15. El peso del mundo

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De alguna manera me las he arreglado para perderme. La cabaña del alfa es más grande que ella. Parece que una vez que estás dentro, el tiempo y el espacio no tienen sentido.

Por cada esquina que giro siento que me desoriento más y más. No estoy cien por ciento seguro de si se me permite ir más allá del comedor, pero hasta ahora la única persona con la que me he cruzado es una señora mayor que empuja un carrito lleno de toallas limpias.

Apenas pareció notar mi presencia cuando pasé. Todos los adolescentes deben de parecerle iguales de todos modos. Doblo otra esquina y miro hacia otro largo pasillo. El piso está alfombrado de rojo y dorado, las paredes están empapeladas con un estampado amarillo canario, con cuadros colgando cada pocos metros más o menos.

Mi oído se alerta snte el sonido de voz de alguien. Me escabullo por el pasillo en dirección al sonido. A medida que me acerco, empiezo a distinguir las palabras extrañas aquí y allá y me doy cuenta de que reconozco al hablante.

Es Jasper, reconocería su molesta voz monótona en cualquier lugar.

Llego a una puerta y me detengo. Quizás esto sea una mala idea. ¿Y si solo se enfada? Estoy empezando a pensar que debería darme la vuelta. Pero Jasper levanta la voz.

—Te lo dije, Alfa. ¡Ya arreglé todo!—debe estar hablando por teléfono con su papá.

Su papá, a quien llama' ¡Alfa!' Y pensé que mi familia era rara.

—Ya te expliqué lo que pasó…—Jasper suena frustrado como si estuviera listo para volverse loco.

Esto está demasiado bueno. Apoyo mi oído contra la puerta para escuchar mejor.

—¡Nadie resultó herido, papá!—Jasper casi pierde la calma, pero la habitación de repente se queda en silencio.

Oigo a Jasper dar unos pasos y me pregunto si esta apunto de atraparme. Pienso en irme lo más silenciosamente posible cuando vuelve a hablar.

—No sé cómo el rogue logró pasar la seguridad fronteriza... son tus soldados, por qué no les preguntas... Me estoy tomando esto en serio, Alfa.

Vaya, estoy empezando a sentir pena por el pobre chico .Su padre suena como si lo estuviera tratando bastante duro y es un poco por mi culpa.

Jasper podría haber actuado como un idiota. Pero yo soy la razón por la que su padre lo está regañando.

—Te lo prometo, padre—dice Jasper—El problema está resuelto. El rogue fue detenido e interrogado y no hay evidencia de otros lobos no registrados en los alrededores. Está siendo transportado a las instalaciones de retención de la manada en este momento... Sí, padre, lo siento, Alfa, la carrera de apareamiento' se llevará a cabo según lo planeado. No habrá más problemas... asumo toda la responsabilidad... lo... lo siento, Alfaa. Sé que cuentas conmigo.

Hay tanta angustia en la voz de Jasper que se ve obligado a disculparse. Una parte de mí quiere irrumpir en la habitación y decirle que se detenga.

Él no necesita arrepentirse.

Me detengo, el luchó para defenderme de mi atacante. Pero una parte de mí sabe que soy la última persona a la que Jasper querrá ver.

—Espera, Alfa, creo que alguien está afuera…

¡Oh mierda!

Los pasos de Jasper se hacen más fuertes a medida que se acerca a la puerta. Si me atrapa aquí, pensará que estaba escuchando su conversación privada, y lo estaba haciendo por completo.

El Hijo Del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora