1.2 Angry Horanghi

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Es una criatura de rutina. En general, lo molesta tener que salir de la misma. Despierta, estirarse, vestirse, peinarse de vez en cuando, ir a cazar para comer y regresar a casa. Día sí y día no ir de paseo por el bosque, recibir visitas esporádicas de Bom, estar dos horas en la fogata fuera de la casa, cenar y volver a dormir.

Muy pocas veces va al pueblo, suele hacerlo para comprar tela y hacerse ropa o para encontrar ilustraciones que adornen su pequeña casa en la montaña.

Hoy es un día donde no podrá seguir su rutina. Lo supo desde que al intentar cazar un ciervo, escuchó demasiado ruido. Mon hace su propia cacería en otro lugar y regresa por la noche a mostrar sus resultados.

Namjoon decide volver a casa para intentar calcular que tan cerca están los invasores. No hizo falta, apenas estuvo en su hogar, quince personas salieron de entre los arboles. Todos llevan un pañuelo sujeto a la cadera. Color rojo y un grabado de zorro.

Namjoon gruñe, mostrando los colmillos y el cuerpo crispado, advirtiendo que atacará si se acercan más. Todos tienen espadas y solo uno de ellos cuenta con un rifle ya cargado con carbón.

— Váyanse de mi territorio. —ordena Namjoon.

—Kim Nam-Joon ¿Cierto? El beastman tigre de la mon-

—He dicho que se vayan de mi territorio. —Repite, ahora avanzando hacia el noble. Fácilmente distinguible por usar un gat, cubriendo el sangtu.

Todos son Alpha. Exceptuando el que carga el rifle, él es un Beta.

— Queremos negociar con usted, señor-

— ¡Espere por favor!

Namjoon se queda quieto en su lugar, analizando con la mirada a la persona que se interpone en su camino: un Omega. Es bastante grande para lo habitual y entre sus rarezas, está que se trata de un beastman. Frente a Namjoon está Jeon Jung-Kook, un beastman lobo.

Sus ropas delatan que tiene una posición alta dentro de la nobleza. Incluso su aroma es de incienso.

—Espere, por favor. Solo queremos hablar. Le prometo que nos iremos después de eso.

Namjoon gruñe por lo bajo. No le gusta atacar beastman, mucho menos Omegas. Baja un poco la guardia, pero al igual que los soldados, no deja de estar a la defensiva.

. . .

—Me presento. Soy Baek Ryuya—Namjoon levanta una ceja, ese nombre es disonante—. Como supongo asumirás, vengo de familia mestiza. Mientras mi madre era japonesa, mi padre era coreano—aclara cortés y Namjoon da un bufido. Algo en él se le hace sospechoso ¿Es un beastman también? No tiene nada que lo haga resaltar—. Vinimos a su "territorio" con el fin de contratarlo.

—No soy mercenario. —dice Namjoon.

—Lo sabemos.

—Entonces no tienen nada que hacer en mi montaña.

—Por el contrario, usted no tiene nada que hacer en nuestra montaña. Pertenece al imperio de Hwanwon—Corrige Ryuya—. Tan solo haberse instalado no le dice que es el dueño de este espacio.

—Tampoco tener un maldito palacio lleno de piedras pulidas y usar más de ocho capas de tela—discute Namjoon mostrando los colmillos y el malhumor creciendo en su intensidad. La incomodidad crece por el aroma que desprende. Su presencia amenazante que los hace querer huir de ahí. Excepto Ryuya, que es capaz de controlar sus instintos lo suficiente—. Lárguense de aquí antes de que los mate.

—Puede arreglarse simple, Señor Kim—Advierte Ryuya con tranquilidad—. Necesitamos su servicio de cazador. Ha cazado hasta a los de su especie ¿O me equivoco? —Namjoon guarda silencio, es un chako de forma no oficial—. Como quizá sepa, el conflicto entre el consejo se ha tornado en un problema de dos bandos. Nosotros, Bulgeun Yeou y ellos, como de costumbre, retrayéndose como el clan Mugunghwa. Lleva mucho tiempo andando, ha generado perdidas consistentes y-

Children of Winter || NamMinWhere stories live. Discover now