Destiny (The Witcher)

El despertar

Desperté con la respiración agitada, sin saber que día era o que hora.
D

esesperada me giré para ver a Geralt pero no estaba, me incorporé en la cama vieja y su madera rechino.

—¿Qué haces ahí?—Pregunté.

Geralt reposaba en el suelo frío y pegajoso. Me miró, sus ojos cansados casi hundidos me hicieron sentir un nudo en el estómago.

Geralt realmente la había pasado mal desde la última batalla y yo no podía evitar sentirme responsable.

—Estabas muy inquieta así que decidí dejarte la cama para que estuvieras más cómoda, si eso es posible en esa vieja cama.

Le sonreí y le di una palmada a la cama para que subiera, Geralt vaciló unos segundos pero terminó acomodándose a mi lado.

—Tu has estado mal ¿Y me cedes la cama? Brujo testarudo eres tu el que necesitas descansar.

Geralt paso los brazos por detrás de su cabeza y miró fijamente hacia el techo.

-—He tenido un sueño extraño y prefiero mantenerme alerta. -—Su mirada seguía clavada en el techo.

Podía sentir que algo le perturbaba pero no lo obligaría a decirme a menos que estuviera cómodo hablando de ello.

Me acomodé más cerca de su cuerpo para sentir su calor y entonces su mirada se dirigió hacía mí.

-—Te lo diré cuando logre descifrarlo.-— Mencionó como si hubiera leído mi mente.

Sus ojos, esos benditos ojos que te pueden hacer el amor con tan solo mirarlos.

Geralt me sonrió de lado y bajo su brazo izquierdo rodeandome con el para asegurar nuestra cercanía.

Entonces la culpa se apoderó nuevamente de mí.-— Lo siento.-— Agaché la cabeza.

-—¿Porqué?

-—Por todo lo que ocurrió, esta estúpida magia que fluye dentro de mí.-—Bufé.-— Desearía tanto que como la sangre en una herida se derrama, así pudiera derramar toda esta magia que más que una bendición es una maldición.

Geralt me apretó más a su cuerpo y lo miré a los ojos. Me miraba con amor, comprensión y calidez.

-— La utilizaste para regresarme a tu lado y eso es lo único que cuenta ahora, lo demás lo resolveremos.—- Depósito un tierno beso en mi frente y susurró.-, Juntos.

-—Siempre.-— añadí.

Geralt paso su mano sobre mí pierna desnuda pues solo portaba un baton blanco.

-— Hagamos de todas nuestras noches como si fueran las últimas. -— Mencionó.

Y poco después de aquellas palabras, esclava de sus firmes y varoniles manos que recorrían mi cuerpo como si fueran su templo le dí acceso a cada rincón de mi cuerpo.
Éramos nosotros, nuestra energía, combinándose, creando nuevos universos y embotellado sensaciones.

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A la mañana siguiente al abrir los ojos un rayo de luz se divisaba entre las grietas del techo viejo.