Epílogo

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Cinco meses después

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Cinco meses después


Cosas que he aprendido desde que dejamos de hablar:

He aprendido un par de cosas en mis dieciocho (casi diecinueve) años:

O eliges tus sueños por sobre todas las cosas y vas tras ellos.

O te mantienes como un espectador que mira desde un rincón cómo los demás cumplen sus sueños mientras que tú te quedas atrás.

Tal vez eso habría dicho antes, pero lo cierto es que nadie puede, del todo, decidir si ir tras sus sueños o no. Es tan sencillo decirlo, pero si fuese tan fácil lograrlo todo el mundo lo habría conseguido, si todos tuviésemos las mismas oportunidades y condiciones entonces nadie se cuestionaría en primer lugar si puede o no cumplir sus sueños, pero no es una cuestión de querer, sino de poder (y de suerte). Sí quiero estudiar esto, pero no puedo pagarlo; sí quiero irme de casa, pero no puedo dejar a mi madre enferma; sí quiero ser un artista, pero no puedo estudiar la universidad porque debo trabajar para vivir el día a día. El querer no le gana al poder. O no siempre.

Puedo hacer algo aunque no quiera, pero no puedo lograr lo que quiero si no tengo las herramientas para hacerlo. Es como si hablase de un carpintero, con madera puede hacer un mueble aun si quiere hacer una mesa, pero sin ella no podría ni hacer una silla por mucho que quiera. En el poder recae el peso de la consumación de la acción. Así que no, no elegir tus sueños no es quedarte atrás ni mucho menos conformarte, es hacer lo mejor que puedes con lo que tienes por el momento. Así que sí, hablar de cumplir sueños y metas corresponde en gran medida al privilegio de poder que muchos poseen.

El esfuerzo puede compensar la falta de poder, pero al final, que no puedas elegir tus sueños por cualquier motivo que esté fuera del alcance de tus manos no significa que no te hayas esforzado lo suficiente, solo que hay cosas que no dependen de ti y no debes de matarte la cabeza echándote la culpa o comparándote con los demás.

Que si él logró comprarse su propia casa a los veintiún años. Que si ella logró ser una cantante reconocida. Que si ellos viajan fuera del país dos veces al año. Que si ellas tienen el mejor puesto en su trabajo. No vale mortificarse, cada uno va a su propio ritmo y cada uno sabe las limitaciones que tuvieron que pasar y las condiciones que los privilegiaron.

Lo que intento decir es que no está mal si no eliges tus sueños por ahora, así como no está mal si nos ponemos sobre todas las cosas para lograr lo que queremos o incluso si aún no sabemos con exactitud qué es lo que queremos. No somos conformistas, tampoco egoístas ni mucho menos fracasados, solo somos personas tratando de vivir.

Y creo que ahora te entiendo mejor, para mí era tan fácil decir que renunciaría a todo porque desde pequeño las personas parecían haber renunciado a mí y yo me hice a la idea de que necesito abandonarlo todo para avanzar, pero sé que contigo no es el caso, y sé que estás asustado, y aunque quieras, no puedes porque para ti la opinión de tus papás es muy importante y el miedo al fracaso te impide tomar el primer paso, pero está bien si prefieres tomarte tu tiempo o si quieres descubrir otros caminos y probar otras opciones a pesar de que sean lejanas a lo que acostumbras a hacer. Está bien no quedarte con el camino que pensabas y explorar otros.

Una maldita confusiónWhere stories live. Discover now