" 𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝"
La vida es una lucha constante desde el primer momento, dependiendo de tus decisiones se va formando tu futuro.
Pasaron 97 años para volver a pisar la tierra , cuando 100 criminales bajen a la tierra y descub...
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────༺𑁍༻ ────
Todos decían que el dolor se volvería costumbre en algún momento pero la joven Kane podía llevarle la contraria a eso, doce días, exactos, eran en los que había estado consciente de que perdió a su familia y amigos. El joven príncipe había intentando consolar a la joven pero ella si no estaba llorando, estaba mirando por el inmenso balcón que la detenía de ir al bosque que conoció. Había recopilado información de donde habían estado establecidos y a cuando quedaba la ciudad triku.
El sonido de los pasos del príncipe, se pudo oír por toda la habitación; Devon Kom Trikru, El hermano menor de Aarón quien no era nada parecido a él ante los ojos de Kaylee.
— Aquí está tu comida, renacuajo— El joven castaño de dieciocho años era un completo martirio, le había otorgado un apodo a Kane quien lo escuchaba y ardía al no saber que era lo que significaba y por qué lo decía tan despectivamente.
Los movimientos de Kaylee fueron rápidos pero repentinos, tomando por sorpresa al príncipe, la joven colocó un cuchillo no tan filoso en su vena yugular haciendo que el sonriera con un tipo de egocentrismo.
—¿Qué es tan gracioso?— Quiso saber soltando el enojo en su frase.
— Qué eres tan inocente.
La mirada de Kaylee subió a la de Devon sin entender sus palabras— ¿Crees que puedes hacerme daño? ¿Cuán intocable te crees?
La joven cedió por un segundo y eso fue provechoso para el, empujándola y colocándose detrás de ella; pasando su brazo derecho por delante de su cuello y el otro ejercía presión contra el derecho haciéndole alguna especie de llave.
— Podría matarte...y yo no lo dudaría.
La puerta fue abierta haciendo que Devon la soltara y retrocediera unos pasos mientras que Kaylee se tocaba el cuello con enojo en su mirada.
— ¿Devon?— Una voz femenina sonó sorprendida por la presencia del príncipe en la recámara de la skaikru.— Me disculpo... Príncipe Devon, La mujer debe acompañarme.
Devon observó a ambas mujeres— ¿Te dieron la custodia de la Skaikru?
— Si, mi príncipe.
— No soy algo que custodiar— Alzó la voz la joven, Devon se acercó un poco a Kaylee.
— Ahora tienes que temer— Kaylee dirigió su mirada a la mujer que tenía frente a ella, mirando por última vez a Devon antes de seguir a la pelirroja frente a ella; había algo, se conocían más que príncipe e sirvienta pero no le importo en ese instante.
