, Mao Linqin, decidieron acaparar a Lin Shaoran para ellos, así que sentaron al joven en medio de ambos. Mao Zhen en el extremo central, a su derecha Lin Shaoran y a su lado, Mao Linqin.

Mientras que frente a Lin, Mao Yongzheng observaba molesto las interacciones de sus familiares con su esposa.

Lin sonreía un tanto incómodo, respondiendo las preguntas sobre su relación con Mao Yongzheng lo mejor que pudo.

—Xiao Ran, ¿mi hijo es demasiado gruñón y severo, cierto? ¿Cómo lo mantienes a raya?

Lin tragó con fuerza el pedazo de carne en su garganta al sentir la intensa mirada del hombre gruñón.

—Yo...no.

—Oh, vamos. No seas tímido. ¡Cuenta tu secreto!

— ¿Y qué te hace pensar que no soy yo quien lo mantiene a raya? —preguntó Mao Yongzheng atrayendo la mirada de su madre.

—Porque te vuelves un crío al que le han robado su juguete cuando alguno de nosotros se acerca a Xiao Ran —dijo Mao Linqin.

—Son demasiado pegajosos —susurró el hombre por lo bajo bebiendo un trago de vino.

—Mocoso celoso, ¿acaso no es bueno que nos llevemos bien con tu esposa?

El abuelo Mao Zhen habló por fin. Su nieto mayor, el cual parecía tener una vida de casado infeliz, de repente se vuelve muy cariñoso con su esposa en la celebración de un contrato y él solo se llega a enterar al día siguiente. ¡¿Qué clase de injusticia es esta?! ¡Es hora de que seas castigado, niño insolente!

Mao Yongzheng se mantuvo en silencio evitando la mirada de su abuelo.

Lin Shaoran contuvo la risa y decidió animar un poco a su marido. Deslizó su pie derecho de su calzado y se acercó más a la mesa. Gracias a que la constitución de esta era estrecha, logró tocar el muslo del hombre sin mucha dificultad. Al sentir el contacto, Mao miró a Lin alzando una ceja.

¿Qué planeaba hacer ahora?

Ignorando la mirada del hombre, Lin siguió hablando con la madre y abuelo de su esposo como si nada ocurriera mientras conducía su pie a la entrepierna de Mao Yongzheng. Con un rápido movimiento, la colocó sobre su pene y presionó con delicadeza. El hombre cerró los ojos y con una mano, agarró el tobillo de Lin.

Sus labios deletrearon: "No causes problemas", pero el joven no se iba a rendir.

Frotó contra la tela del pantalón robándole un suspiro a Mao Yongzheng. Sus miradas se encontraron nuevamente y Lin sonrió con picardía antes de aplastar con un poco de fuerza la polla del hombre. Las caricias pronto hicieron su efecto y el pene de Mao

Yongzheng se irguió debajo de los pantalones, el rostro del hombre adquirió un rubor que los demás le atribuyeron al alcohol.

Lin admiraba con ojos lujuriosos la expresión de su esposo, trataba de no mostrar el placer que sentía en esos momentos, pero bajo la perversa visión del joven, esto era imposible.

— ¿Qué tal si hacemos un brindis? —Dijo Mao Zhen mientras levantaba una copa de vino—. Por un feliz matrimonio, esperando el siguiente.

Pronunció esto último observando a Mao Heng, mientras este solo hizo una mueca incómoda.

Todos levantaron sus copas y luego las chocaron entre sí, Lin aprovechó este momento para aumentar la velocidad de su pie. Vibrando con fuerza, subió hacia la punta del pene de Mao Yongzheng y presionó sin piedad. El hombre apretó la copa con tanta fuerza que aparecieron un par de grietas. Con un par se sacudidas que pasaron desapercibidas por sus familiares, acabó con fuerza, humedeciendo la tela. Con disimulo, agarró un par de servilletas de la mesa, esperó recuperarse un poco de su orgasmo y comenzó a limpiarse.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Where stories live. Discover now