24. Te dire la mia, si me dices la tuya

972 99 26
                                    

Es oficial Odio mi teléfono. Han pasado tres días desde que Aisha me dio el número de Jasper. Durante tres días he pensado en enviarle un mensaje de texto. Pero cada vez que empiezo a escribir algo me siento tan estúpido.

Escribo y borro, escribo y borro.

Todo lo que escribo se siente tan idiota y patético. ¿Qué voy a decir?

-Hola, Jasper, soy Max. ¿Acuérdate de mí? ¿El compañero que rechazaste? Bueno, solo te envío un mensaje de texto para decirte que no he dejado de pensar en ti, a pesar de que eres un completo idiota.-

Estoy empezando a desear que Aisha nunca me haya dado su estúpido número. Todas las noches me quedo despierto componiendo textos en mi cabeza hasta que ya ni siquiera tienen sentido.

Soy el peor mensajero de la historia.

Estoy acostado en mi cama por la tarde, mirando mi teléfono, que arrojé sobre una pila de ropa sucia en la esquina. Si entrecierro los ojos lo suficiente, tal vez podría destruir la maldita cosa con el poder de mi mente.

Concentro toda mi energía, la imagino estallando en una pequeña bocanada de humo. Entrecierro los ojos más fuerte...

¡La pantalla se enciende y me da un maldito ataque al corazón!

No puede ser, ¿verdad? ¿He convocado a Jasper con el poder de mi mente? Contrólate, Max.

Me obligo a levantarme de la cama y me deslizo lentamente hacia la pila de ropa sucia. Agarro mi teléfono y suspiro con alivio cuando veo que es solo un mensaje de texto. de Katie.

Pregunta si puede venir a cenar. Sacudo la cabeza y dejo caer los hombros. Estas siendo ridiculo. Le devuelvo el mensaje a Katie, contenta de tener una distracción para la noche.

—Lo siento, he estado un poco ausente—dice Katie, sacando una margarita de el césped.

Estamos sentados en los escalones de mi terraza trasera mirando el bosque mientras se pone el sol.

—Está bien— miento y me encojo de hombros—Acabas de encontrar a tu compañero, estoy seguro de que has estado muy ocupada..—la cara de Katie se tiñe de rosa.

—¡Max! No ha sido así, no hemos... no hemos hecho eso. aún.

—Oye, no se juzga aquí —digo, apoyándome en ella para hacerle saber que solo estoy jugando.

—Hablamos al respecto y le dije que aún no estaba listo y que está siendo muy comprensivo.

—Bueno, bien por Todd. No sabía que tenía ese tipo de autocontrol.

—No seas malo— dice, golpeando sus rodillas contra las mías y haciéndome perder el equilibrio.

—Estoy seguro de que Todd es un completo caballero—digo, tratando de sonar serio.

—De hecho...—dice Katie, mirando hacia otro lado—Pedí venir porque quería decirte algo.

Está actuando tímidamente y no tengo idea de por qué. Solo que tiene el mismo aspecto que tenía cuando nuestra maestra de cuarto grado nos atrapó robando ositos de goma de su escritorio.

—Katie, ¿qué pasa? me puedes decirme lo que sea.

—La cosa es que no he estado saliendo con Todd.

—¡¿Qué?!

—De hecho, he estado saliendo con... Simon

—Wow, digo, inclinándome hacia atrás para echar un buen vistazo a la extraña al lado de mi.

El Hijo Del AlfaWhere stories live. Discover now