Libro 2: Capítulo 33. Líder [FINAL PT1]

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85: Líder

Final pt 1

Si Arnold Edevane estaba en nuestra casa, por supuesto que no estaba solo

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Si Arnold Edevane estaba en nuestra casa, por supuesto que no estaba solo. No habría necesitado leer los pensamientos más profundos de Arthur para saber que tenía a cincuenta hombres con él y que habían esperado en silencio, en las sombras, a que nosotros "rompiéramos el pacto".

En casa, no quedaba protección alguna más que las paredes gruesas del sótano y las puertas de seguridad. No había más miembros de nuestra guardia de seguridad, nadie que supiera pelear, además. Solo Phill, con Theo, Jane, mi madre y mi abuela embarazada.

Teníamos que llegar a tiempo, o los matarían solo para darnos un ejemplo.

Miré por la ventanilla del helicóptero. Mi corazón iba a mil por hora. Aunque el beso de Aleksi, sus palabras, habían logrado serenarme lo suficiente como para pensar con claridad, sentía la furia reptar por mis venas, los nervios y el miedo alimentándola.

Íbamos lo más rápido que se podía. El motor no daba para más y se escucharía apenas nos acercáramos a la mansión.

—Nos van a escuchar llegar —dije, con la voz demasiado grave.

Mi hermano me miró, como si esperara que dijera algo más, como si tuviera un plan, pero en ese momento yo solo miré a mi tío Sam, que estaba serio, callado. Él me devolvió la mirada.

—Pueden romper las paredes del primer subsuelo en cinco minutos. Las puertas... tal vez en seis. Para llegar al bunker, en el último subsuelo, debería tomarles entre veinte y veinticinco minutos, máximo, si se enfocan en las puertas. Para las paredes del bunker les tomaría horas. Incluso si intentan acceder desde el arriba. Y esa puerta también debería tomarles mucho. Tiene casi un metro de grosor y es doble —nos explicó—. Ni siquiera se abren al mismo tiempo. Cuando lleguemos, en cinco minutos, todavía no habrán llegado hasta ellos.

—Solo si de verdad creemos que estamos bien con el tiempo —contestó Elliot, entre dientes. Yo sentí que el estómago se me retorcía. Por supuesto, podíamos tener varios minutos de desfasaje.

Los nervios no eran solos míos. La ansiedad, el terror que llenaba la cabina manaba de todos los cuerpos presentes, enviciando el aire, pujando contra mi necesidad de leerlos. La mantuve a raya.

—Pero no saben que vamos —dije—. Aún podemos caerles de sorpresa. Si los alcanzaron, esperar a que los tengan de rehenes con el objetivo de recuperar a Bryony. Seguro eso es lo que esperan.

Mi tío Allen apretó los labios, inseguro. Ni yo me crecía mis palabras. Conociendo a los Edevane, siempre podía haber más.

—Lo lógico sería pensar que van a tomarlos de rehenes, para proteger sus propias vidas en cuanto nos vean llegar. Pero... no sabemos realmente cómo van a actuar. Quizás están más allá del bien y del mal, quizás solo quieren vengarse —dijo, corroborando mis pensamientos más locos.

Hodeskalle [Libro 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora