-before.

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(Este capítulo esta escrito en tercera persona,  pero es el único que va a estar de esta forma.)


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La noche recién comenzaba, pero Saya ya iba por su tercera copa de licor caro, que un extraño se había ofrecido a pagar por ella.

Los beneficios de llevar un vestido por encima de los muslos y los labios de un llamativo rojo cereza, confiando en la amabilidad de los extraños.

—Si vas a correr esta noche, tal vez deberías dejar de beber. —comento Alex, su mejor amiga, con cierto tono de preocupación.

—Estoy bien. —mintió con su mejor sonrisa. —Solo me estoy divirtiendo.

Era alarmante lo cautivadora que podía llegar a ser, con su facilidad para las mentiras y su sonrisa de chica buena, podría convencer a cualquiera.

Alex pareció tranquilizarse, pero aun asi iba a seguir estando atenta a los próximos movimientos de su amiga.

Christian, que por su apariencia desencajaba con la fiesta en la que estaban, se acercó a ella y paso su brazo sobre sus hombros.

—¿Nos darás un show esta noche, jefa?

Pregunto su amigo, y organizador de las infames carreras callejeras de la ciudad.

—¿Estas dudando de mí?

—¿De ti? Nunca. —negó ligeramente. —Te veo fuera, trata de no estar tan ebria.

El morocho le dio un beso en la mejilla para luego abandonar el club y dirigirse fuera.

Saya termino de un solo trago lo que quedaba en su copa y se paró de su lugar, acomodando su vestido hacia abajo mientras caminaba hacia Alex, casi desfilando delante de todas las personas en el club.

Su amiga estaba fumando junto a otras personas, pero apenas se acercó, su atención paso directo a ella.

—¿Puedo? —pregunto mirando el cigarrillo en las manos de Alex.

—Solo un hit.

Tomo el cigarrillo y lo llevo a sus labios sin dudarlo, dándole una larga inhalada y reteniendo el humo en sus pulmones, se lo devolvió y dejo escapar poco a poco el humo acumulado.

—¿Vamos?

Cuando salieron a la gran avenida donde se encontraba el club, todos los coches que correrían estaban estacionados uno al lado del otro detrás de una especie de grilla de salida. La gente paseaba a alrededor de ellos, tomándose fotos y pidiendo autógrafos a los corredores.

Había demasiada gente, estas carreras comenzaban a hacerse famosas.

Y eso era un gran problema.

La policía y los reporteros no tardarían en llegar.

Bend over boy | Charles LeclercWhere stories live. Discover now