La fiera del bosque.

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No sé fijamente como llegue aquel sitio: Me moví al pie de una colina, en el punto donde terminaba el valle que tanta angustia había infundido en mi corazón, miré a lo alto, y vi su cima dorada ya por los rayos del planeta que conduce al hombre seguro por todas partes.

Creí que la calma se haría presente, más no fue así, en seguida una loba que de improviso se me presentó. Erguida la cabeza y rabiosa de hambre; como que hasta el aire pareció se estremecía de verle.

Pero muy a pesar de su demacración, mostraba estar henchida de deseos insaciables.

Como de costumbre palpe mi espalda para verificar si portaba mi espada. Desenvaine mi espada y la empuñe con firmeza y determinación.

-¡Compadécete de mí, -gritó-, hombre!

-No soy hombre, pero lo he sido.-Le respondí.

- ¡Oh! ¿Con que tú eres Geralt de Rivia, la fuente que tan abundatemente derrama de elocuencia? Valgame el largo tiempo y el grande afán con que he seguido tu vida repleta de asombrosas historias.

-¿Mi vida? ¿La misma que esta repleta de actos actos insatisfechos y ambiciosos deseos?-Le contesté confundido.

La fiera me miró tan sería que sus ojos parecían penetrar mi alma, casi como si en ella buscará su próxima respuesta.

-Si esa crees que es tu vida, entonces te conviene tomar otro rumbo,-Contesto sin dejar de mirarme-, muchos son los retos a los que te enfrentarás; y muchos más vendrán. No será hasta que el poder de los dioses y el brujo mayor hayan afianzado su unión o que uno de ellos fallezca para que entonces la sabiduría, el amor y la virtud, sean la salvación de una nación.

- Si no he entendido mal tus palabras,-repliqué-, ¿Esas son las únicas opciones? Preferiría quedarme en esta calma pues ya no deseo pelear más.

La fiera sacudió la cabeza con desdén.-¿Acaso no te preguntas que haces aquí? O mejor aún, ¿Qué hago yo aquí?

-¿Qué haces aquí?

- Te diré por que causa he venido y lo que oí para compadecerme de tu infortunio,- se acercó a mí-, Estaba yo entre los árboles decidida a devorar tu alma, cuando me llamó una joven bella, de tal manera que rogué me diese sus órdenes. Resplandecían sus ojos como las estrellas en la noche, y con dulce y afectuoso acento, con voz angelical, empezó a decirme. 《Geralt quién no le sonríe la fortuna, se encuentra en tus tierras y temo que se encuentre tan extraviado hasta el punto de que haya yo acudido tarde en su ayuda. Ve pues, y prestale auxilio con tus palabras y con todo lo necesario para que se salve.》

Calló entonces y yo añadí: ¡Oh, bella joven! Me agrada tanto tu mandato, que aún cuando yo estuviera obedeciendote, me parecería tarde. No tienes necesidad de manifestarme tus deseos. Pero dime ¿Porqué deseas que lo ayude?

《Iría por el si fuera posible, pero no puedo y tu sí ¿Acaso no ves cuánto lo amo? ¿No ves la muerte que le amenaza en el bosque? Auxilialo y regresalo a mí》

No ha existido persona alguna más preocupada por procurar tu bien y evitar tu daño, como aquellas palabras que ella exclamó. Y fijado en su persuasiva elocuencia, terminado que hubo de decir esto, me obligó a partir lo más pronto posible en tu auxilio y obediente a su voluntad, aquí me tienes, habiéndote liberado de mis garras. ¿Qué haces pues?, ¿Porqué, porqué permaneces inmóvil? ¿Porqué tu falta de valor y de confianza, cuando aquella dulce joven cuida de tí?. -

-He sido tan egoísta,- Guarde mi espada en su funda-, Marchemos; serás mi guía y regresaré a luchar a su lado.

Y diciendo esto, empezamos a movernos, la fiera siempre delante mío guiándome por los caminos sombríos del bosque.

●●●

Se detuvo en el medio del bosque, un lugar sombrío.

-Hasta aquí hemos llegado.

-¿Qué? ¿Y dónde está la salida?

En medio de la tiniebla se oían voces, lamentos, gritos de rabia y voces desaforadas y roncas.

-¿Qué es lo que oigo? ¿De dónde proviene?- Le pregunté mirando hacia todos lados.

- Pronto lo averiguaras.

La fiera se giró y abalanzó sobre mí, sus colmillos frente a mí rostro. Cerré los ojos ante la evidente amenaza de ser devorado.

°°°

-¿Geralt?- la escuché.

Abrí los ojos exaltado y sudoroso.

-¡Hope!

Su calidad mano derecha reposaba sobre mi pecho y sus lágrimas rodaban por mi mejilla mientras su frente topaba con cariño la mía. Coloqué mi mano detrás de su nuca para hacer de ese encuentro más cálido y cercano.

-Estarás bien, Estarás bien.-repetía pero no sabía si me lo decía a mí o trataba de convencerse a ella misma.

Despegue su frente de la mía para poder apreciar su rostro. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y sus mejillas rojas al igual que sus labios. Acaricié su mejilla y ella cerró los ojos, algo que me enterneció.

La amaba con locura...

-Besame - Me ordenó con cariño.

Y al igual que la fiera lo había hecho, yo estaba complacido de obedecerla.

Besarla fue igual que estar en un verano candente y un invierno cortante que a mi piel enchinaba, al mismo tiempo que la hacía hervir. Llevándome al borde de la locura.

Destiny (The Witcher)Where stories live. Discover now