4.2 The caring Nunpyobeom

485 123 12
                                    

La pelea es cuestión de soldados y guerreros honrados, cosa que Namjoon no es. Poco es de extrañar que a pesar del ambiente bélico y el caos que existe, los enfrentamientos sean dentro de una delgada linea de decencia. Namjoon lleva una espada consigo, pero casi no la usa, pues con sus manos y garras casi es suficiente.

Cortando la garganta de los hombres, desprendiendo sus miembros, mordiéndolos en lugares donde no podrán reponerse y asesinarlos. Es una carnicería que se torna en favor del clan Mugunghwa.

No obstante, Namjoon está molesto. Muy molesto: la mayoría de personas aquí son beastman y aun así se comportan como si fuesen humanos sin ningún rastro de sus contra partes animales. Claro, muchos son herbívoros, son presas que creen en la causa que defienden. No le quita lo patético y casi miserable al asunto.

Supone que lo único noble del asunto es que pelean por intentar ser vistos como los humanos que son. Namjoon está desagradado desde cualquier punto de vista. Lo único que supone un reto es que un beastman enorme, quizá de toro o caballo, lo encara y directamente lo tira contra una pared.

El beastman naranja ahoga la exclamación y aprieta los dientes, sus huesos crujen y su cabeza rebota de forma poco recomendable. Sin embargo, como depredador que es, no se queda quieto ni siquiera en ese instante de debilidad. Se reincorpora, con un mechón de su cabello fuera del top knot y corre directo a su oponente.

Su cuerpo adquiere una curiosa mutación. Sus garras más grandes. Los músculos pronunciados y antropomórficos; su rostro se alarga ligeramente, causando que tenga hocico y ello, sea mucho más fácil morder. Algunos detienen lo que hacen solo para ver lo que acontece en ese combate específicamente y hay los que huyen, llenos de pánico por recibir el mas mínimo atisbo de atención de Namjoon.

No quieren morir de esa manera tan horrible.

Namjoon cambia poco a poco algo más y en ello está que ruga, mostrando los enormes colmillos y acabando de cambiar la estructura ósea de su cuerpo.

Es curioso, pero los beastman capaces de cambiar de forma, suelen ser más grandes que los animales de los que vienen. Fuertes, astutos, veloces y todo gracias a la mezcla que tienen con la raza humana. Contrario a los humanos, los animales los reciben como uno más, sin apenas notar la diferencia o darle relevancia en tanto se siga la jerarquía natural establecida.

Por ello están mejor en la naturaleza que entre los humanos. Porque los humanos solo hacen lo que ve aquí: temerle, creer que es una bestia a punto de acabarlos. Esta vez, dará la excepción, porque es efectivamente lo que pretende llevar a cabo. Ruge de nuevo, lanzándose a correr y motivando a los guerreros del clan Mugunghwa.

Cuando cae el sol en el cielo, ya habían terminado y por cortesía, uno de los capitanes del ejercito le da a Namjoon un dopo y no esté desnudo.

—Muchas gracias por su arduo trabajo. —agradece el hombre. Namjoon encaja su mandíbula en su lugar. Reacomodarse después de algo así duele un poco. Más que cambiar a ese estado.

— ¿No quedó nadie?

—Solo unos cuantos que interrogaremos. Puede retirarse si lo desea.

—Necesito un caballo. —murmura Namjoon viendo alrededor y siendo difícil por tener el ojo hinchado.

—Oh, con gusto. —llama a un soldado de rango inferior. Este llega con el caballo y tartamudea:

—P-por favor no se lo coma.

Namjoon no se molesta ni en hacer un mal gesto. Sube al animal y lo pone a andar. Quiere llegar hoy a la casa. Quizá cazar algo en el camino para poder comer en paz. Tiene el sabor a sangre en la boca, pero extrañamente, nunca le ha parecido que la carne humana sepa bien.

Children of Winter || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora