Capítulo 23

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¿Keisuke?–respondió el menor la llamada, su celular había sonado algunas veces, pero estaba ignorando el sonido, se encontraba ocupado ayudando a su mamá con algunas cosas de la casa, habían regresado del supermercado, porque según su madre debía dejarle un poco de comida hecha para él y sus amigos, quería que comieran algo casero, aunque él y Seishu cocinaban, la mayoría del tiempo compraban comida ya hecha, prácticamente se la vivían en la universidad y el tiempo en casa no era suficiente.

Pero después del cuarto tono, tuvo que responder, sorprendiéndose cuando el nombre de Keisuke salió en la pantalla.

Agradecía que su madre estuviera en el baño, después de llegar, según ella, se sentía cansada y algo incómoda, por lo que había decidido darse un baño, antes de iniciar a cocinar.

Por fin, pensé que no querías responderme, –la voz de Keisuke se escuchaba mezclándose con el murmullo de otras voces, Chifuyu pudo deducir que no estaba en su casa.

Lo siento, pero estoy ocupado ayudando a mi mamá. ¿Necesitas algo? –preguntó algo dudoso.

Keisuke guardo silencio por algunos segundos, Chifuyu estaba algo desconcertado por la llamada del moreno, si bien recuerda le había dicho que estaría ocupado ese fin de semana y no podrían verse. Su madre se iría el día de mañana por la tarde y quería aprovechar el día de hoy para tocar aquel tema que dejaron inconcluso, porque debido a la visita de Kazutora un día antes no pudieron hacerlo.

Ahora ahí estaba Keisuke alterando nuevamente su tranquilidad por medio de una llamada.

Entonces sigue aquí. –no era una pregunta del azabache, era una afirmación y aunque Kei no lo veía arqueo una ceja en señal de duda.

Así es, ¿a qué viene eso?

Estaba a segundos de colgarle la llamada, si en las próximas oraciones no le decía por qué estaba hablándole.

Baja–ordenó el mayor, sin responder la pregunta que le hizo, el rubio abrió los ojos de golpe, Keisuke le estaba pidiendo, no, estaba ordenando que bajará.

¿Disculpa? –inquirió algo a la defensiva, ¿Baji estaba abajo? Imposible, ¿verdad?, lo menos que quería era pasar un momento incómodo con él y su madre, rápidamente dejo las bolsas de verduras en la mesa y se dirigió a la pequeña ventana de su sala, la que daba a la calle y se asomó, se sintió aliviado cuando no vio rastro del mayor.

Keisuke lanzó un bufido detrás de la línea.

No estoy abajo de tu edificio, si es lo que piensa. –bueno, aparte de mentiroso, era adivino. —estoy a una esquina de tu casa, en el pequeño parque. –ahora entendía el bullicio de gente, que se escuchaba más tenue. —¿Podrías venir un momento?. –lanzo la pregunta algo dudosa, pero se notaba en su voz un cierto cansancio y molestia.

No puedo, te he dicho que mi madre está en casa y la estoy ayudando, ¿A qué viene todo esto?

El ruido de la puerta de su cuarto hizo que se asomará por las escaleras, pero no había rastro de que su mamá fuera a bajar.

Keisuke era todo una caja de sorpresa y creyó que al menos tendría un fin de semana tranquilo junto a su mamá, pero error, estaba totalmente equivocado.

Entonces yo iré, solo te recuerdo que no quieres que tu mamá me vea.

El menor soltó un jadeo incrédulo, Keisuke lo estaba chantajeando, porque eso era una amenaza, el hacerlo elegir lo que era obvio, él terminando yendo hacia el dichoso parque.

El coraje subió de su estómago hacia su cabeza, estúpido Keisuke y su manera de hacer las cosas como él desea.

—¿Eso es una amenaza? –incrédulo pregunto, porque así es como estaba, sin poder creerlo.

Happier Than EverWhere stories live. Discover now