8.2 Nunpyobeom prince and Horanghi assasin

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Se sostiene el abdomen y solloza ahogado. No quiere estar con Ryuya. Sabe que es un beastman, pero sencillamente le desagrada. Es muy usual que los felinos y los reptiles no se lleven bien. Había notado su mirada encima suyo, mas no pensó que fuese relevante.

Teme que quizá, lo que piensa hacer Jin sea una trampa en la trampa. Matarlos a ellos en tanto están pensando en atacar a escondidas. Ryuya quiere el trono, Jimin es un medio para conseguirlo y nadie va a preguntar por él si esta encerrado.

Está seguro de qué él lo va a encerrar y teme que la indiferencia sea mejor a la tortura que él pueda imponer. Hacer su vida un autentico infierno. El abrazo por la espalda le saca un chillido y al levantar la cabeza, tiene a Namjoon observándolo. Sus ojos grises buscando el problema en él.

— ¿Tiene algún problema mi señor?

—No... No hay...

Balbucea y sostiene los brazos de Namjoon, gimoteando. Por su mente no deja de pasar la posibilidad de irse nada más, apartarse de todo, pero al mismo tiempo ¿Qué pasaría con su familia? Jin confía en él, quizá el pacto se rompa por no ir y vuelvan a guerra.

No quiere que gente siga muriendo y su familia siga sufriendo. Sus inquietudes y temores tan solo crecen al mismo tiempo que las ganas de quedarse así con Namjoon y que nada más importe.

~ * * * ~

—Lo envié al palacio. Ahí estará más cómodo. En torno a sus pertenencias y dentro de su habitación—responde Jin. Namjoon no encontró a Jimin en la casa y lo preocupó de sobre manera. Más aun después de haber visto llorar la noche pasada. El heredero al trono suena inusualmente nervioso incluso en su acto—. Considerando lo que necesito que hagas ahora.

—Creí que la guerra había terminado. —comenta Namjoon levantando una ceja.

—En efecto, termino—concede Jin—. sin embargo, aun quedan muchas cosas que hacer. Si pretendes tener tu territorio, claro está.

Namjoon mueve la cola y mantiene las orejas levantadas. Sospechoso por la actitud e Jin. Está escondiendo algo. No lo sabe por nada en particular, tan solo tiene la corazonada de que es así.

Durante la noche fue junto a un pequeño grupo de soldados hacia la residencia de Bulgeun Yeou y se dio el tiempo de cumplir con la orden del que es el próximo emperador: asesinar a todo ese clan. Desde sus soldados, hasta los nobles involucrados. Todas las personas en al casa mueren una a una.

A él le da lo mismo. No los conoce, no le importa y si con esto consigue de regreso su territorio, está dispuesto a cumplir como siempre ha dicho. Hay un olor muy familiar en el ambiente y es molesto para él. No por ser directamente odioso a su nariz, tan solo lo pone de mal humor porque lo reconoce como algo que no debería de estar aquí para empezar.

Entra en la habitación con hedor a Omega y las gotas de sangre caen por sus garras. En la esquina de la habitación ve a Jungkook, quien ríe con acidez. Recuesta la cabeza de la pared y cierra los ojos.

—Así que sí lo hizo. Que tonto es Ryuya en creerle—musita Jungkook y Namjoon va hasta quedar un par de pasos delante—. Pensó que Jin entregaría al invierno tan fácil y calmadamente. Cuando solo pensaba matarnos a todos en la noche.

— ¿Invierno? —pregunta Namjoon confuso. Jungkook exhala sin fuerza.

—Los acuerdos para esta supuesta paz, era cesar el ataque, entregar a Jimin en matrimonio y tener un mejor trato para los beastman—informa Jungkook. Namjoon se crispa, con ligero pelaje empezando a surgir en sus manos y zonas de su cuerpo. Correspondiendo a la transformación total que puede portar—. ¿No te lo dijo? —pregunta en un susurro—. Que extraño... A menos que sucediera lo que esperaba. —desvía la mirada.

— ¿Por eso me pediste no matarlo?

