29. La casa del Alfa

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—¿Dónde estamos?—digo, parpadeando medio despierto mientras nos detenemos entre dos muros altísimos.

Afuera está oscuro y más adelante se abre una puerta enorme ¿Me he despertado fuera de Wayne Manor¹? ¿Batman está esperando adentro con chocolate caliente?

Debo haberme quedado dormido en algún lugar en el camino de regreso a Nueva York. Solo que esto no es Manhattan o Pittsburgh. Este no es ningún lugar que reconozca.

Mientras esperamos a que se abran las puertas, distingo el rugido sordo del océano a lo lejos. Pero eso no puede ser correcto.

—Estamos en los Hamptons²—dice Jasper.

Me siento, sacudiendo la cabeza. Todavía debo estar dormido porque definitivamente estoy soñando.

—¡¿Los Hamptons?! ¿Qué estamos haciendo aquí?.

—Aisha necesita descansar y este es el lugar más seguro para llevarla— Aisha está dormida en el asiento trasero, apoyada contra la ventana.

—Puedo llevarte a casa una vez que se haya instalado.

—Pero, ¿qué es este lugar?— observo una hilera de arboles mientras recorremos un largo camino de grava.

—Esta es mi casa—dice Jasper.

—Vaya.

Avanzamos hasta que aparece el frente de la casa de Jasper. La casa tiene tres pisos de altura y parece como si estuviera hecha completamente de concreto y vidrio. Brutal y minimalista, se cierne sobre nosotros, es extraño y poco acogedor.

La gran entrada está bordeada de flores,  algunas plantas agitan sus hojas con la brisa y una fuente burbujea en el centro del patio delantero. ¿Era Tony Stark el dueño anterior?
A la izquierda de la puerta principal hay un cerezo. Pétalos rosas y blancos están esparcidos por el césped como caramelos.

¡Este lugar es demasiado y solo he visto el patio delantero!

El camino de entrada se curva alrededor de la casa y conduce a la puerta del garaje. La puerta se abre cuando nos acercamos. Las luces se encienden dentro y nos deslizamos en un espacio vacío entre otros dos autos.

Salgo del auto de Jasper y dejo que mi mirada se desvíe a lo largo de la línea de vehículos. ¡Es como una maldita tienda de autos! Finalmente me doy cuenta... esta no es solo la casa de Jasper.

¡Es la casa del alfa!

Sin esperarme, Jasper lleva a Aisha a la casa, así que dejo de mirar boquiabierto y los sigo. Es difícil asimilar algo al principio. Todo parece tan grande y brillante.

Jasper nos lleva por unas escaleras que dan a una sala. Cuatro sofás en los que podría acomodar a toda mi familia. Sigo a Jasper por un largo pasillo de puertas y entro en un dormitorio oscuro.

Suavemente, baja a Aisha a la cama, y ella rueda sobre su lado.

—Espera aquí—dice, volviéndose hacia mí.—Voy a traerle un poco de agua y veré si puedo traer un doctor aquí en la mañana— me pasa, volviendo en dirección al pasillo.

—Espera..–– se ha ido antes de que pueda hacerle mi pregunta. Quiero saber si el alfa está en casa.

Él no lo dice en serio, ya sabes—dice Aisha, mirando por encima del hombro.

—Oye, deberías intentar dormir—camino hacia la cama y me arrodillo a su lado, tomando su mano.

—Solo actúa como un idiota...—la voz de Aisha es ronca—... porque tiene miedo.

El Hijo Del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora