17 | un paso en la dirección correcta

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Hetty no sabía por qué estaba tan molesta. No era como si ella y Michael estuvieran juntos, entonces ¿por qué sentía que la había engañado? Sabía lo de Charlotte, por supuesto que lo sabía, pero había pensado que eso no llegaría muy lejos. Pero ahora Charlotte estaba embarazada, Michael se enfrentaba a una decisión importante y Hetty estaba atrapada en el fuego cruzado.

Michael podría irse a Estados Unidos y vivir con Arthur, pero entonces Hetty estaría sola y el acuerdo no se cumpliría, o podría casarse con la chica y romper los términos, incitando así una guerra entre los Shelby y Solomons.

Hetty también estaba molesta porque Michael no se lo había dicho a ella primero. Ella pensó que, debido a la creciente cantidad de tiempo que pasaban juntos, él confiaría lo suficiente en ella, como amiga y futura esposa, pero parecía estaba equivocada.

Ella no habló con él durante mucho tiempo después de eso, y luego, mientras los chicos salían para infiltrarse en la fortaleza rusa y planear su robo, Hetty viajó a Londres con Polly y Michael.

Polly no cuestionó el hecho de que los dos se ignoraban el uno al otro, pero si notó la forma en que Michael miraba a Hetty como un cachorro herido, con ojos tristes y completamente llenos de remordimiento. Ella no sabía lo que había sucedido, pero decidió no involucrarse y dejar que ellos resolvieran las cosas por sí mismos.

Al no ser necesitada en la reunión, Hetty subió las escaleras de la casa de Ada y fue hacia su habitación. Se suponía que ella y Michael compartirían una habitación, pero dadas las circunstancias, y Polly teniendo la previsión de alertar a Ada sobre el drama adolescente, Ada se ofreció a compartir su habitación con Hetty.

Sentada en medio de la cama de Ada, Hetty comenzó a leer hasta que alguien llamó a la puerta. Ella lo ignoró, hasta que se abrió y Michael asomó la cabeza—. ¿Puedo entrar?

—Parece que ya lo has hecho —dijo Hetty con sarcasmo, sin mirar a Michael.

Abrió la puerta y la cerró detrás de él, aclarándose la garganta—. Uh... creo que tenemos que hablar.

—¿Ahora quieres hablar? —preguntó Hetty—. ¿Ahora quieres reconocerme en lugar de ocultarme cosas?

—¿Por eso me ignoras? —preguntó Michael—. ¿Porque no te conté sobre Charlotte?

—Sí, ¡por eso te ignoro! —exclamó Hetty, arrojando su libro—. Pensé que éramos amigos, Michael. ¿Cómo vamos a vivir toda nuestra vida como una pareja casada si no nos contamos las cosas importantes?

Michael se sirvió un vaso de whisky—. Debería habértelo dicho. Ni siquiera debería haberme involucrado con Charlotte.

—No decías eso cuando estabas teniendo sexo con ella a cada minuto de cada día —dijo Hetty con amargura—, y solo desearías que eso no hubiera sucedido porque cometieron un error. Mira, Michael, lo entiendo. No soy la mujer de tus sueños. No soy bonita como Tessa ni inteligente como Ada ni salvaje como tu madre. No soy quien quieres que sea, y lamento que sientas que no puedes contarme estas cosas.

—Hetty, yo...

—No soy Charlotte Murray, con el pelo perfecto, la sonrisa perfecta y la voluntad de dejarlo todo solo para tener sexo contigo cuando tu quieras —continuó Hetty, con lágrimas en los ojos—. No soy el tipo de persona que quieres amar... no soy perfecta, y sé que tú tampoco lo eres, pero estoy intentando que esto funcione con todas mis fuerzas, y tú... estás siendo tan terco.

—No sabía que te sentías así —dijo Michael, haciendo girar el whisky alrededor del vaso antes de tomar un sorbo—. Lo siento.

