" 𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝"
La vida es una lucha constante desde el primer momento, dependiendo de tus decisiones se va formando tu futuro.
Pasaron 97 años para volver a pisar la tierra , cuando 100 criminales bajen a la tierra y descub...
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Después de la destrucción del puente, la gente comenzó a salir de la cuarentena impuesta. Bellamy, Clarke y Murphy mostraban signos de mejora, lo que aliviaba la preocupación que había pesado sobre todos ellos.
—¿Vamos a la tienda? —murmuró Kaylee, levantando a Bellamy con cuidado una vez que mejoró lo suficiente.
—Sí, es lo mejor —asintió él, apoyándose en ella mientras se dirigían hacia la tienda.
Con pasos lentos pero determinados, Bellamy y Kaylee llegaron a la carpa, donde él se dejó caer con un suspiro de alivio una vez que estuvo acostado.
—¿Quieres agua? —ofreció Kaylee con gentileza, preocupada por el bienestar de Bellamy.
—Estoy bien —respondió él, mirándola con gratitud—. Eres la mejor.
—Lo sé —susurró Kaylee con una sonrisa, inclinándose para darle un suave beso a Bellamy antes de ponerse en pie—. Tengo que ir a cuidar a los demás.
—No... quédate a cuidarme a mí —suplicó Bellamy, su voz cargada de anhelo y necesidad.
— Solo por un pequeño momento— Farfullo la joven, Kaylee no pudo resistirse a esa petición. Se acostó junto a Bellamy, sintiendo el calor reconfortante de su cuerpo junto al suyo. Colocó su cabeza en el pecho de Bellamy, escuchando el latido de su corazón que resonaba en la quietud de la tienda. En ese momento de intimidad compartida, Kaylee reflexionó sobre la importancia que Bellamy tenía en su vida. Él había sido su primer amor, la persona que le enseñó lo que significaba ser amada y amar en retorno. A pesar de los desafíos y las dificultades que habían enfrentado juntos, Bellamy siempre ocuparía un lugar especial en el corazón de Kaylee.
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Los pájaros cantaban una melodía que Kaylee intentaba replicar haciendo que Aarón sonriera, ella no sabía que él estaba viéndola era la forma en la que la joven era su forma más pura, siendo solo ella misma. El oji-azul muchas veces había intentado descifrar a la joven pero todavía se le hacía complicado.
— No, me equivoqué— Murmuró para ella misma, segundos después el ruido de la ramas rompiéndose y el joven rubio frente a ella la asustó a la misma vez que la divirtió.
— No creo que los pájaros te entiendan— Susurro tan cerca como si con un suspiro pudiera quitarle el aire, Kaylee observó a Aarón y sonrió pero enseguida lo alejó, poniéndole la mano en el rostro y empujándolo, sin que él pusiera oposición.
