Capítulo 7: Frustración

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Una vez acabado el castigo de Lin Shaoran, Mao Yongzheng regresó a la fiesta a tiempo para despedir a sus invitados. Cuando alguien le preguntó sobre la condición de su esposo, simplemente respondía con un: "Está mejor, gracias por su preocupación." Gian y Francesca se acercaron a Mao Yongzheng y este les lanzó las llaves del auto que le dieron a Lin Shaoran.

—Le agradecemos su regalo, pero no es necesario. Ya tenemos una colección personal y no queremos que se mezcle con lo vuestro—dijo sonriendo con inocencia-. Espero que hayan disfrutado de la fiesta. Ahora, debo volver con mi esposo.

Luego hizo que los guardias les guiaran a la salida.

Al día siguiente, llevó a Lin hacia afuera y le dio las llaves de un auto.

—Si quieres algo, solo deberías pedírmelo. Por algo soy tu marido —dijo señalando el enorme Maserati Ghibli blanco. Los ojos de Lin brillaron al verlo y corrió hacia él, tocando el cálido metal hasta quedar satisfecho.

— ¡Gracias, querido esposo! —gritó mientras comprobaba el interior del auto.

Mao asintió admirando la escena desde lejos con una sonrisa. Si siempre fuese así de lindo y obediente no le importaría cumplir con sus súplicas en la noche.

Esto había sucedido hace una semana. Ahora, Mao Yongzheng observaba con la cabeza apoyada en una mano las lágrimas de Lin Shaoran recorrer por sus tiernas mejillas. Su pequeña y sonrosada boca entreabierta emitían gemidos entrecortados, una parte de su cabello se pegó a su frente debido al sudor y sus ojos brillaban con un apetito insaciable. Mao reconoció que era una apariencia muy seductora.

—Prosigue —ordenó y golpeó con una fusta con varias puntas de cuero que medía 18 centímetros las carnosas nalgas de Lin Shaoran. Cuando el material hizo contacto con la piel, el sonido recorrió toda la habitación seguido del llanto de Lin.

Sus manos fueron esposadas y ahora era obligado a recitar todas las provocaciones que hizo a Mao Yongzheng en la última semana.

— ¡Lamento haber entrado al baño sin tu permiso...cuando estabas en la ducha!

—gritó y apretó sus manos con fuerza, el dolor era demasiado delicioso. Amaba la sensación del cuero en su piel.

— ¿Qué más?

Otro golpe, esta vez más fuerte que antes

— ¡Ah! P-perdón... por tomar tu ropa interior... —levantó el culo magullado temblando en el proceso.

— ¿Solo por tomarla?

Mao Yongzheng miraba el estado de Lin, una erección creció en sus pantalones. La mirada del menor la observó y se acercó gateando.

—Perdón por ponérmela y masturbarme con ella.

Una vez con su rostro frente a la polla encerrada de Mao, la besó por encima de la tela.

"Pero lo volvería a hacer."

Pensó, recordando cuando Mao Yongzheng regresó del trabajo y se lo encontró en medio del orgasmo. Su bóxer había quedado manchado por el semen de Lin y el rostro de Mao Yongzheng provocó una sensación de éxito en él.

—Aún te falta una.

Mao tiró del cabello de Lin Shaoran hacia atrás. Sus ojos eran profundos y se podía notar su enfado. Levantó la fusta y esta vez el golpe fue más fuerte que los anteriores. Todo el disgusto de Mao se concentró en ese último golpe. La espalda de Lin se arqueó y su pene se sacudió a punto de correrse, pero el anillo alrededor del glande se lo impidió.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo!Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz