Capítulo 24

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Chifuyu lanzó por tercera vez un suspiro al aire, colmando la paciencia del pequeño pelinegro que se encontraba en la misma habitación que él, Matsuno no sabía en qué momento la semana había pasado frente a sus ojos, así como los días junto a su mamá se había esfumado velozmente, así el viernes había llegado.

Aquella semana llena de estrés y tareas, porque estaban a punto de entrar a exámenes, ya que a sus malvados profesores les gustaba hacerlos sufrir con pruebas cada dos meses, aunque a Matsuno esa idea le agradaba porque al llegar los exámenes finales de sus parciales ya tenían puntos acumulados y gracias esos exámenes podían recordar mejor todo lo aprendido durante su semestre, pero no podía negar que siempre era una semana sumamente agotadora para toda la comunidad estudiantil, por lo que no había visto solo que dos veces a Keisuke y de alguna manera se alegraba, porque seguramente en cualquier momento se acobardaba terminando en rechazar la salida que le propuso.

—Chifuyu si vuelves a suspirar, juro que te aviento el libro en tu linda cara. –amenazó frustrado Takemichi, el chico intentaba prestar atención al libro que tenía en manos, pero el humor, desesperación y estrés que emanaba su rubio amigo lo estaba poniendo al límite.

Desde que el ojiazul había cruzado aquella puerta, Takemichi logro ver una nube gris sobre su cabeza y una aura que no le gustaba para nada.

Estuvo, jura que trato de ignorarlo, pero era imposible.

El humor de Matsuno cada día era más indescriptible, más abrumador y como una montaña rusa con altas y bajas, ya no había nada de aquel Chifuyu alegre y sereno.

—Lo siento, Michi. –se disculpó algo avergonzado por comportarse de esa manera.

Takemichi sabía la razón, por la que el menor se encontraba de esa manera, el único motivo que últimamente había logrado grietas en Matsuno y hasta en ellos tres.

Aquel motivo llamado Keisuke Baji.

Nunca creyó que iba a detestar tanto el momento en que el pelinegro cruzó frente a los ojos del rubio, quedando flechado desde ese preciso momento.

—Si no quieres ir, inventa algún pretexto y no vayas. –aconsejo Takemichi dejando el libro sobre sus piernas. —No entiendo el por qué sufres de esta manera, definitivamente compañero, eres todo un masoquista. –estaba al margen de la última situación con Chifuyu y Keisuke, por lo que pudo deducir por qué su amigo se encontraba así.

—Es que

Chifuyu tampoco sabía lo que quería, estuvo a punto de decirle a Keisuke que simplemente no iría, con algún pretexto, como dijo Takemichi, pero otra parte de él se negaba a decir aquello, porque deseaba tener ese viaje con Keisuke.

—Es que quieres ir, ¿No es así? –preguntó el pelinegro, mirando fijamente a su amigo, esperando la respuesta que ya sabía.

Chifuyu era todo un masoquista cuando se trataba de Keisuke y Takemichi lo sabía, pero no podía hacer algo más, solo que apoyarlo y estar ahí para él cuando todo esto terminará, porque lamentablemente nadie escoge de quien enamorarse, los sentimientos llegan y cuando te das cuenta ya están ahí, sin aviso.

—Debe ser muy cansado el que siempre me veas regresar a lo mismo, que sea tan indeciso y estúpido. –Chifuyu bajo su mirada, su vista a sus pies.

El tintineo del collar de Peke J, anunciando que venía bajando por las escaleras, fue lo único que se escuchó en ese pequeño silencio que se dio en ambos amigos.

—Honestamente, más que cansado, es frustrante el que no pueda hacer algo más allá de apoyarte y escucharte. –Takemichi tomó el libro que yacía en sus piernas para dejarlo en la pequeña mesita de la sala. —Inupi y yo nos hemos preguntado varias veces ¿Qué podríamos hacer para eliminar aquellos sentimientos que tiene Chifuyu hacia Baji?, y la respuesta es siempre la misma, no podemos hacer nada, eso es lo que nos frustra.

Happier Than EverWhere stories live. Discover now