9. Horanghi cares for Nunpyobeom

314 88 5
                                    

Quejidos leves siguen saliendo e su boca. Las orejas escondidas ente la cabellera pálida y su cuerpo lleno de sudor. Sus colmillos ligeramente más grandes mordiendo la tela de su ropa. Puesto boca abajo con Ryuya a su espalda. No dice nada y supone que es lo único que aprecia de esto.

Porque en todo lo demás se siente tan mal. No le produce placer, no hay libido y no hay excitación a pesar del estimulo que lo hace llegar a orgasmos. Pocos, pero ahí están. No puede decir que Ryuya lo trate mal. No lo está golpeando y tampoco está haciéndolo doloroso por gusto. Tan solo no es compatible.

Y Jimin no quiere hacer esto.

Se siente mal y se siente sucio. Nunca pensó que tendría que usar su propio cuerpo para una jugada como esta y la inquietud de que quizá se embarace de él es horripilante. Moquea y continua conteniendo las lagrimas.

Recordándose a si mismo que hace esto por su familia y por el bien de la corona imperial. Respira profundo y se ahoga en ello, dejándose mover como el Alpha quiera y rogando porque no lo muerda aun, a pesar de que estaría en lo correcto y en su derecho por lo que tiene entendido.

Junta la frente con el suelo y tiembla en su lugar, la cola enrollada y las orejas aun escondidas entre el cabello algo enmarañado. Da una pequeña exclamación, la mano de Ryuya presionando su cabeza contra el suelo y jalándolo ligeramente del cabello.

La otra le levanta la cadera y mantiene a la altura perfecta para que el Alpha golpee su pelvis en contra del Omega. Jimin solloza, cubierto por los mechones de tonos diferentes. Se pregunta cuánto más puede tardar. Cae en cuenta de que Jin le mintió sobre el tiempo que duraría. Seguro no quería hacerlo negarse en ese momento.

Ryuya hasta el momento mantuvo silencio y lo único que dice, solo consigue hacerlo llorar más:

—Fue tu hermano quien te ofreció para hacerme aceptar esto. Eres solo un animal de cambio, una yegua para reproducir más niños en esta tierra... Quien te está haciendo sufrir no soy yo, es él que solo quería dejar de verte cerca.

Se ahoga con su propia respiración y más manchas surgen su cuerpo que obtiene una ligera transformación anatómica que se retrae. La mezcla hormonal y emocional lo hace caer en un desespero espantoso donde ni siquiera se da cuenta que está solo tendido boca abajo en el suelo con sangre y semen saliendo de sus piernas.

Algo de lo que Jin dijo fue verdad: Ryuya cae inconsciente de repente, siendo incapaz de soportar la temperatura y el esfuerzo. Jimin se sienta poco a poco, temblando sin parar y sintiéndose miserable, como la criatura más asquerosa en la faz de Hwanwon.

Toma de entre sus ropas una daga diminutiva. No debía ser enorme. Después de todo, con clavar cualquier cosa en el cuello de alguien, es suficiente. Se inclina sobre Ryuya, la cascada de cabellera blanca, negra y gris despeinada y horrible haciendo sombra.

Donde los fríos ojos de Jimin se enfocan en el rostro durmiente. Sin embargo, lejos de ser como un tempano, se vuelven un mar al llorar sin parar. Teniendo la navaja, del largo de su dedo indice, al ras del cuello de él y no poder cortarlo.

Dijo no tener culpa, pero si así fuera, no habría aceptado. Él también lo vio como un animal y nada más. Porque es un Omega. De un modo u otro, todos buscaran una excusa para hacerlo menos y utilizarlo como les dé la gana.

Levanta las orejas y ve a la puerta, asustado de quién vaya a entrar. Un quejido quebrado escapa de sus labios, siendo Namjoon quien entra. El tigre ensangrentado limpia su mano con su pantalón, lo toma de la muñeca para que aparte el arma y Jimin la suelta sin poder sostenerla un solo segundo más. Namjoon lo analiza brevemente, es obvio que tuvo sexo con este Alpha, la buena noticia es que no hubo mordida en la nuca de Jimin.

Children of Winter || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora