" 𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝"
La vida es una lucha constante desde el primer momento, dependiendo de tus decisiones se va formando tu futuro.
Pasaron 97 años para volver a pisar la tierra , cuando 100 criminales bajen a la tierra y descub...
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────༺𑁍༻ ────
Los terrestres los arrastraron más allá, alejándolos de cualquier posibilidad de auxilio. Kaylee, en un fogonazo de lucidez, recordó el cuchillo que guardaba en su bota. Hizo como si se tropezara y, con astucia, lo arrebató sin ser vista. Nadie notó su movimiento mientras cortaba las cuerdas que aprisionaban sus manos. Ese breve instante de libertad fue suficiente para tomar la decisión que cambiaría su destino.
Un terrestre se acercó, ajeno al peligro acechante. En un ágil movimiento, Kaylee le cercenó la yugular con precisión quirúrgica. El hombre cayó al suelo, su vida se desvanecía rápidamente. Kaylee, en medio del caos y la urgencia, se enfrentó al siguiente terrestre. En un torbellino de adrenalina, clavó su cuchillo en el ojo del enemigo, sintiendo una punzada de dolor en su costado derecho, pero la urgencia de la situación le impedía sentirlo.
Finn observaba con horror la escena, pero su mirada se desvió hacia abajo, encontrándose con la espada del terrestre atravesada en el cuerpo de Kaylee. Un sollozo ahogado escapó de sus labios mientras la sujetaba, intentando evitar que cayera. Con un esfuerzo sobrehumano, la dejó con cuidado en el suelo, pero una fuerza magnética lo atraía hacia ella, su mitad de cuerpo se inclinó hacia su amiga agonizante.
— No... No —suplicó Finn, sintiendo un nudo en la garganta al verla sufrir—. Te llevaré de vuelta al campamento, todo estará bien.
— Finn... no duele —susurró Kaylee con voz débil, tomando la mano de su amigo en un gesto de consuelo.
— Tienes que irte —ordenó Kane con voz firme, su rostro reflejaba el cansancio y la desesperación—. Debes cuidar de Mikkel y Jaden.
— No, tú debes cuidarlos —respondió Finn con desesperación, agarrando la mano de Kaylee con fuerza—. Te necesito.
Finn intentaba detener la hemorragia con impotencia, pero la boca de Kaylee se llenaba cada vez más de un sabor metálico, indicio inequívoco de su destino trágico.
— No me dejes —suplicó Finn, su corazón latía con fuerza en su pecho, como si quisiera escapar de su cuerpo.
— Finn, es hora de que te vayas, busca a Clarke —murmuró Kaylee con esfuerzo, su mirada se desvió hacia una silueta que se movía en la distancia.
Era Lincoln. Se acercó a ellos con paso firme, su rostro reflejaba una mezcla de dolor y determinación. Se arrodilló junto a ellos, examinando la herida de Kaylee con preocupación. Pero no tenía medios para ayudarla.
— ¡Kaylee! —exclamó en un susurro angustiado, sintiendo un nudo en la garganta al verla en ese estado.
— ¿Se puede salvar? —preguntó Finn con esperanza en los ojos, pero la mirada de Lincoln fue suficiente respuesta.
