Park Jimin un Omega que sólo pedía una vida tranquila, dónde su padre no fuera un alcohólico y adicto a las apuestas.
Pero aquello cambió cuando su propio padre lo cambio para deshacerse de sus problemas.
Min Yoongi, un Alfa, dueño y jefe de una de...
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(Narra Jimin)
Cinco años habían pasado.
Cinco años de casado con el Alfa más sexy de toda la tierra. El cual siempre hacía que la llama de la pasión entre ambos se mantuviera encendida hasta lo más alto.
Cinco años desde que el inicio de la creación de nuestro propio infierno, inicio, cuando acabamos con la bola de imbéciles que creían tener el poder sobre nosotros, una mafia, la cual no le teme a nada ni a nadie.
Sonreí ladino al recordar aquella noche, fue tan increíble que desearía volver aquellos tiempos. Pero el gobierno actual no tenía la más mínima intención de meterse con nosotros, así que por un largo tiempo nos hemos mantenido bajo margen y realizando nuestras misiones pacíficamente sin interrupción alguna.
Me observé una vez más al espejo y me encantó ver mi imagen a través de esta. Debía admitir que siempre seguiré teniendo un cuerpo envidiable a pesar de tener casi 29 años.
Hace unos días, mientras buscaba unos papeles entre mis pertenencias, encontré una caja con un atrayente moño en color rosa. Cuando la abrí, no pude evitar soltar una carcajada que casi hace que mis pequeños despierten cuando dormían sobre la cama.
Aquella caja había mantenido muy bien oculto el regalo que Jin Hyung me dio junto a los chicos cuando celebraron mi cumpleaños número 23. Fue tan inesperado encontrarlo y sorprendente que no pude evitar traerlo a estas vacaciones y disfrutarlo completamente con mi amado esposo.
Los chicos se ofrecieron a cuidar unas horas de mis pequeños traviesos mientras yo le regala toda mi atención a mi amado esposo.
Haber regresado de viaje a las islas Bora Bora, había sido una magnífica idea, mi propio esposo me dio el pase que necesitaba para poder estrenar este preciado regalo que sin querer había mantenido oculto durante mucho tiempo.
Solamente era un conjunto, de un gatito con una colita en rosa que debo decir, en el momento en que ese maldito dildo entro a mi trasero no pude evitar gemir de placer y estaba más seguro que justo estás sensaciones harían que mi Alfa corriera hasta mi. Sonreí al escuchar como la puerta de la habitación se abría de golpe para al segundo ser cerrada con seguro.
Lo escuché caminar hasta la puerta del baño y tocar con insistencia. Reí bajo y tome las esposas felpudas en color rosa entre mis manos.
- ¡Jimin! - Gruñó ronco y vaya que eso me éxito mucho más.
- Dime Alfa mío - Soné lo más seductor que pude.
- ¡Abre ahora mismo! - Exigió y esa maldita rudeza en su voz es la que me ponía más caliente.
- Como mi amado esposo órdene - Me acerqué a la puerta y quite el seguro, al segundo esta misma se abrió de golpe.
Dejando ver al otro lado a mi sexy y excitado esposo, quien me observó lascivamente de arriba abajo, relamiendo sus labios y soltando feromonas de pura excitación.
