El nombre de Saya Wolff resuena noche y día en todos los canales de noticia, y no para de ser tendencia en las redes sociales.
La hija del expiloto austriaco de automovilismo y actual director ejecutivo de Mercedes-Benz, Toto Wolff, no hace más que...
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La brisa del Mediterráneo jugueteaba suavemente con las cortinas mientras paseaba de forma inquieta por la sala de nuestro hogar en Mónaco.
Era un espacio luminoso y moderno, con paredes en tonos suaves que recordaban al azul sereno del mar. Los amplios ventanales abrazan el paisaje, permitiendo que la luz natural inunda el espacio y brinda vistas impresionantes del puerto lleno de yates en el horizonte.
En un extremo de la sala, una amplia mesa de comedor de madera clara invitaba a compartir comidas en buena compañía. Sobre ella, un arreglo de flores frescas añade un toque de frescura y vitalidad.
Charles estaba fuera, ocupado con los preparativos para la pequeña fiesta que decidimos tener para dar la gran noticia.
Mi mente no podía dejar de dar vueltas a la conversación que tendría con mi padre más tarde esta misma noche. Mis emociones estaban en ebullición, mezcla de alegría, anticipación y miedo.
Miedo.
Mi padre era una persona impredecible, nunca podrías anticipar cuál sería su reacción. Así que si, estaba aterrada por contárselo.
Papá había aceptado, después de muchísimos intentos y desastres de por medio, mi relación con Charles. Él siempre había sido mi apoyo incondicional, pero esto era diferente.
Estaba esperando un hijo con el piloto estrella de su principal competencia.
Mis pensamientos se convirtieron en un torbellino de dudas.
La competencia estaba siendo intensa, y aunque Toto y Charles se respetaban mutuamente en la pista, ¿Cómo afectaría esto nuestra relación fuera de ella?
Me apoyé en el borde de la ventana, mirando hacia el puerto lleno de yates.
Quería tanto que todo saliera bien, que pudiera mantener la relación fuerte y amorosa que tenía con mi padre, pero también quería seguir adelante con Charles y formar nuestra propia familia.
Nos lo merecíamos después de todo.
Un suspiro se escapó de mis labios mientras repasaba mentalmente las palabras que usaría para contarle la noticia. Sabía que no podía posponerlo más. Sabía que tenía que enfrentar esta conversación y que cuanto antes lo hiciera, mejor sería para todos.
Mi corazón seguía latiendo con fuerza, cuando escuché la puerta abrirse.
Charles, con su inmaculado atuendo casual y relajado, entró a la casa llevando bolsas y paquetes con suministros para la fiesta. Su presencia iluminaba aún más el lugar, haciéndolo sentir como un verdadero hogar lleno de amor y expectativas. Sus ojos brillaban con emoción mientras se acercaba a mí.
Su sonrisa iluminó todo su rostro.
一¿Cómo están los dos amores de mi vida? 一saludo con su voz cálida y reconfortante, acercándose a mí. 一¿Estás bien, mon amour?
