9. Dudas

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El conde de Dumnhall.

Su primo era un conde, del que solo había oído hablar una vez. Y ante eso, había tenido que descifrar a partir de vagos recuerdos quién era el hombre. No era un enemigo, al menos no uno que Dominic conociera.

Se inclinó hacia la ventana abierta del tercer nivel en su habitación mientras sus dedos trabajaban en su corbata.

Al entrar a la casa después de su paseo matutino una hora atrás, vió a Joanne y Charlie escapando hacia los extensos jardines que se desplegaban al lado sur.

Su mirada se deslizó a lo largo de las filas superiores de los setos de hoja perenne hasta que vio un destello rosa desapareciendo entre los mismos, para luego reaparecer una fila más allá. Un destello de azul revoloteaba a la vista a dos filas de distancia.

¿Estaba corriendo como una salvaje junto a su hermana?

"Yo podría enseñarle", había dicho ella. Claro que sí, le estaba enseñando a comportarse como una descocada.

Con su vestido rosa, Charlie apareció en el extremo más alejado de las filas, justo fuera del borde este de los jardines. Vio el vestido azul de Joanne acercándose sigilosamente antes de que Charlie supiera lo que sucedería. A un brazo de distancia, se abalanzó y alcanzó a su hermana por la cintura.

Una risa histérica flotó en el aire hacia él.

Jugando. Persiguiéndose la una a la otra.

Examinó los bordes exteriores del jardín. Jim estaba de pie en el borde más alejado de las hileras de árboles, pateando rocas, con una mirada aburrida en su rostro. Más cerca de la casa, Lenny se había movido por el lado de los setos, para vigilarlas mejor.

Dominic negó con la cabeza. La mujer tenía travesuras constantes sobre ella y estaba corrompiendo a su hermana. Charlie debería estar adentro practicando sus partituras. Miró el espejo junto a la ventana, arrugando las líneas de su corbata.

Una risa estridente chilló en el aire. Una risa que lo inquietó.

Dio un paso a la derecha, buscando entre las hileras de vegetación. Charlie debió haber atrapado a Joanne, aunque no podía verlas más allá de la parte superior de los setos.

En los pocos días que había estado Joanne en el castillo, su hermana se estaba volviendo demasiado apegada a ella. ¿Y por qué no? La mujer tenía una chispa constante en los ojos, estaba claramente acostumbrada a tener el mundo como su propio gran parque, buscando la diversión en cualquier situación con un entusiasmo poco común. Entusiasmo que era contagioso si uno estaba en el orbe de él.

Incluso saber que estaba cautiva en su propiedad no había reducido su espíritu, solo cuando se dirigía a él.

Cuando ella lo miraba, dagas afiladas e increíblemente puntiagudas aparecían en sus ojos con un solo objetivo. Asesinarlo a él.

Las chicas volvieron a emerger de las hileras de setos y caminaron hasta el Estanque de Mariposas que discurría a lo largo de la vegetación. Se sentaron en el saliente de piedra de granito que bordeaba el extremo este del estanque. Charlie estaba contando una historia muy animadamente sus manos volaban frenéticas por el aire.

Una amplia sonrisa iluminaba el rostro de Joanne y asentía constantemente mientras su hermana hablaba.

En los casi tres meses que Charlie tenía a su lado, él nunca había visto hablar tanto con nadie. Era como si la niña hubiera estado viviendo en una concha de almeja y Joanne hubiera llegado y la hubiera abierto, liberándola.

Negó con la cabeza, con el ceño cada vez más profundo en su rostro. Debía buscar una manera de alejarla de Charlie, la pregunta era ¿cómo?, ya estaba demasiado apegada. Era agravante la cantidad de felicidad que parecía arremolinarse en torno a Joanne. Como si su único pensamiento en la vida fuera lo que la haría feliz en el momento siguiente.

Su columna se puso rígida.

En verdad quería desparecer esta alegría que rodeaba ahora a su hermana. Debía hacerlo, antes de que pudiera corromper a Charlie.

La mujer solo estaría aquí hasta que él pudiera obtener respuestas sobre su propósito para tratar de colarse en Hastings. una vez que tuviera las respuestas, ella seguiría su camino, de una forma u otra.

Había pasado una semana desde que ella le había dicho quién era su familia, y él había tenido que reconsiderar la idea de mantenerla cautiva hasta que rompiera y confesara todo. No serviría retener a la nieta de una condesa contra su voluntad.

Una semana en la que el no había pegado el ojo, recordando el desastre que ella había hecho en su despacho, sin contar el como sus cuerpos se habían acoplado perfectamente bien durante el vals improvisado que habían bailado. Debería enviarla a su casa inmediatamente y asegurarse que llegara bien.

Pero aún necesitaba respuestas antes de poder liberarla.

Había enviado a un lacayo a Londres para pedir a su administrador el señor Norman Bates que recopilará discretamente la mayor cantidad de información posible sobre el conde de Dumnhall, y estaba más que furioso porque su administrador aún no había llegado. El breve mensaje que le había enviado sobre la familia de Joanne era desconcertante.

Su familia no estaba desamparada, por lo que Bates había podido discernir. Así que ella no estaría atada por las deudas de su familia, dispuesta a irrumpir en su casa para pagarlas. En cambio, su abuela poseía una impresionante franja de tierra en Escocia. Joanne había sido criada como una dama, preparada para casarse con un noble, y aunque había asistido a una breve temporada en Londres dos años atrás, no había resultado nada.

Dominic se quedó mirando a Joanne, observándola recoger piedrecitas de sus pies y arrojarlas al estanque. El vestido nuevo que le habían llevado junto a sus zapatos y un pequeño guardarropa le quedaba bien, aunque ceñido al pecho. Todavía usaba el guante largo en su brazo izquierdo, incluso en el calor del día. Su mano derecha estaba desnuda. Su cabello castaño lo sujetaba en un suave moño.

Estaba sentada completamente relajada con Charlie, quien tenía una sonrisa radiante en su rostro.

Sacudió la cabeza. La probabilidad de que ella intentara colarse en su habitación para hacerle daño era menos probable de lo que había pensado originalmente.

Pero aún no respondía a la pregunta de qué estaba haciendo allí.

Hasta que tuviera respuestas a eso, estaba atascado con ella. Porque había demasiado en juego para que él la dejara ir sin esas mismas respuestas.


¡¡¡Feliz viernes!!!
Nos leemos el martes o posiblemente un par de días antes, ya que este capítulo salió cortito les compensaré 😘😘😘😘.

El Duque del EscándaloWhere stories live. Discover now