Libro 2: Capítulo 3. En quién confiar

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55: En quién confiar

55: En quién confiar

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Kayla

—¿Qué hace él aquí?

Los tres se percataron de mi presencia con el sonido de mi voz, como si no hubiesen escuchado antes mis jadeos y mis pasos desesperados por el pasillo. Los observé con apremio, con un nudo en la garganta, y tanto Oliver como Bethia rehusaron mi mirada. Solo mi tía se giró hacia mi.

—Bombón —me dijo, con tono cansado. Trató de sonreírme, pero no le salió. Estaba más pálida que se costumbre y sus ojos lucían apagados—. Pensé que dormirías un poco más. Apenas si has descansado.

Avancé hasta ellos, tragándome la prisa y calmando mi corazón desbocado. Necesitaba evaluar la situación, saber si estábamos en peligro y de ahí, tomar una decisión.

—El tío Sam y tu papá vinieron a ver a Hodeskalle —dije—. Él ya se despertó.

Mi tía se llevó una mano al pecho y sonrió, aliviada. Pero yo miré de reojo a Bethia, que hizo exactamente el mismo gesto. Me tragué cualquier sentimiento o molestia que ella podría generarme. Me hirvió la sangre, hizo que la detestara más, pero no dejé que nadie lo notara.

—Entonces ambos deberían seguir descansando —siguió mi tía, pero yo miré a Oliver con el ceño fruncido.

—Creí que los Edevane se lo habían llevado —apunté, cruzándome de brazos—. ¿Cómo lo dejaron entrar de nuevo? ¿Y si es una trampa? No estamos en condiciones de pasar por esto otra vez.

Bethia se mordió el labio inferior y Oliver trató de verme a la cara.

—Hunter me dejó aquí.

Fruncí más el ceño.

—¿Quién carajos es Hunter?

—Hunter Edevane —terció mi tía, cruzándose de brazos también. Puso los ojos en blanco, reprimió un escalofrío y se apoyó en la pared—. El hermano de Howard, el vampiro que castré en indonesia.

—Él me dejó en su estacionamiento. Y me dijo que era la única manera en la que yo podría sobrevivir —siguió Oliver.

Mientras Bethia se mantenía en puro silencio, mi tía suspiró.

—Cuando fui con Skalle por los Edevane, nos separamos y él se fue a buscar a Arthur y yo a cazar a otros —explicó—. Al primero que me encontré fue a Hunter y le exigí que peleara conmigo para cobrarse la muerte de su hermano, pero no quiso. De todos los Edevane que me crucé, él fue el único que evitó pelear. Huyó antes de decirme que me había dejado un obsequio en casa y fue ahí cuando escuché el grito de Skalle. Volví por él y me olvidé del obsequio un largo rato. Resulta que era este mocoso —añadió, señalándolo con la mano—. No sé qué está pasando con Hunter Edevane, pero definitivamente no me gusta. Prefirió evitar pelear por su hermano y se notaba que se moría por hacerlo.

Hodeskalle [Libro 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora