𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 | The 100| 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐁𝐥𝐚𝐤𝐞

7.01

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Kaylee cada día de su vida recordaba a cada persona que había estado en su vida y había muerto; era una muy larga lista. Se recordaba porque seguía viva, todos los sacrificios que había tenido que hacer para llegar donde estaba.

— ¡Valkiria!— Exclamo Jayden intentando despertar a la menor de sus hermanas, Valkiria solía tener pesadillas muy realistas o eso creía ella. De alguna manera soñaba con la muerte de su padre, aunque ella no hubiera estado en ese lugar. Cuando Jayden logro despertarla la joven la abrazo de inmediato— está bien, nada malo te ocurrirá ahora.

Kaylee observó la expresión en el rostro y de su hija y sabía de qué pesadilla se trataba cuando tenía ocho, se la había contado por primera vez y la mujer sintió cómo su corazón se detenía unos segundos. No quería que su hija tuviera un trauma y sentía que de alguna manera era su culpa.

— ¿qué sucede?— pregunto Kelsey en voz baja.

— pesadillas— le respondió su madre, ninguna ingresó, aunque la mayor quisiera, no quería enfrentar eso otra vez. Salió del lugar y se dirigió a otro lado encontrándose con devon.

— buenos días— Saludo el pelinegro, Kaylee se acercó a él y le dio un suave beso en la mejilla—¿todo bien?

— valkiria ha estado teniendo nuevamente pesadillas.

— pobrecita, pero es mejor no hablarle de ese tema.

Ella asintió, Kaylee se veía diferente, algo menos cansada de lo usual.

— ven aquí— Exclamo, Devon extendió los brazos y Kaylee se acercó a abrazarlo, nunca se hubiera imaginado que al adolescente molesto que había conocido unos años después le tendría un cariño muy grande—¿te sientes bien?

— ¿a qué te refieres?

— te quitaste la flama, nunca habíamos tenido una ex comandante viva.

— me siento normal, pero no siento que sea correcto dejar a Kelsey con el peso de ser comandante— comento alejándose para tomar un vaso de agua.

— Kelsey es la sucesora correcta, un poco impulsiva pero será buena.

— ella es una niña.

— no, no lo es— Negó devon— Tú sientes que es una niña porque es tu hija, siempre la verás de esa forma.

Sabía que Devon tenía razón, ellos siempre serían sus pequeños; salió de la casa en la cual hora se quedarían, admirando el hermoso lugar que tenían alrededor.

— Siempre soñamos con esto— Comento Mikkel, Kaylee se dio cuenta de la presencia del pelinegro—¿cómo amaneciste?

— se podría decir que bien, ¿y tú?

— muy bien, por fin dormir en una cama cómoda que más puedo pedir.

— tienes razón— Murmuro Kaylee sentándose a su lado.

— ¿qué vas a hacer hoy?

— ¿hoy? Nada, quiero primera vez tener un día sin pelear o tener que mandar a alguien— Comento Kaylee recostándose en el pasto por completo.

— Sabes que de igual manera te vendrán a molestar.

— y yo los mandaré directo a la...

—¡Mamá! ¿Qué quieres de comer?

La voz de Jayden la hizo levantar la cabeza, la joven pelirroja venía salió de la casa y se acercó a ambos.

— tío mik, ¿vas a querer de la sopa que está haciendo Raven?

El pelinegro asintio mientras que Kaylee hacía una mueca al pensar en la sopa de algas.

— ¿mamá, también quieres?

— claro, espero no morir o quedar en coma.

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— no me agrada, murphy— Comento Kelsey, Kaylee rio mientras que trenzaba el cabello a la pelinegra.

—¿quién te agrada? Nadie— Valkiria recibió una almohada en su cara.

— tú tampoco me agradas.

— niñas.

Kaylee le tiro sutilmente el cabello a la joven, ya que Kelsey intentó tirarle el pelo a su hermana. Cuando termino de trenzar el cabello de Kelsey, intercambiaron de lugar con Valkiria. La menor tenía un hermoso cabello rubio muy parecido al de su padre.

— ¿ahora podremos tener una vida más normal?

— lo intentaremos— Murmuro Kaylee, la pelinegra, observó a su madre sabiendo que una parte era mentira. Ellos nunca tendrían una vida normal.

Ambos jóvenes salieron de la casa para ir con su hermana mayor, mientras que Aleixandre sigue descansando en una habitación. Kaylee fue a ver como estaba su único hijo y se sentó junto a él.

—¿mi padre?— Pregunto El joven Aleixandre.

— Se fue junto a octavia y Alyssa— Explico, no sabía por qué se habían ido y no había tenido tiempo para hablar con ella— Ellos van a estar bien.

— Mamá, es tu oportunidad— El pelinegro comenzó a decir, ella la miró sin comprender— para que seas feliz, has dedicado tu vida para que nosotros estemos bien, ya es momento que te dediques un poco a ti misma.

— ustedes son mi vida.

— y tú eres la nuestra.

Kaylee dejó un suave beso en su frente, le acercó uno de los libros que la estantería y procedió a salir de la habitación. Se había dedicado tanto a sus hijos y su gente que nunca había pensado en que hacer si ya no la necesitaban.