—Sí, bueno, soy buena escondiendo cosas —dijo Hetty, secándose las lágrimas que se le pegaban a las pestañas—. Pero es demasidao, Michael. Te miro y todo lo que veo es mi futuro. Quiero que esto funcione, porque independientemente de lo que suceda, estaremos en esto a largo plazo. Quiero tener hijos y quiero casarme. Eso es todo lo que siempre he querido, porque nunca tuve una madre, así que quiero ser lo mejor que pueda ser. Pero tu me miras y solo ves una molestia, como una mosca de la que no puedes deshacerte. Te quedaste conmigo por este acuerdo, pero a diferencia de mí, tú no estás dispuesto a intentarlo.

Michael no sabía que Hetty se sentía así, pero se sentía culpable por no haberse dado cuenta—. ¿Todo esto es por Charlotte?

—Sí y no —respondió Hetty, levantándose y alejándose de Michael para que no viese sus lágrimas—. El hecho de que Charlotte esté embarazada y tengas que tomar esta decisión me está matando porque no puedes ser feliz con ella por mi culpa. Arruiné tu vida, Michael, y ni siquiera fue mi intención.

—Oye —dijo Michael, dejando su whisky y caminando hacia Hetty. La giró y le puso las manos en las mejillas—. Oye, no arruinaste mi vida. Yo soy el idiota aquí, ¿de acuerdo? Yo soy el que empezó algo cuando sabía que no podía llegar a ninguna parte. Siento mucho haberte hecho sentir así y te prometo que me esforzaré más.

—Pero ¿y Charlotte? —preguntó Hetty.

—He fijado una fecha —dijo Michael en voz baja—, con la mujer de la que hablaban John y Arthur. Charlotte no va a tener el bebé.

—¿Y luego qué? —preguntó Hetty—. ¿Todo volverá a ser como antes?

—Y luego nada —respondió Michael—. Esta situación puso todo en perspectiva. Nunca amé a Charlotte; ella era la siguiente mejor opción.

—¿La siguiente? —preguntó Hetty.

—Tú eres la primera —respondió Michael, su pulgar rozó sus mejillas—. Sé que he sido una persona terrible y lo siento mucho. Pero después de esto... después de todo, lo prometo, haremos que esto funcione. Hetty, voy a hacer que esto funcione.

—¿Por qué? —preguntó Hetty—. ¿Por qué ahora?

—Porque me di cuenta de lo mal que estaba —dijo Michael—. De lo idiota que fui. Me tomó un tiempo realmente largo, Hetty, pero me di cuenta de que no eres una chica cualquiera que Tommy eligió para mi. Eres especial. Cada vez que te veo mi corazón late un poco más rápido.

—Solo dices eso porque estás preocupado por Charlotte —dijo Hetty, apartando las manos de Michael de su rostro.

—No, lo digo en serio —respondió Michael—. No me importa que no seas como esas otras chicas. Eres perfecta, Hetty. 

Ella lo miró y parpadeó para eliminar las lágrimas—. Pero no soy perfecta. Solo soy yo.

—Sí, y eso es perfecto para mi —respondió Michael, antes de tomar su rostro entre sus manos y presionar sus labios contra los de ella.

Hetty nunca había sido besada antes, por lo que la sensación era completamente nueva. Ella no sabía como reaccionar, pero Michael parecía saber lo que estaba haciendo, así que siguió su ejemlpo. Los labios de Michael sobre los de ella fue lo único que pudo registrar, y cuando el beso se volvió más apasionado, Hetty finalmente tuvo la fuerza de voluntad para alejarlo.

—No —susurró Hetty—. Esta noche no.

—¿Cuándo? —preguntó Michael sin aliento.

Hetty suspiró—. Cuando ambos estemos pensando con claridad. Tienes que preocuparte por Charlotte, y yo no puedo ser parte de eso, ¿de acuerdo? —pasó el pulgar por la mejilla de Michael—. Lo siento.

Michael solo pudo asentir—. Lo entiendo. Yo también lo siento.

Hetty tomó su mano—. No tienes nada que lamentar.

—¿Quieres...? No sé, ¿venir a mi habitación? —preguntó Michael—. No tengo ganas de estar solo esta noche.

Hetty sonrió—. Yo tampoco.

THE KIDS AREN'T ALRIGHT | Michael Gray ¹Where stories live. Discover now