—Incluso si te lo pedía, no lo hubieras hecho. Tenía esperanzas de que fueses más salvaje y te llevaras a Jimin lejos de ellos... La familia imperial no hace más que consumir a gente como nosotros—comenta Jungkook apoyando la barbilla en sus rodillas y las orejas caídas—. Nos tratan y venden como animales... Ojalá haberlo salvado de esta miseria.

Namjoon se retira a prisa, siguiendo el camino que ese aroma genera. Jimin está llamándolo. Incluso si no es consiente de ello. Jungkook esconde el rostro en sus rodillas. Es una decepción enorme, pero puede tener en su consciencia, que al menos lo intentó y si lo matan después, habrá valido la pena.

~ * * * ~

—Cuando Jungkook vino con nosotros, tenía la esperanza de que usted también lo hiciera, príncipe.

Jimin sonríe tímido a Ryuya, aceptando el té que le entrega. Sus rasgos beastman son tan ligeros y discretos que no lo notaria si no se lo hubieran dicho anteriormente. Sacude la cabeza con cuidado, el enorme Eujun meori junto a los adornos y un daenggi.

—No podía abandonar a mi familia. —responde Jimin en voz baja.

—Él abandonó a su Alpha. A pesar del dolor que el vinculo le haría sufrir—Añade con las manos en su regazo—. Sin embargo, debemos decir que esto funcionó mejor de esta forma ¿No lo cree? —pregunta Ryuya sonriente.

—Sí. —Jimin sonríe falso y bebe más del té con sabor extraño. No duda que debe ser algún afrodisíaco o droga.

Lo maten o no, ahora mismo, le da igual. Vacía su mente para lo que tiene que hacer. No piensa en que estuvo sin dormir desde ayer, nervioso por venir; en lo mucho que Ryuya lo incomoda, sus ojos serpentinos con doble parpado y las ligeras escamas que se asoman por su piel sin maquillaje.

Vio a Jungkook, no hablaron, ni siquiera se miraron propiamente, fue solo un vistazo por el rabillo del ojo ¿Le habrán hecho algo aquí? O tal vez lo trataron bien. Esos pensamientos se diluyen por igual. Nada más se repite el mismo comando: Deja que haga lo que quiera y mátalo tan pronto esté con la guardia baja.

Por breves instantes se cuestionó ¿Qué con los guardias que custodian este lugar? ¿Lo dejarán salir como si nada cuando acabe con él? Jin le dijo que viniera a hacer esto y no más detalles. La incertidumbre también se diluye. El té lo ayuda con ello. No es afrodisíaco, tan solo relajante. Ryuya sabe que Jimin está nervioso.

—No lo tomes como algo malo—pide el beastman serpiente, susurrando, casi un siseo—. Ningún noble en Hwanwon sería capaz de tratarte de forma apropiada—Extiende su mano y acaricia la mejilla de Jimin, quien se recuesta para calmar su ansiedad. Fingir más tranquilidad o intentarlo—. Todos te tratarían como a un animal, pedirían coser tus orejas, cortar tu cola e incluso pintar tu cabello tras sacarte los colmillos... Soy como tú. Ambos somos iguales. Sabemos como cuidarnos y ahora, ayudaremos a cuidar a otros.

Por la mente de Jimin no sigue circulando la continua orden de Jin, también lo hacen las palabras de Ryuya y su propio pensamiento: ¿Por qué debo matar a alguien que no quiere hacer nada malo? Que tan solo quiere que se nos respete como lo merecemos...

¿Merecerlo?

¿Desde cuando lo merece?

Mientras su dialogo mental continua, se mantiene sumiso y quieto al acercamiento de la serpiente, dejándose besar, acariciar y desnudar poco a poco. Antes de dar cuenta, está con el cabello desperdigado por el piso y sus piernas abiertas, su cuerpo recibiendo a la serpiente que jadea con la frente apoyada en el pecho albino.

Jimin gimotea, sus labios fruncidos y sus ojos aguados. Quiere volver a la pequeña casa a mitad de la nada. Estar ahí con Namjoon y que esto no sea su realidad.

Children of Winter || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora