Capítulo Final: Único

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Tras ahuyentar a las dos familias de la mansión, Mao Yongzheng y Lin Shaoran fueron a visitar a Xiao Bao al hospital. Al parecer, sería dado de alta dentro de dos días. Lin corrió a abrazar al hombre encamado, pero Kang Yi le impidió el paso.

—Está herido.

"Eso mismo dije yo y sin embargo, hicieron ese tipo de cosas en el hospital.

¡Desvergonzado!"

Lin no tuvo más remedio que darle un par de palmaditas en la cabeza a Xiao Bao y quedarse un tiempo hablando antes de ser arrastrado de vuelta al auto por Mao Yongzheng.

Observando los alrededores, se dio cuenta de que no se dirigían a la mansión.

Curioso, Lin comenzó a preguntar:

— ¿A dónde vamos?

—He querido llevarte a este sitio desde hace un tiempo. Vamos a almorzar allí

—dijo Mao con un ligero temblor en sus manos.

— ¿Está cerca?

Mao Yongzheng señaló hacia un edificio a la distancia. Lin observó la enorme arquitectura con ojos muy abiertos. Parecía haber sido construido completamente de cristal. Inclinando su cabeza para verlo mejor, apuntó hacia el extremo superior y miró a Mao.

— ¿Qué tan alto es?

—Cien pisos.

La boca de Lin se abrió en una expresión desconcertada. ¡Era gigantesco!

— ¿Tienes miedo a las alturas?

Los nervios de Mao aumentaron. ¿Había elegido mal el sitio?

— ¡No, no! De hecho, me encantan. Me habría gustado apreciar más el panorama en el hotel Jin Ying.

—A mí me pareció que disfrutaste mucho de las vistas —bromeó Mao, intentando calmar su nerviosismo.

— ¿Esta vez también disfrutaré de ellas? —preguntó Lin lanzándole una mirada coqueta. Mao se aclaró la garganta y aparcó el auto.

—Ya estamos aquí —dijo quitándose el cinturón y saliendo del coche con rapidez.

Lin siguió al hombre hacia la entrada donde la recepcionista les mostró el camino hacia la terraza.

La perspectiva era maravillosa. El viento azotaba su rostro y despeinaba sus cabellos, pero a Lin no le importó en lo absoluto. Podía ver toda la Ciudad Y desde allí. Observó el puerto a su izquierda y la metrópolis a su derecha.

—Por aquí por favor.

Un camarero se acercó hacia ellos y los llevó a mejor mesa del lugar donde la vista

Mejoró con creces. Los ojos de Lin brillaron encantados.

— ¿Te gusta?

— ¡Me encanta!

Mao Yongzheng sonrió e hizo un gesto hacia el camarero para que comenzara a llevar la comida.

Una vez el ensimismamiento de Lin Shaoran disminuyó, observó a su alrededor.

— ¿Por qué no hay nadie más aquí? —preguntó y giró a ver a Mao. El hombre observó la superficie de la mesa tratando de que Lin no notase el estado agitado en el que se encontraba.

—Lo alquilé. No quiero que nos molesten.

El camarero regresó con una botella de champán, lo sirvió en las copas con profesionalidad y se marchó con la misma. Mao bebió del contenido de su copa de un solo trago. Suspirando, agarró la mano de Lin Shaoran y apretó la pequeña caja de su bolsillo.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Where stories live. Discover now