14| Maldición

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MINI MARATON 2/3 CORTO, PERO---


—Eso es todo, ¿verdad?

La enfermera asiente a la par que escribe algo en lo que parece ser un pequeño post-it. Mientras espero su siguiente indicación hago presión sobre el algodón que sostengo en mi brazo. La química acaba de sacarme un poco de sangre por lo que tengo que detener el sangrado.

Sigo sin entender del todo el proceso para que me den una constancia médica, creía que era algo más sencillo, pero al final terminó siendo más complicado de lo que parecía, tanto que tuve que pedirle a Oliver que me acompañase porque necesitaba de un adulto y él era el único "adulto" con el que podía contar para esto, no podía decirles a mis padres, después de todo ellos no tienen ni idea de que estoy en el hospital, mucho menos que fue el entrenador mismo quien me pidió que viniera y prefiero que sigan sin saberlo, no es como que les importe mi bienestar, pero apuesto que lo tomarían como una excusa para que deje el básquetbol.

Por supuesto que Oliver no se negó cuando lo llamé, de hecho, en cuanto vino y le conté la situación me dijo (muy engreído, para variar) que me hiciera a un lado porque él como adulto iba a dar la cara por mí, por un menor de edad, pese a que falta menos de un mes para que yo la cumpla la mayoría de edad. Es exasperante cuando se lo propone.

—Tus resultados estarán la próxima semana —me avisa y me pasa el post-it. Lo tomo echándole un vistazo a la información que ha anotado y acto seguido le doy una sonrisa amable—. Pasas directo con el médico.

—Gracias.

Hago más presión sobre el algodón y luego de darle una última sonrisa a la enfermera doy la vuelta hacia la salida con pasos rápidos. Me siento aliviado de que me den los resultados el próximo sábado, sé con certeza que no tengo nada grave, pero prefiero seguir posponiéndolo por si llega a ser lo contrario y me mandan a la banca. Al entrenador no le va a quedar de otra más que esperar al igual que yo. Amenazó con no dejarme entrar a los entrenamientos hasta que el médico no dijese que estoy bien, pero con el hecho de que aún necesito los resultados que me sacaron para que vea al médico dudo que pueda prohibirme la entrada.

O al menos eso espero, porque conociéndolo sí que es capaz.

Sé que en parte es mi culpa por haber pospuesto venir al hospital, me pasé toda la semana viendo los partidos de los demás equipos, el último en jugar fue ayer, viernes, así que aproveché el fin de semana para venir. De todas maneras si van a decirme que me voy a morir o una mierda así, bueno, qué puedo hacer. Esto último es exagerado, no espero que digan algo como eso.

Visualizo a Oliver a unos metros de mí, está en la sala de espera sentado sobre esas sillas de metal molestas. Tiene puesto lo que parece ser su pijama porque cuando lo llamé él aún estaba despertándose. ¿Quién demonios se despierta al medio día?

Una maldita confusiónWhere stories live. Discover now