8. La recién llegada

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No hay suelo debajo de mí, solo agua corriente y rocas irregulares.

Grito cuando empiezo a caer. Pero de repente soy empujado hacia atrás, alguien me agarra del cuello de la camisa y tira de mí hacia atrás. Me lleva de vuelta al suelo y caigo antes de caer al suelo.

Olivia me mira, jadeando por aire. Debió habernos alcanzado justo a tiempo para evitar que cayera en mi perdición.

—Gracias—digo, resoplando.

—Eso estuvo cerca, chico— Ambos miramos al otro lado del barranco. Jasper está ahí, observándonos.

Podría haber muerto y él lo sabe. ¿y se ve aliviado?

No tengo suficiente tiempo para encontrar la respuesta a mi pregunta. Jasper levanta una ceja con arrogancia, antes de correr hacia el bosque como un ciervo majestuoso.

Tomo la mano de Olivia y ella me levanta. —Casi lo tenias—dice, dándome palmaditas en la espalda—Estás lleno de sorpresas.

—Ja, sí...—todavía no tengo idea de cómo yo, el chico que se las arregló para salir de todas las clases de educación física desde la secundaria, casi alcanza a Jasper.

Es literalmente una obra maestra genética. Su padre es el alfa, el lobo más fuerte de la manada. Él es de raza pura y yo solo soy un geek de los suburbios.

Pero estuve a la altura. ¿Verdad?

—Debe ser un milagro de luna azul—dice Olivia.

En la distancia, escuchamos vítores de victoria resonando a través del bosque. Entonces, perdimos el juego. Al menos ahora podemos dejar de correr y casi morir.

Olivia y yo regresamos al punto de encuentro. Reflexiono sobre lo que dijo sobre la luna azul y me pregunto sobre el inminente fenómeno lunar.
Tal vez pueda aumentar la velocidad de un lobo así como su libido. O tal vez realmente no quería que Jasper ganara.

Olivia todavía cojea un poco por su caida.

—¿Tu tobillo está bien?—pregunto.

—Viviré—dice y acelera.

Tan pronto como regresamos al punto de encuentro, encuentro a Katie.

—Felicitaciones— le digo.

—Te ves un poco cansado—dice, evaluando las manchas de suciedad en mi camisa, el rasguño en mi pierna y el estado más alborotado de lo habitual de mi cabello.—Debes haberte involucrado después de todo.

—Meh.. me escondí la mayor parte, en los arbustos.

—¿Te divertiste?

—Digamos que le di a Jasper una gran pelea.

—No lo puedo creer—dice Katie. Su boca se abre lo suficiente como para que salga una ballena nadando.

—Pero no fui lo suficientemente rápido.

—Oh, bueno, tal vez tengas otra oportunidad de atraparlo en otro juego.

—Tal vez—me río.

Nos unimos a los otros lobos empapados de sudor que regresan al campamento. Salimos del bosque e inmediatamente diviso una limusina negra estacionada frente a la cabaña del alfa.

De pie junto a la parte trasera del coche hay una maleta Louis Vuitton.

–¿A quién pertenece todo eso— pregunto, pero Katie no tiene respuesta. Está tan sorprendida como yo.

El Hijo Del AlfaOnde histórias criam vida. Descubra agora