LOS 4 EONES

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"La tierra tibia aún guarda los últimos secretos"

— Vicente Huidobro — 

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El guardia le había dicho a la reina que "Hieron" se había recluido en su cabaña. Acto que a la reina no parecía agradarle.

[...]

Llevando una escandalosa sombrilla para proteger su cutis de porcelana trizada, avanzaba lentamente entre los macizoz que pronto se cubrirían de flores y abejorros.

El sol calentaba y evaporaba la humedad acumulada en la tierra ocasionada por las constantes lluvias.

—Pobres muchachos —sonrió con altanería al percibir la presencia de sus adoradores.  

— Tontos diría yo— añadí.

《No podían ser algo más que "tontos" si la seguían a ciegas》

— Puede ser.

Continuamos caminando y el Coronel de las tropas de la reina viuda se desplazó  algunos centímetros cerca mío.

— ¿Dónde están mis monedas de oro?— Preguntó.

Le miré confundida.— ¿De qué hablas?

— Mis monedas de oro.— Repitió y con la mirada me hizo una seña de que volteara a ver su mano.

Enfoque mi vista a su mano izquierda que guardaba algo con recelo. El Coronel movió la mano y dejó a mi vista unas pequeñas llaves doradas. Aproveché que la reina encantada miraba a sus "adoradores", moví mi mano y el Coronel rápidamente me las entregó.

—El verdadero Oro no teme al fuego.— Dijo en un susurró y se alejó.

《¿A que se refería?》

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Una cabaña deteriorada y descuidada se vislumbraba a lo lejos, conforme nos acercábamos una agobiante sensación de angustia me envolvía.

—¿Acaso es miedo lo que veo?— Preguntó con una sonrisa.

— ¡Bah! Para nada— Mentí

La sensación de angustia cada vez se hacía más presente, tenía el presentimiento de que al entrar en aquella cabaña algo cambiaría en mi vida, pero era lo suficientemente orgullosa para avanzar y fingir que no tenía miedo.

Ingresamos a la cabaña, un olor peculiar invadió mis fosas. Olor a romero y bergamota.

Mi vista se dirigió hacía el rincón oscuro de la cabaña, donde dos bolas de fuego doradas danzaban en la oscuridad.

—¡Alto!– Advirtió el guardia de la reina, colocándole detrás suyo. 

De la oscuridad se asomó voraz y salvaje un lobo, un lobo que me resultaba sumamente familiar. Sus ojos eran imponentes. Su pelaje negro azabache que brillaba con los rayos del sol que se colaban por la cabaña. Mostraba sus colmillos afilados mientras nos rodeaba en circulo, analizando desafiante a cada uno de nosotros.

Se detuvo en seco frente mío y relamío sus colmillos afilados.

《Sabía que pronto volveríamos a vernos》 mi mente fue invadida por una voz desconocida.

—Muestrate como eres.— dije y sin vacilar con las llaves que me había entregado el guardia minutos antes de llegar a la cabaña, liberé mis manos y me coloqué frente a frente de aquel lobo. — Aquí estoy, no iré a ningún lado. Deseo conocer a la persona que se esconde tras esa imagen.

Destiny (The Witcher)Where stories live. Discover now